A pesar que desde hace tres décadas las mujeres en México han logrado colocarse en más ámbitos del mercado laboral aún existe una brecha en el crecimiento socioeconómico entre mujeres con puestos y responsabilidades similares a los hombres.
En los últimos años, en muchos países del mundo como en México, se ha tratado de establecer una situación de equidad para que, tanto hombres como mujeres, puedan tener las mismas oportunidades de crecimiento social, educativo, profesional y económico. No obstante, pese a las instancias y políticas que se han establecido, la desigualdad de género sigue siendo una de las más grandes problemáticas para las mujeres, pues aún cuando cuentan con la preparación profesional adecuada, muchas veces perciben un sueldo o un puesto menor a sus contrapartes hombres.
Datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, realizada por el INEGI en el último trimestre de 2014, muestran que de las 49.8 millones de personas que realizan alguna actividad remunerada en el país, sólo 18.8 millones son mujeres; es decir, sólo el 37% de la población ocupada, lo cual refleja la disparidad que existe en cuanto a oportunidades laborales entre los dos géneros.
En palabras del rector de la Universidad Tecnológica de México (UNITEC), Manuel Campuzano, “las estadísticas indican que la igualdad de oportunidades para las mujeres en comparación con los hombres es más restringida en México que en países industrializados, como Estados Unidos o los países nórdicos, incluso aquí en Latinoamérica, por ejemplo, es mucho menor que en Chile”.
A pesar que desde hace tres décadas las mujeres en México han logrado colocarse en más ámbitos del mercado laboral, aspirando cada vez a puestos más altos y a ver mejor remunerada su preparación profesional, aún es evidente que existe una brecha en el crecimiento socioeconómico entre mujeres con puestos y responsabilidades similares a los hombres.
Cifras presentadas durante la exposición "Imagina tu futuro. Movilidad Social", en el Campus Atizapán de UNITEC muestran que, en promedio, las mujeres que han terminado una carrera universitaria ganan 25% menos en comparación con hombres en puestos similares. Esto significa que, además de no tener las mismas oportunidades laborales, también afrontan un panorama económico desigual.
Estas cifras son sólo una parte del reflejo de las limitantes que enfrentan las mujeres al momento de buscar su crecimiento social, profesional y, por ende, económico; sin embargo, no son las únicas que merman su desempeño dentro del campo laboral.
Para el Dr. Enrique Cárdenas, director del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), "la movilidad social en México es desigual si consideramos la variable género; esto es, la posibilidad de ascenso social en mujeres es poca y, en particular, en aquellas con origen en estratos bajos se quedarán en posiciones socioeconómicas bajas con más frecuencia que los hombres con la misma condición de origen”.
De acuerdo con el Informe de Movilidad Social en México: Imagina tu futuro, realizado por el CEEY, la incorporación de las mujeres al mercado laboral, así como el lugar que ocuparán dentro de este mercado, se asocia directamente con el nivel de educación que tienen también sus padres, ya que de cada 100 mujeres cuyos padres no estudiaron, sólo 3 de ellas concluirá una licenciatura; esto significa que, a la par de otras limitantes, la educación propia y la de los padres es un factor primordial para las mujeres que busquen un constante crecimiento y desarrollo.
A estas situaciones de inequidad se suma otro aspecto que vuelve más complicado a las mujeres aspirar a un crecimiento socioeconómico en su vida, pues además de ser profesionistas, muchas veces juegan un doble papel dentro de sus hogares, como proveedoras de sustento económico, al mismo tiempo de realizar las labores domésticas de su hogar, por lo cual resulta importante que, tanto sociedad como empresas, brinden mayores oportunidades a la mujeres que buscan su desarrollo educativo, personal y profesional.
Por todo ello, Manuel Campuzano apuntó que “tanto en la UNITEC como en el CEEY, estamos convencidos de que la falta de movilidad social merece la misma atención que los males sociales que tanto aquejan a la sociedad; como lo son la pobreza y la desigualdad. Por ello, con esta exposición Imagina tu futuro. Movilidad Social esperamos que los visitantes no sólo se familiaricen con el tema, sino que aprecien la importancia de la educación como uno de los principales motores del ascenso social. Mientras más acceso a la educación se tenga, mayores son la posibilidades de mejorar el nivel de vida de la comunidad.”
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