Según Mauricio Alviar, rector de la institución, la nueva prueba, con la que se pretende bajar la tasa de deserción (48%), se aplicará el próximo semestre e incluirá más preguntas de conocimiento. El déficit del centro docente es de $26 mil millones.
Uno de los principales objetivos con los que el economista Mauricio Alviar Ramírez se posesionó hace un mes como rector de la Universidad de Antioquia, es que la institución sea para el próximo año “la principal universidad de investigación del país y una de las mejores de América Latina”, tal y como está consignado en el Plan de Desarrollo 2006-2016 del centro educativo.
El sucesor de Alberto Uribe, quien estuvo al frente de la U de A durante 12 años, tiene una larga trayectoria académica vinculada al alma máter. Fue un aplicado estudiante que ganó dos matrículas de honor, es profesor desde 1995, ha sido director del Centro de Investigaciones Económicas, coordinador de la Maestría en Economía, decano de la Facultad de Ciencias Económicas (2004-2010), investigador de Fedesarrollo y consultor del Banco Mundial.
El Espectador habló con él sobre algunas de las propuestas que más han llamado la atención y la visión que tiene de la universidad del siglo XXI.
- Usted ha dicho que llegó la hora de una transformación en la calidad académica. ¿Cómo lo hará si en la universidad hay 5.000 profesores de cátedra y sólo 1.500 de planta y de los vinculados solo 300 dan clase?
Ofrecerles a los estudiantes de maestría y doctorado de la universidad la posibilidad de vincularse a la cátedra. En principio será poco, porque no tenemos 5.000 estudiantes para asumir todas las cátedras. Sin embargo, es un principio de resolución del problema.
- El valor de la hora cátedra no es muy atractivo…
El valor promedio de la hora cátedra es $22.000. Eso se puede revisar, hay que hacer una gestión de recursos. La universidad tiene un déficit grande en este momento.
- ¿De cuánto es el déficit?A diciembre 31 de 2014 ascendía a casi $26 mil millones. Es solucionable. La universidad ha tenido épocas más difíciles. Es un asunto natural en este sistema de educación superior colombiano: los gastos e inversiones crecen más que los ingresos.
- ¿El déficit es el problema más urgente? El primer problema es la calidad y también el déficit.
- ¿Por eso pretende modificar el examen de admisión?
En los últimos años hemos observado síntomas de deterioro de la calidad, particularmente en el pregrado, lo que se manifiesta en los resultados de las Pruebas Saber Pro. Se trata de cambiar el examen de admisión por un proceso de selección, que sea predictivo de la calidad y que ojalá nos dé pistas sobre la vocación de los jóvenes. Atrás quedarán las preguntas de razonamiento lógico, serán preguntas tipo conocimiento.
- ¿Cuándo se hará la modificación?
Lo vamos a hacer en el segundo semestre de este año, para los alumnos que aspiren iniciar clases el primer semestre del 2016. Lo primero es revisar el examen actual. Lo vamos a mejorar de tal manera que las preguntas sí evalúen lo que se pretende evaluar.
- ¿Con esta propuesta pretende frenar la deserción estudiantil?
Las tasas de deserción de la universidad son muy altas, del 48% en promedio. De 100 jóvenes que admitimos en un corte, graduamos sólo 52. La deserción en el primero y el segundo semestres está hoy en un 22%. En los dos primeros semestres se nos está yendo la quinta parte. Eso es una cosa que no podemos permitir. En una privada se quiebran. Y en una pública eso es un despilfarro tremendo de recursos. Estamos convencidos, hay estudios que así lo corroboran, que la calidad es el primer determinante de la deserción. Y eso empieza con la calidad de aspirantes a la universidad.
- Hay quienes opinan que el examen no sería equitativo. Creen que los colegios oficiales no podrían competir en igualdad de condiciones con los privados.
Es todo lo contrario. Hoy con el sistema que tenemos los muchachos se juegan la vida en un examen de tres horas: si fallas en una pregunta, que es muy fácil por la manera como está construido el examen, puedes pasar del tercer puesto al puesto tres mil. Eso sí es inequitativo.
Una de las banderas de su antecesor Alberto Uribe fue la regionalización. ¿En su administración cuál será la novedad?
Ya son 20 años de esta estrategia y ya están sentadas las bases en algunas subregiones para dar un salto hacia la descentralización, un esquema similar a la Universidad Nacional. Para ello tenemos que crear comunidades académicas en esas regiones. Es decir, profesores de tiempo completo allí y ojalá de la zona. Estamos pensando en tener, en un futuro no muy lejano, un programa de medicina en Urabá con una orientación hacia las enfermedades tropicales.
Usted ha sido crítico de quienes se atornillan al poder. Aunque es muy temprano, ¿usted puede asegurar que no aspiraría a una reelección?
Yo no aspiraré a reelecciones indefinidas. Vamos a presentar una propuesta al Consejo Superior Universitario para reformar el estatuto con el límite a la reelección indefinida. La Nacional lo tiene: un solo período de reelección. Hay otras propuestas, como un solo período de cinco años.
¿Cuál es la herencia que pretende dejarle a la Universidad?
Quiero dejar las bases para que esta universidad sea la mejor del país, con los más altos estándares de calidad y de empleabilidad de sus egresados.
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