Un consorcio de investigadores, universidades y empresas está trabajando para desarrollar este software que servirá como “detector de mentiras” que se difunden en las redes sociales.
En los últimos días, se ha estado propagando en Panamá “rumores y mitos” falsos e infundados a través de mensajes en las redes sociales en torno al proyecto de ley 61 de educación sexual y reproductiva, generando desconfianza, manipulación y confusión en la población. Se dice que este proyecto de ley elimina la patria potestad, promueve la homosexualidad, entre otros.
Lo anterior ocurre porque, tal como lo indican los expertos en ciencias de la información, el internet es el medio que más se presta para difundir falsos rumores debido a que su fácil acceso permite que cualquiera pueda crear un contenido falso; y a lo viral de su propia red, con consecuencias imprevisibles para los usuarios. “Retuitear” un rumor toma menos tiempo que verificar su contenido y los usuarios por lo general reaccionan a las noticias en forma refleja con un comportamiento emocional.
Un estudio concluyó que mientras un rumor falso viaja por la red al menos 14 horas, una noticia cierta deja de circular luego de dos horas.
Para hacer frente a la situación descrita, un consorcio formado por investigadores, universidades y empresas está trabajando para desarrollar un software que sirva como “detector de mentiras” que se difunden en las redes sociales, tales como en Twitter, y Facebook con el fin de detectarlas antes de que se hagan virales.
El proyecto ha sido bautizado con el nombre de Pheme, en honor al personaje mitológico griego (Fama en la versión romana) que personificaba los rumores, chismes y la fama. Pheme era todopoderosa por su poder para hacer grande lo pequeño y viceversa. Este Proyecto comenzó a desarrollarse en el 2014 por tres años y es financiado por la Unión Europea. La finalización del proyecto está prevista para el cierre de 2016.
Existen innumerables ejemplos de noticias falsas en las redes sociales. Para mencionar algunos, la asociación de la vacuna triple vírica con el autismo que causó gran alarma social. En el 2008, las acciones de Apple cayeron vertiginosamente por una noticia falsa de un ataque al corazón de Steve Jobs. En 2013, Wall Street entró en pánico al difundirse la noticia de que la Casa Blanca había sido atacada y que el presidente Obama estaba herido.
Un artículo de Bloomberg, titulado “Como piratear una elección” relata como el pirata informático Andrés Sepulveda confesó haber amañado las elecciones en el Sur y América Central durante 8 años llevando a cabo acciones de guerra sucia a través de rumores, campañas de difamación y manipulación a los medios de comunicación, destruyendo despu és gran parte de las evidencias.
Según la directora del proyecto, Kalina Bontcheva, el programa Pheme de fast-checking (verificación en tiempo real) de las informaciones, permitirá a los gobiernos, servicios de emergencia, periodistas y empresas reaccionar de forma más rápida y eficaz a los rumores falsos, gracias a un algoritmo complejo.
Pheme buscará analizar los tuits y otros status de Facebook para yuxtaponerlos, compararlos y contrastarlos con otras informaciones, con el fin de clasificarlos después en una cierta categoría en función del resultado. Si el contenido, por ejemplo del tuit no es veraz, Pheme nos dirá inmediatamente si se trata de una simple especulación (como por ejemplo, datos de índices bursátiles), una controversia (discusiones sobre la efectividad o no de las vacunas virales, por ejemplo), una información errónea (que se divulga no intencionalmente), o lo que es peor, una desinformación (datos inexactos o falsos difundidos malintencionadamente).
Por otro lado, el programa categorizará de manera automática las fuentes que emiten la información con el fin de evaluar su credibilidad. Los resultados aparecerán en un tablero visual del usuario indicándole si se trata de una noticia falsa o verídica.
Mientras se espera que el dispositivo sea utilizable, los argumentos en Panamá de algunas voces “Pheme” en el ciberespacio al proyecto de ley 61, deja de manifiesto que los docentes y padres de familia no solo tenemos el desafío de educar en materia sexual, sino también la de fomentar actitudes y valores tales como el sentido crítico frente a los contenidos de internet, como parte de una alfabetización digital que enseñe a los jóvenes a ser usuarios responsables y no pasivos que corren el riesgo de dejarse influenciar por la inmundicia informacional.
* Por Una Alfú Reyes, abogada.