El primer año bajo el alero de IBM ha coincidido con la época de pandemia. Pese a la crisis, para el vicepresidente regional de la compañía de open-source, el paradigma sigue siendo la estrategia de desarrollo basada en la colaboración abierta, transparente y ágil.
Por Sol Park. “Actualmente, no estamos preocupados em aumentar nuestras ventas, sino en generar un impacto positivo a nuestros clientes y partners para que cuando esta turbulencia termine, nos van a reconocer por nuestro esfuerzo y flexibilidad”, dice Paulo Bonucci, el vicepresidente de Red Hat para América Latina en una conversación con AméricaEconomía.
El líder de la compañía del sistema operativo de código abierto Red Hat Enterprise Linux (RHEL) reconoce que no fueron exentos del golpe generado por la pandemia del COVID-19. El impacto, según Bonucci, fue especialmente duro para sus clientes en industrias de manufactura, aérea y entretenimiento, como también para las compañías pequeñas y medianas. Pero también afirma que han detectado nuevas oportunidades, la principal siendo el rápido traslado hacia la nube híbrida por parte de las grandes compañías de la región, a los que Red Hat ha proporcionado la infraestructura necesaria para coordinar las diferentes plataformas.
Otra razón para el optimismo de Bonucci radica en los cambios estructurales de la compañía, principalmente su adquisición por IBM en julio de 2019 por US$34 mil millones. Una transacción exitosa para Red Hat, evidenciada por la asignación de Jim Whitehurst, el ex CEO de Red Hat, en la presidencia de la gigante azul en marzo de 2020, como también por el aumento en 18% en sus ganancias durante el primer trimestre de su año fiscal.
-Hemos visto la urgente necesidad por un equipo de tecnología preparada para enfrentar esta pandemia. En este sentido, ¿qué rol viene a jugar Red Hat para empoderar a estos equipos?
-Antes de hablar de nuestro rol como empresa, estamos viendo cómo la cultura y el código abierto que promovemos se están consolidando como una herramienta muy poderosa. La razón es sencilla: si colaboramos entre ciudadanos, desarrolladores y personas con recursos podemos resolver los desafíos de una forma más rápida y ágil.
Por ejemplo, cuando la pandemia comenzó a propagarse más fuertemente en Europa, empezaron a surgir muchas iniciativas para desarrollar respiradores pulmonares. Entre ellos, los proyectos abiertos y colaborativos fueron los que llegaron con una solución más rápidamente, con un costo reducido a casi el 90% y mucho más ágil en el diseño, producción hasta en la entrega de estos a las instituciones de salud.
En Red Hat también estamos pasando por un momento duro, pero sí podemos contribuir con nuestros clientes en sus momentos más difíciles. Entre nuestros clientes están las empresas estatales, de telecomunicaciones y bancos aseguradoras que se están enfrentando con una necesidad de procesamiento de 20, 30 hasta 40 veces mayor que antes. Entonces, nosotros apostamos por la capacidad de construir infraestructura sobre una multi nube híbrida abierta.
-¿Han visto un aumento en la adopción de la nube híbrida por parte de las grandes empresas de la región impulsada por la pandemia? ¿La situación es distinta para las empresas pequeñas y medianas?
-Desde antes de la pandemia, el camino hacia la nube híbrida era un camino sin vuelta. Si antes los líderes tenían que escoger cuánta flexibilidad entre la nube pública y privada era requerida para el workload de su compañía, ahora, la gran discusión es cuál plataforma utilizar: uno abierto o uno propietario. Nosotros como Red Hat apostamos por el open multi hybrid cloud, porque la velocidad de desarrollo al mercado de las soluciones es incomparablemente más rápida y ágil que los desarrollos tradicionales y su costo es increíblemente más favorable.
Así que, para la primera pregunta, sí, la pandemia ha acelerado los procesos de traslado hacia la multi nube híbrida. Empresas de diversos sectores, aun aquellos que no consideraban trasladarse a los mundos virtuales o soluciones digitales, ahora lo están estudiando para encontrar el camino más corto para llegar a mis consumidores, clientes y ciudadanos.
