La semana pasada el servicio de la red social se interrumpió cerca de media hora, un episodio que recordó cuán vital es en todo el mundo.
El sábado 8 de marzo, cuando se supo que un avión de Malaysian Airlines había desaparecido sin dejar rastro alguno en su trayecto desde Malasia a Pekín, una mujer desesperada tuiteaba a su pareja y socio para preguntarle si se encontraba bien. Él iba a subirse al avión pero a último momento decidió no abordarlo, porque ella estaba enferma. Cuando cerca de 90 minutos después del primer tuit el novio respondió que no había subido al desafortunado avión, no solo ella sino tuiteros de todo el mundo respiraron aliviados.
La historia con final feliz fue seguida en vivo por la comunidad de la red de microblogging, el ejemplo más fresco de lo que Twitter significa en el mundo de hoy: un medio de comunicación y una fuente de información vital, global, y en vivo y en directo.
Por eso, cuando tres días después de este episodio el servicio de Twitter dejó de funcionar durante cerca de media hora (una eternidad en el universo online), el mundo lo notó. Y temió. Porque se supone que el pájaro azul no debe interrumpir su servicio de entrega de mensajes.
“Twitter es demasiado grande, demasiado adulto, demasiado vital, como para experimentar una caída tan importante otra vez”, escribió el periodista de Wired Mat Honan al día siguiente. En otras palabras, la compañía cofundada por Jack Dorsey ya no puede darse el lujo de caer.
Único en su especie
En sus comienzos, todos perdonaban a la ballena blanca o Fail Whale que anunciaba un error técnico en Twitter, en general porque su capacidad estaba saturada. Pero con el tiempo este error de la adolescencia importó cada vez más.
Cuando en 2012, durante las elecciones presidenciales que llevaron a Barack Obama a la reelección, la red resistió más de 300 mil tuits por minuto sin que el sistema cayera, para unos fue un éxito; para otros, solo había pasado lo que tenía que pasar.
Es que Twitter ya no es una red social para charlar con amigos, sino que es por naturaleza “un sistema de distribución de la información en tiempo real. Es la definición de noticias de último momento”, explicó Hanon, para quien Twitter no es solo un servicio de comunicación, sino una “forma clave del mundo para comunicarse”.
Y Twitter es consciente de eso. Contrató a la experta en noticias Vivian Schiller (quien trabajó, por ejemplo, para la NBC) y se asoció con Dataminr for News, que ayuda a los periodistas a hallar información y fuentes en Twitter. También alentó a los usuarios venezolanos a acceder al servicio vía SMS, para evitar los esfuerzos del gobierno de bloquear Twitter durante los disturbios del último mes (algo que, de hecho, también refleja la importancia de la red).
“A veces Twitter puede ser lo único que esté funcionando durante una inundación u otro desastre natural”(léase terremoto, tsunami), dijo a Wired Chris Fry, vicepresidente de ingeniería de Twitter.
En definitiva, Twitter no puede caer porque no hay nada que lo reemplace. Ni Facebook, ni Google+ ni las weblogs combinan la naturaleza pública y el alcance de Twitter, que se ha vuelto único y, por eso, indispensable.