Expertos uruguayos ejercitan la imaginación y nos cuentan cómo creen que será el país en el 2114 en distintos ámbitos, desde el tránsito y la ciudad, hasta el trabajo, la vestimenta y la convivencia con robots. No obstante, los expertos aclararon lo difícil que es pensar en un futuro tan lejano desde el presente.
El futuro es un concepto que, como el infinito o el tiempo, no cabe en nuestra mente con todas sus dimensiones. Sin embargo, es posible basarse en elementos conocidos y tendencias actuales para proyectar futuras innovaciones y cambios.
En vísperas de un nuevo año, el canal de tecnología de El Observador, Cromo, planteó un ejercicio de proyección e imaginación a siete especialistas locales, pertenecientes a distintas áreas de la tecnología con un tema en común: ¿cómo será Uruguay dentro de 100 años?
El resultado de este Uruguay del futuro es muy variado. Autos que se manejan solos gobernarán las calles, cámaras por doquier harán trizas la privacidad de las personas, pero en pos de la seguridad y la productividad. Los robots coparán la vida cotidiana y sustituirán a los humanos en muchas de las tareas. El software será el nuevo rey. Las computadoras estarán muy cerca de pensar como personas y de tomar decisiones casi como humanos. Los gigantes tecnológicos como Google seguirán siendo gigantes en la era del Big Data elevada a la máxima potencia.
Todas estas son líneas de cómo se podría dibujar el futuro. No obstante, los expertos aclararon lo difícil que es pensar en un futuro tan lejano desde el presente.
“Por la ley del futuro acelerado se estima que los próximos 100 años equivalen a unos 20 mil años de la era anterior”, dijo Cecilia Abadie, la uruguaya exploradora de Google y residente en California. “El nivel de innovación y cambios que veremos será brutal”, advirtió quien es una de los pioneras de los lentes inteligentes Glass.
Por su parte, el emprendedor tecnológico Sergio Fogel explicó “lo difícil que es para nosotros imaginar realidades muy diferentes” con una comparación: “Si le hubieran preguntado a la gente del año 1880 cómo les gustaría que fuera el transporte en el futuro, hubieran contestado que querían caballos más rápidos”.
Más allá de las limitaciones, estos son algunas de las visiones tan posibles como increíbles que se espera que depare el futuro.
Privacidad y seguridad
“En cuanto a los visores como Google Glass, puedo decir que vamos a tener permanentemente varias cámaras grabando 24/7”, aventuró Abadie. Este avance se complementará con el de una memoria digital que apoye a la biológica. “En nuestra memoria digital vamos a poder realizar búsquedas por voz, por contenido de imágenes, por geolcalización y combinaciones de todas ellas”, dijo. Esta extensión de la memoria hará que la privacidad sea casi nula: “Si alguien puede verlo, alguien puede grabarlo en su memoria, lo mismo que sucede con nuestra vista”.
Sin embargo, no todo es negativo respecto a la pérdida de privacidad. Para Abadie, “la tendencia a la transparencia hará que las personas nos volvamos mejores, ya que todos nuestros movimientos serán visibles”.
Abadie también habló de una posible “identidad digital oficial” de cada usuario, que permita “volvernos dueños de nuestros datos en la red, pudiendo moverlos de un proveedor a otro libremente”.
En su opinión, el tema de la seguridad “avanzará muchísimo”, ya que esta memoria extendida podrá estar monitoreada por asistentes digitales si la persona lo necesita.
Las calles
Según Fogel, las necesidades de desplazamiento serán diferentes. “Hoy nos subimos al auto para ir a trabajar, para hacer trámites, para salir de compras e ir a divertirnos. En 100 años, la sucursal del banco será tan obsoleta como el aguatero de antaño y, con algo de suerte, los trámites presenciales también”, dijo el emprendedor y experto en tecnología.
Para Fogel el transporte del siglo XXII va a ser eléctrico y los autos van a ser manejados por máquinas y no por humanos. “De hecho, creo que a partir del año 2080 se prohibirá a los seres humanos conducir vehículos, ya que eso es muy peligroso, además de alterar el tránsito”, agregó.
Para él, la escena de las calles uruguayas será algo así: “Por las calles circularán autos a gran velocidad, seguramente 200 o 300 kilómetros por hora. Observar el tránsito será increíble para alguien de nuestra generación, ya que la distancia entre un auto y el de adelante será de escasos centímetros y, al frenar uno, los de atrás lo harán al mismo tiempo. No habrá semáforos en las esquinas y los autos cruzarán en todos los sentidos sin detenerse, pasando a milímetros unos de otros, pero sin tocarse. El único uso de los semáforos será para los peatones”.
A su vez, el experto conjeturó que cuando las personas necesiten viajar, solo deberán llamar un vehículo desde su smartphone (“o el dispositivo que lo sustituya”). “Los autos no estacionarán en la vereda, sino que dejarán al pasajero y se irán a buscar al siguiente, o se dirigirán al lugar donde el software pronosticó que habrá demanda, o tal vez a lavarse o a cargar la batería”.
“Claro que añoraremos algunas cosas. Habrá que encontrar otro lugar para los primeros besos”, bromeó Fogel sobre la nostalgia anticipada de los autos actuales.
