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Las mujeres chilenas ganan casi un 20% menos que sus pares masculinos
Miércoles, Junio 10, 2015 - 08:37

Si bien el acceso de la mujer al mundo laboral es cada vez más significativo, ella suele ocupar empleos peor remunerados.

Las cifras demuestran que existe una inequidad salarial en Chile entre hombres y mujeres, que ha ido incrementándose en los últimos 10 años. Según datos de la Superintendencia de Pensiones, si en el año 2003 la brecha salarial era del 13%, en 2013 la diferencia alcanzó al 20% y, en la actualidad, esta sigue sin acortar distancias.

De acuerdo a los últimos datos disponibles, el ingreso imponible promedio de los trabajadores dependientes hombres que cotizan en una AFP fue de $ 625.866 (US$ 999) en 2013, un 19,9% superior al ingreso imponible promedio de las mujeres que llegó a $ 521.835 (US$ 833).

“Si bien es cierto que se ha dado una mayor creación de empleos femeninos, las mujeres están accediendo a ocupaciones que están peor remuneradas”, explicó la gerenta de la División Ingeniería de Robert Half Chile, Inés Rodriguez. “La inserción laboral femenina evoluciona, pero lentamente. En estos momentos, las mujeres que logran acceder a cargos de gerencia están ocupando posiciones de responsabilidad en áreas de soporte como recursos humanos, marketing o comunicación, pero en muy pocas ocasiones manejan el núcleo del negocio y ocupan la gerencia general”, agregó.

Para la ejecutiva, tanto las diferencias salariales como la mayor dificultad de las mujeres para acceder a puestos de mayor rango podrían darse por varios motivos.

En una primera instancia, se podría hablar de un problema cultural. “Algunos estudios indican que la brecha salarial es más importante en los cargo de alto nivel y en los sectores con empleos mejor remunerados, donde se premia el ‘sobre trabajo’. Es decir, quienes pasan más horas en la oficina tienden a ser promocionados más rápidamente, a ganar más y a gozar de mayor reconocimiento. En este sistema, las que terminan más perjudicadas, sin duda, son las mujeres, ya que ellas tienen mayores responsabilidades domésticas”, detalló Rodríguez.

En segundo lugar, se produce un círculo vicioso que se genera por la falta de experiencia femenina. “Los altos cargos requieren de experiencias previas y manejo de equipos. Las mujeres, al tener más dificultades para acceder a estos cargos, no adquieren la experiencia necesaria para postular a ellos y, por tanto, les resulta mucho más difícil posicionarse”, puntualizó.

El último aspecto tiene que ver con que los cambios de ejecutivos son procesos en los que las redes de contactos juegan un papel muy importante. “El hecho de que haya tan pocas mujeres en la alta dirección dificulta la identificación de modelos o mentoras a seguir y ello afecta al establecimiento de las redes de contactos que, en la alta dirección, determina claramente el acceso a un puesto”, indicó Inés Rodríguez.

Si bien las mujeres están ganándose un puesto en el mundo laboral, todavía queda un largo recorrido para que la igualdad de sexos sea una realidad. 

Autores

AméricaEconomía.com