La propuesta del Gobierno británico ha generado críticas en el sentido de que es vista como una reacción a las demandas de control de la inmigración en Reino Unido.
Una propuesta del gobierno para asumir una línea dura respecto de los estudiantes extranjeros podría perjudicar la economía británica y dañar las relaciones con los socios comerciales como India y China, advirtió el grupo de expertos IPPR.
Durante una conferencia del Partido Conservador, la secretaria del Interior, Amber Rudd, anunció que habrá controles de la inmigración más estrictos.
Los controles incluirán a estudiantes extranjeros que viajen al país para estudiar "cursos menores" en las universidades y colegios británicos.
La propuesta ha generado críticas en el sentido de que es vista como una reacción a las demandas de control de la inmigración en Reino Unido.
El IPPR indicó que una drástica reducción del número podría representar un serio riesgo para la economía del país. En su lugar, el instituto pidió un enfoque inteligente y estratégico para hacer frente a la inmigración tras la salida de Reino Unido de la Unión Europea (Brexit).
El grupo de expertos afirmó que el gobierno debe asumir una postura estratégica en cuanto al sistema inmigratorio de Reino Unido para proteger a la economía de un "panorama incierto tras el Brexit".
"Los estudiantes internacionales son un importante activo económico de Reino Unido y una parte vital de las exportaciones educativas. Estudiantes de todos los niveles de aptitud pagan las cuotas y contribuyen a la economía, de modo que no hay fuertes argumentos para distinguir a los estudiantes con base en criterios académicos dentro de nuestro sistema migratorio", dijo el IPPR.
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