Se basan en el reconocimiento y el respeto de las características comunes y singulares de cada trabajador.
El trato hacia los empleados de una compañía es indispensable para la productividad de una empresas. Y es que parte importante de su crecimiento se debe a qué tan bien se sienten sus trabajadores en sus puestos de trabajo.
A raíz de esto, IESE Business School dio a conocer un artículo del profesor Doménec Melé publicado en Journal of Business Ethics “Human Quality Treatment: Five Organizational Levels”, en el cual presenta un marco para un trato de calidad, basado en el reconocimiento y el respeto de las características comunes y singulares de cada trabajador.
A continuación los cinco niveles que deben caracterizar la dirección de personas y las interacciones con los empleados.
1. El maltrato se basa en un abuso de poder e incluye la explotación, el acoso, la coacción, la intimidación, la manipulación, la discriminación y la corrupción. Es éticamente inaceptable.
2. La indiferencia se caracteriza por la falta de preocupación por cómo afectan las decisiones a las personas, a quienes se considera exclusivamente como medios para conseguir un fin económico. También es éticamente inaceptable.
3. La justicia se basa en el respeto a las personas y sus derechos. Se caracteriza por la transparencia, la remuneración justa, el cumplimiento de la palabra y la protección de los derechos de aquellos empleados que actúan de buena fe. Cumple con los requisitos éticos mínimos de un trato humano de calidad.
4. El cuidado va más allá de estos requisitos éticos mínimos, al mostrar también preocupación por los intereses legítimos de los compañeros de trabajo, a quienes se ofrece apoyo para superar las dificultades, ya sean de salud, familiares o de tipo relacional. No se trata de sentimentalismo, sino de una preocupación real por los derechos y la dignidad de las personas.
5. El desarrollo es el nivel máximo del modelo, ya que también permite que las personas prosperen mediante la adquisición de capacidades profesionales. Los directivos que alcanzan este nivel son conscientes del talento de la gente que les rodea y tratan de maximizarlo creando un "círculo virtuoso de prosperidad humana, estima mutua y voluntad de servir y cooperar".