Por otra parte, vemos un desafío entre las pequeñas y medianas empresas que necesitan mucho recurso, capital y giro para sobrevivir, y desafortunadamente algunas van a desaparecer. Ahora, las mismas tecnologías disponibles para las grandes empresas también son accesibles para las pequeñas y estas tienen la posibilidad de mover sus workloads y lanzar sus aplicaciones en semanas o días, sin tener que esperar meses hasta el fin de la crisis. Ahí hay un obstáculo de su fortaleza financiera, pero intentaremos y estamos intentando a entregar flexibilidad para que puedan sobrevivir consumiendo nuestros servicios.
-En el caso de las grandes empresas, además de la aceleración hacia la nube, ¿cuáles son las otras tecnologías que están requiriendo para adaptarse a la crisis?
-Un aspecto super importante en el proceso transformatorio es la modernización de aplicaciones legadas para que estén aptas y listas para que sean movidas a la nube. La otra gran demanda es la disponibilidad inmediata de las aplicaciones B2C y B2B necesarias para estos días para los ciudadanos, consumidores y empresas.
Por el otro lado, la pandemia nos está enseñando que debemos estar listos para cuando llegue el “nuevo normal”, y lo normal va a ser entregar los mismos servicios de forma regular, pero en otro formato. Por ejemplo, los proyectos de consultoría, capacitación y certificación pueden ser 100% virtuales. Entonces, las empresas, especialmente del mid-market, tienen que preparar sus organizaciones y recursos para poder acceder a estos servicios y aprender a adaptarse a la nueva normalidad, que inclusive puede durar uno o dos años más.
OPORTUNIDAD EN ÉPOCAS DE CRISIS
-¿Cómo fue la transición de Red Hat Latinoamérica para adaptarse a esta nueva situación?
-Antes que muchos gobiernos latinoamericanos hayan anunciado el cierre de sus ciudades, nosotros ya habíamos dictado una política de teletrabajo. Yo empecé a trabajar desde la casa el 13 de marzo, mientras que el alcalde de Sao Paulo puso la cuarentena el 21 de ese mes.
Red Hat ya cuenta con infraestructura muy digitalizada hace años, por lo que no tuvimos que hacer nada al cambiar la localización física de los colaboradores. Pero por nuestra cultura, nos encanta conectar, colaborar e interactuar, por eso, estamos con muchas iniciativas para motivar e incentivar a las personas para que estén activos, proactivos y productivos, como celebrando reuniones, happy hours y after-offices de forma virtual.
Y sí hemos utilizado muchas herramientas de poli conferencias como Blue Jeans y Google Hangouts. Además, contratamos Zoom y pusimos otros recursos para sumar más flexibilidad a nuestra conexión.
-¿Han tenido que cambiar alguna estrategia de expansión en la región a raíz de la pandemia?
-Cero. Por cierto, abrimos una subsidiaria recientemente en Perú. Claro, tenemos que ser muy conscientes de nuestros proyectos y no hacer grandes inversiones, pero los objetivos no han cambiado. Ajustamos el timing de algunas inversiones y no estamos tan acelerados como antes de la crisis, pero no hemos afectado ninguna posición de empleo y estamos sumando recursos en nuestros negocios cada semana.
-Varias compañías repiten que época de crisis también es época de oportunidad. ¿Qué oportunidades observas para Red Hat y sus clientes?
-En las redes sociales circula un chiste que pregunta ¿quién está acelerando la transformación digital: el CEO, COO, CIO o la COVID 19? Obvio que es la Covid19.
No podemos negar que nos enfrentamos a un viento en contra, como la desaceleración de algunas industrias de manufactura, compañías aéreas y de entretenimiento, pero en los otros segmentos vamos a salir con una gran ventaja. Los clientes nos van a reconocer no solamente por la tecnología, pero por nuestra actitud y la postura de tener esta noción de flexibilidad en tipos de pagos y cambios, y por prestando nuestros servicios de forma virtual.
