Este planeta ha evolucionado mucho en los últimos miles de millones de años: comenzó como un planeta húmedo y cálido, pero los vientos solares lo dejaron frío y estéril. ¿Qué cambio le espera ahora?
A principios de este mes, científicos anunciaban que Phobos (una de las dos lunas de Marte) probablemente se estaba desintegrando. La fuerza gravitacional del planeta está causando que la luna se achique, y algún día (tan pronto como dentro de 20 millones de años) el tire y afloje podría terminar con la aniquilación total de Phobos.
Pero en vez de terminar su larga y tumultuosa relación para bien, esta destrucción dramática podría llevar a Phobos y Marte al siguiente nivel: Phobos se convertirá en el anillo de Marte.
De acuerdo con una investigación publicada el lunes en Nature Geoscience, llevada adelante por Benjamin Black y Tushar Mittal de la Universidad de California en Berkeley, Phobos podría formar anillos marcianos que durarían de uno a cien millones de años. Estos anillos se formarán relativamente rápido una vez que la luna comience a desintegrarse de verdad, de acuerdo con estas predicciones.
Las lunas errantes han formado antes anillos alrededor de planetas. En el caso de Saturno, es posible que las colisiones frecuentes entre sus lunas (hoy tiene 62, y probablemente hayan sido más) y otras rocas espaciales crearan los materiales necesarios. Marte solo tiene al pobre Phobos para trabajar con él, así que la masa de sus anillos sería mucho más pequeña que esa que rodea Saturno. Pero, por un tiempo, los restos rocosos de Phobos estarán tan compactados alrededor de Marte que tendrán cerca de la misma densidad que los anillos de Saturno.
Pausemos por un instante para imaginar a Marte con un anillo. ¿Cómo se vería? Ya sabemos que Marte ha evolucionado mucho en los últimos miles de millones de años: comenzó como un planeta húmedo y cálido, pero los vientos solares lo dejaron frío y estéril.
Marte es un planeta que generalmente imaginamos como muerto, con su atmósfera básicamente nula y desapareciendo cada vez más todos los días, no se convertirá de repente en un lugar adecuado para la vida. Pero los nuevos hallazgos sobre Phobos son un recordatorio de que no toda evolución planetaria tiene que desarrollarse aumentando la habitabilidad. Luego de eones como una pila lodosa de rocas rojas, Marte todavía podría obtener un gran cambio de look, y eso es genial.
Los investigadores creen que esta fue una ocurrencia más común en los primeros días de nuestro sistema solar, y que Phobos es solamente la última luna que queda en la espiral de la muerte hacia su planeta anfitrión. Al observar su progreso, podríamos conocer más acerca de cómo las lunas ayudaron a formar los planetas que hoy vemos.