Hay quienes no son capaces de afrontar de manera optimista las situaciones de estrés y sucumben cayendo en depresión o cuestionándose su profesión.
El primer sentimiento al iniciar en un nuevo trabajo es de felicidad, nuestras expectativas son altas y esperamos que muchas cosas buenas nos ocurran, sin embargo, en ocasiones no todo es como lo soñamos.
Hay personas que no son capaces de afrontar de manera optimista las situaciones de estrés y sucumben cayendo en depresión o cuestionándose su profesión.
Esto ocurre principalmente entre los más jóvenes ya que son los que tienen menor tolerancia a las adversidades.
El portal trabajando.com señala que lamentablemente, en las universidades no enseñan competencias fundamentales y necesarias para superar aquellas desilusiones laborales, como la capacidad de adecuarse a las circunstancias y la tolerancia a la frustración.
Por si fuera poco tardan en promedio seis meses en encontrar trabajo, sólo 4 de cada 10 egresados consiguen un trabajo relacionado con su profesión y tampoco es extraño que profesionales menores de 30 años manifiesten síntomas de estrés laboral.
La desilusión laboral suele presentarse en los trabajadores de recién ingreso a la empresa, o al puesto en caso de un movimiento interno. Los principales síntomas que lo caracterizan son:
1. Siente que la carga de trabajo no está en equilibrio con el sueldo, es decir, a su juicio la retribución no es justa.
2. Siente que su trabajo no es tan importante, o no es valorado por los demás. No recibe ningún cumplido ni reconocimiento por el trabajo hecho.
3. Descubrir que el desarrollo profesional será a largo plazo o existen escasas posibilidades de un ascenso, porque la estructura organizacional no lo permite.
4. El incumplimiento de acuerdos que se habían pactado al momento de ingresar. Aumentos de sueldos, beneficios u horarios que no se han concretado.
5. No sentirse bien con la cultura de la empresa. Costumbres o hábitos que no comparte.
6. Constantes roces y conflictos con los compañeros de trabajo.
7. Malas relaciones con su jefe, al grado de no querer topárselo.
8. Hablar constantemente mal de su trabajo, de su jefe y de la empresa en general.
9. No sentir ganas de trabajar, llegar tarde, y lo que es peor, faltar continuamente de manera injustificada.
10. Sentirse insatisfecho en algunos o todos los aspectos hasta el punto que no siente que está disfrutando su trabajo diario y quiera renunciar.
La directora de Trabajando.com señala que hace un par de años, una carrera profesional garantizaba un empleo y el éxito en él.
Los profesionales, sobre todo los recién egresados, deben entender que lo importante es que sean persistentes y no sucumban, deben presentar un alto grado de compromiso con la empresa y tomar con madurez profesional los retos y dificultades que se presenten, esto los hará crecer y obtener el ascenso que tanto sueñan.