Según Flavio Fuertes, coordinador de la red local argentina del Pacto Mundial de la ONU,“no tiene sentido que una compañía done ordenadores a una escuela pero después desplace a una comunidad indígena”.
Expertos destacaron en Buenos Aires la necesidad de que las empresas coloquen la responsabilidad social en el "corazón" de sus negocios y se esfuercen por respetar a los derechos humanos en todos los ámbitos de su estructura.
"No tiene sentido que una compañía done ordenadores a una escuela pero después desplace a una comunidad indígena" para poder realizar su actividad, dijo a Efe Flavio Fuertes, coordinador de la red local argentina del Pacto Mundial de la ONU, cuyo capítulo latinoamericano reunió a cerca de 300 empresarios entre el lunes y el martes en Buenos Aires.
Según Fuertes, el gran error de las empresas de Suramérica es que no han incorporado la responsabilidad social al "corazón" de su negocio y creen que todavía es suficiente con realizar acciones filantrópicas puntuales.
El IV Foro Empresarial del Pacto Mundial en América Latina y el Caribe reunió a empresarios, organizaciones de la sociedad civil, representantes del sector público y organismos internacionales de los doce países de la región que están adscritos al pacto para debatir sobre los aspectos que deben atender las empresas en materia de derechos humanos.
Una de las vulnerabilidades sobre las que insistieron los empresarios en sus debates fue la seguridad de los trabajadores, la cual perciben como una dimensión importante de los derechos humanos que se puede ver amenazada en numerosas zonas de Latinoamérica debido al narcotráfico.
Fuertes cree que es esencial vigilar, sobre todo, el trabajo de grandes multinacionales que por depender de numerosos proveedores "pierden el control" y dejan de trasladar las buenas prácticas a la totalidad de su cadena de valor.
Para lograrlo es necesario que existan alianzas entre los Estados y las empresas para que se eviten toda clase de "políticas contradictorias".
Además, dijo, el sector privado debe atender también las distintas realidades de sus países, como es el caso del negocio de la droga en México o el conflicto interno de Colombia.
La coordinadora de derechos humanos en la petrolera colombiana Ecopetrol, Mónica Tangarife, subrayó que en su país es prioritario prestar una especial atención a las comunidades indígenas para conocer cómo afectan a su realidad este tipo de problemáticas.
Advirtió que es importante evaluar el riesgo de implantar ciertas medidas de seguridad en zonas de conflicto por el efecto que puedan tener sobre las colectividades.
En cuanto a Argentina, Fuertes insistió en la necesidad de que las compañías implementen de forma definitiva la igualdad de género, ya que la mayoría no se han modernizado al mismo ritmo que lo ha hecho la sociedad, y sus estructuras continúan muy "masculinizadas", lo que se traduce en el reducido número de mujeres en puestos de decisión y las desigualdades salariales.
El experto consideró que el Pacto Global y la convocatoria de encuentros como este foro logran "educar a las empresas en transparencia e informar a los consumidores sobre su actividad", con la participación del sector público y de la sociedad civil, para que estos foros no se limiten a abordar intereses corporativos y se conviertan en meras "vidrieras para exponer sus logros".