Estudio indica que microbios han llegado al planeta rojo en las mismas naves enviadas por la NASA, lo que podría dificultar los estudios sobre vida extraterrestre.
Polizones muertos aterrizaron en Marte en agosto de 2012 . Eso es seguro. Pero debido a su diminuto tamaño (eran microbios) les resultó fácil esconderse mientras el rover de la NASA Curiosity aterrizaba en Marte. Lo que es menos seguro pero más importante es si alguna de las bacterias terrestres sobrevivieron el viaje. Este lunes, científicos de Boston presentaron una investigación que sugiere que sí.
Si bien se sospechaba desde hace mucho tiempo , estos resultados tienen consecuencias profundas y costosas para las próximas misiones de la NASA y, más a largo plazo, para cómo los seres humanos investigan, exploran y tal vez incluso visitan el planeta rojo.
La contaminación de vida terrestre
Desde los albores de la era espacial, los científicos se han preocupado por la posibilidad de que distintas formas de vida terrestres contaminen otros mundos, sesgando así las investigaciones que buscan vida extraterrestre. Esa preocupación se vio plasmada en el Tratado del Espacio Exterior de 1967, donde se estableció que las naciones con capacidad espacial debían evitar la “contaminación dañina” de la Luna y otros cuerpos celestes. A su vez, la NASA estableció una Oficina de Protección Planetaria para preservar la capacidad de estudiar los planetas en su estado natural y, sobre todo, para proteger a la Tierra de la contaminación llegada desde el espacio.
Desde entonces, todas las naves estadounidenses con destino a otros planetas han sido esterilizadas a fondo antes de ponerse en marcha, lo que generó grandes costos. Durante las misiones Viking a Marte en la década de 1970, por ejemplo, casi el 10% del presupuesto general de la misión se dedicó a la descontaminación.
Sin embargo , nada (especialmente una sonda espacial grande) se puede esterilizar por completo. Por lo tanto, Curiosity viajó con 22 esporas microbianas por metro cuadrado, según especificaciones de la NASA.
La presunción era que ninguna de esas esporas podría sobrevivir el viaje a través del espacio interestelar y la atmósfera marciana. Sin embargo, antes del lanzamiento de Curiosity, los investigadores tomaron muestras de la nave y se identificaron 377 organismos que representan a 65 especies de bacterias, que posteriormente trataron en cultivo bajo condiciones que se aproxima a lo que podrían experimentar durante un viaje a Marte, incluyendo temperaturas extremas y una amplia exposición a la radiación ultravioleta. De las cepas cultivadas, el reciente estudio llegó a la conclusión de que “11% de las aisladas podría sobrevivir bajo múltiples condiciones extremas”.
El debate
Por supuesto que esto no significa que las cepas sobrevivieron, sino que podrían hacerlo. Sin embargo, el resultado se suma a un creciente debate sobre si las medidas de esterilización valen la pena, dados sus altos costos y dudosa efectividad. En 2013, por ejemplo, Nature publicó un artículo titulado “La sobreprotección de Marte”, un argumento extendido para reducir las medidas de descontaminación a excepción de las misiones que buscan específicamente pruebas de la vida. Según la nota, sería mejor invertir el dinero en investigación científica.
La cruda realidad es que, a pesar de las aspiraciones de algunos científicos, Marte no es y probablemente nunca será una reserva natural virgen. Cada vez que los seres humanos llegan a la superficie del planeta rojo, los astronautas llevan con ellos meses, si no años de los polizones microbianos. Y aunque es posible aislar algunos, es pura fantasía creer que la instalación de una colonia permanente en Marte (SpaceX está avanzando hacia la construcción de uno) podría mantener una eterna barrera entre el medio ambiente marciano y las formas de vida visitantes. Pero, tarde o temprano, algo va a filtrarse.
Pero eso es el futuro especulativo. El presente es más tangible, con la NASA planificando futuras visitas robóticas a Marte, incluyendo una misión programada para 2020 que traerá muestras del planeta rojo de vuelta a la Tierra. Aunque solo sea para preservar suelo y rocas, la NASA debe continuar mejorando los procedimientos de descontaminación que obviamente están muy lejos de ser perfectos. El futuro del espacio se puede llenar de terrícolas, pero por el bien de la ciencia y lo que nos puede revelar, no hay ninguna razón para apresurarse a esa realidad.