Por su parte, el arquitecto especialista en transporte terrestre Miguel Vaczy fue un poco más conservador con el transporte urbano. Vaczy imagina un Montevideo con un sistema de transporte público rápido y moderno “utilizando la tecnología ferroviaria como el metro en los ejes troncales, donde se mueven la mayoría de las personas”. Según el experto, los autos, camiones y ómnibus seguirán existiendo, pero circularán en avenidas, mientras que el metro se moverá en túneles y viaductos elevados y alcanzará entre 50 y 80 km/h (hoy el promedio es 17 km/h).
Tecnología para vestir
La tendencia en vestimenta será la wearable technology. Todo hace pensar que la tendencia seguirá y que incluso irá más allá.
Mientras que hoy la tecnología portable se reduce a relojes inteligentes como el Galaxy Gear de Samsung y a la promesa de la popularización de los lentes inteligentes de Google, dentro de un siglo también cabe esperar “implantes corporales, tatuajes con funcionalidad, ropa inteligente (por ejemplo, para cargar baterías, algo en lo que ya se está trabajando)”, sostuvo Abadie.
A su vez, la ropa y los accesorios, como tantas otras cosas (desde edificios enteros hasta órganos) podrán imprimirse en 3D, una revolución que recién va tomando forma, pero que es una de las grandes promesas.
Robots trabajadores
Más que miedo a que las máquinas conquisten el mundo, lo más probable es que los robots conquisten los puestos de trabajo que hoy en día ocupan seres de carne y hueso. Según Fogel, trabajos como el del conductor profesional quedarán obsoletos, ya que estos vehículos se conducirán de forma automática. A su vez, los deliveries serán también con autos autónomos, robots androides (como lo que trama Google) o incluso drones (como planea Amazon). De hecho, según recalcó Abadie, el 61% del tráfico de la web ya está formado por robots.
A su vez, Abadie dijo que delegaremos muchas de nuestras tareas diarias a asistentes digitales inteligentes que “aprenderán de nuestras necesidades, gustos y hábitos, y nos harán llegar noticias personalizadas de acuerdo a nuestras preferencias, intereses y las señales más fuertes de nuestras redes sociales”.
Por su parte, Andrés Aguirre, ingeniero y docente de Facultad de Ingeniería de la Udelar, dijo que para pensar qué sucederá en el futuro con la robótica es interesante recordar qué pasaba con las computadoras en la década de 1970. El ingeniero, responsable del proyecto de robótica Butiá, recogió la anécdota de Steve Wozniak, el inventor de la Apple I (considerada la primera computadora personal), quien antes de llevar a cabo su emprendimiento con Steve Jobs, ofreció la idea en Hewlett-Packard, donde trabajaba. Fue rechazada porque se creía que las computadoras no serían útiles para uso personal.
“Algunos investigadores plantean que en el futuro ocurrirá con la robótica lo mismo que con la computadora y pronostican que habrá un auge de lo que se considera robótica orientada al servicio, donde existirán robots en nuestras casas haciendo tareas para simplificar nuestra vida. Algo como lo que ocurre hoy día con las aspiradoras robot o el auto de Google, pero a una escala mayor”, afirmó Aguirre.
Mercado y monedas
En cuanto a la situación del mercado en 2114, el analista Andrés Escardó dijo no ver futuro al bitcoin “como una alternativa viable a las divisas nacionales o regionales, debido a su falta de respaldo institucional y regulación internacional”. No obstante, opinó que será necesaria una moneda virtual, sobre todo debido al crecimiento del e-commerce.
Según el European Financial Advisor, en 100 años las grandes corporaciones tecnológicas como Facebook, Microsoft y Google seguirán teniendo “una gran influencia en el mercado financiero global, en tanto la revolución tecnológica seguirá siendo imparable”.
Relaciones personales
En cuanto a las redes sociales, el psicólogo especializado en internet Roberto Balaguer no cree que en 2114 sean como las conocemos hoy. “Las redes actuales todavía están muy mediatizadas por el acceso a través de un dispositivo externo, como el celular, por lo que siguen siendo rudimentarias en este sentido”, explicó el experto. Para él, en el futuro las redes serán “mucho más inmersivas”: “Viviremos dentro de ellas, incluso corporalmente y probablemente coexistiremos en más de una al mismo tiempo”.
Abadie, por su parte, reconoció que existen “ciertas tendencias que se van a continuar acentuando”, como la globalización. “Podemos esperar que el planeta este totalmente globalizado para el 2114 y, a su vez, cada mas virtualizado”, dijo. Un ejemplo son los sistemas de presencia remota a través de realidad virtual, los cuales harán que sea “cada vez menos relevante en qué parte del planeta estás”.
“Una posibilidad un poco más lejana pero posible es que veamos la fusión de los humanos con las computadoras. Por ejemplo, que podamos hacer un upload de nuestro cerebro a una computadora y vivir virtualmente ahí, clonarnos, etcétera”, dijo Abadie. La exploradora de Google recordó que según Ray Kurzweil, uno de los futuristas más respetados de la actualidad, entre los años 2025 y 2040 una computadora tendrá mas capacidad de procesamiento que un humano y hasta que la humanidad entera. Esa es la promesa de las computadoras cuánticas, que Google y la NASA compraron en conjunto este año.
Pero, incluso en este contexto (o cualquiera que toque vivir) seguirá habiendo “maestros y docentes que enseñarán a los niños”, sostuvo por su parte Miguel Brechner, presidente de Plan Ceibal. Más allá de eso, en su proyección del Uruguay del futuro, Brechner se limitó a citar al informático estadounidense Alan Kay: “La única forma de poder predecir el futuro es construirlo”.