Creemos que las empresas que no tenían un plan estratégico digital, que son pocas, ahora van a necesitar hacerlo de forma inmediata. Ahí hay una gran oportunidad para Red Hat, no solo en productos softwares, sino también en servicios. El desafío siguiente después de todo esto es algo que ya era complejo antes de la pandemia y lo va a ser aún más después, que es buscar y encontrar talentos para que se sumen a nuestro proyecto.
LA HISTORIA DESPUÉS DE LA ADQUISICIÓN
-¿Qué ha cambiado en Red Hat luego de su adquisición por IBM? O, mejor dicho, ¿qué cambió en IBM por la incorporación de Red Hat y por la asignación de Jim Whitehurst en su presidencia?
-Yo hablo por Latinoamérica, pero represento el sentimiento de mis pares en América del Norte, Europa y Asia-Pacífico que, desde que se efectuó la adquisición en julio del año pasado, tenemos resultados muy positivos. Aunque IBM ha comprado Red Hat por cifras enormes (US$ 34 mil millones), no tenemos ninguna injerencia por parte de IBM, porque el mundo en que nosotros vivimos es un mundo muy particular y único de open-source.
Lo que buscamos hoy en esta unión entre IBM y Red Hat en Latinoamérica es encontrar dónde están las sinergias. IBM tiene una cobertura altísima en América Latina, considerando que está hace más de 100 años en la región. Tienen acceso a territorios y a los tomadores de decisión que no alcanzamos, mientras que nosotros llegamos con las herramientas y servicios de modernización de sus aplicaciones. Y claro, ahora que Jim es presidente de IBM es solo una evidencia de que el open multi cloud es la dirección y la apuesta de ambas empresas.
-¿Cómo ha cambiado el trabajo de los canales asociados en América Latina? ¿Los canales de IBM tuvieron acceso a las tecnologías de Red Hat y los canales de Red Hat tuvieron acceso a IBM?
- Los canales de Red Hat son intocables y no hubo cambios porque estaban preocupados por perder espacios de venta. Ya para el ecosistema de canales de IBM, decidimos abordar a un plan de mediano plazo cubrir a lo que nosotros llamamos el wide-space. Por ejemplo, en América Central, donde IBM cuenta con una gigantesca presencia con muchos canales importantes, la transición fue inmediata. Quedaron muy motivados por la llegada de Red Hat y actualmente están certificando a los vendedores, arquitectos y consultores con las tecnologías de Red Hat.
-Cuando sea el nuevo normal, varias personas están hablando de la nueva forma de trabajo, de organización y de ser una empresa. Entonces, ¿qué podrían aprender las compañías latinoamericanas de la cultura empresarial de Red Hat que siempre fue distinguida?
-Aquí hemos aprendido mucho del desarrollo de aplicaciones de código abierto que permite la colaboración, participación y transparencia. Transportamos este conocimiento a la gestión de organizaciones. Es decir, en Red Hat confiamos que cada uno de los 15 mil empleados internacionales y casi mil empleados en Latinoamérica tienen algo que contribuir, colaborar y encontrar una solución par aun problema o un desafío.
Esto significa que aún en tiempos de pandemia vamos a nuestros empleados y preguntamos qué necesitan, qué sugieren. A esto lo llamamos “open management framework”, en el que todos tienen la capacidad de sugerir, criticar y de hacer feedbacks para que las soluciones sean las mejores. Entonces, lo que nosotros podemos transmitir a nuestros clientes y socios es que en la cultura abierta es donde se reúne lo mejor de la inteligencia colaborativa y que es mejor que el de uno o dos tomadores de decisiones. Esto hace también el trabajo del líder sea mucho más consistente, porque todos estarán detrás del mismo proyecto, porque son parte de las soluciones y no solo de los problemas.