Este proyecto procura introducir a gran escala un modelo de impresión de bajísimo costo y biodegradable. Su mayor promesa: la construcción de casas, primordialmente para los que no cuentan con una vivienda.
Tal como señala NeoTeo en su repaso sobre la noticia, las impresoras 3D usualmente trabajan con derivaciones del plástico y con tipos especiales de tintas, aunque también existen modelos capaces de imprimir empleando metales, cristales, textiles e incluso valiéndose de ingredientes culinarios que resultan en alimentos.
Hemos visto, también, desarrollos que permiten crear estructuras que reemplazar huesos en el ser humano. En tal sentido, este sector atraviesa una etapa germinal, de pura exploración y promesa a futuro. Es, en tanto, un verdadero work in progress, un terreno de suyo abierto a la innovación.
Desde el Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña, emplazado a unos 17 kilómetros de Barcelona, llega una noticia de profundo interés para los interesados en los alcances de la impresión 3D. Un investigador de aquella institución, Sofoklis Giannakopoulos, presentó Pylos, un modelo que imprime utilizando una materia hasta ahora inédita para este tipo de desarrollos: la tierra.
Este elemento supone una serie de beneficios, como su condición biodegradable y reciclable al cien por ciento, y también su bajo costo. Por mencionar un ejemplo, el costo total de una columna de 200 centímetros de alto es de 5 euros. Es así que el proyecto persigue un objetivo primario: el ánimo de brindar soluciones de vivienda.
En el sitio web en el cual se detalla el proyecto se explican otras ventajas propias de la tierra en la construcción de viviendas. Se menciona la aislación térmica natural, la protección contra incendios, la buena circulación de aire que propicia y regulación del clima, la baja emisión de CO2 y, a pesar de lo que muchos pueden creer, se indica que resulta en estructuras rígidas y fuertes.
En rigor, en los ensayos realizados con esta impresora se utilizó 96 por ciento de tierra y un 4 por ciento de aditivos y, según afirma el investigador detrás del proyecto, el material resultante es tres veces más resistente a la tracción que la arcilla industrial”. Como se afirma en Computer Hoy, estos beneficios de la tierra no son una primicia y se conocen desde el Neolítico. Aquí la innovación radica en el uso y la metodología de su utilización.
Giannakopoulos agrega que “la tierra puede ser reciclada un indefinido número de veces a lo largo de un período extremadamente largo” y que “los residuos secos pueden ser reutilizados luego de su inmersión en agua, por lo cual nunca llega a ser un material de desecho que dañe el medio ambiente”.
No es secreto que las construcciones de tierra “han cargado con conceptos negativos asociados al subdesarrollo”, siguiendo lo afirmado en el sitio Plataforma Arquitectura. Sin embargo, Pylos propone un nuevo paradigma en este terreno. La mencionada fuente señala que entre los desafíos de la construcción con tierra aparece el escalamiento productivo y la posibilidad de reforzar las viviendas construidas en adobe que se encuentran en zonas sísmicas.
El objetivo es implementar un sistema a gran escala, que no se aparte de los beneficios antes repasados. Además, que sea capaz de optimizar los tiempos de producción. Por caso, la columna de 200 centímetros que tiene un costo final de 5 euros insumió sólo 180 minutos de trabajo para Pylos.
En el siguiente video es posible ver a Pylos en acción y las distintas pruebas realizadas con diversos modelos de columnas. Un punto interesante: una de las últimas secuencias del video da cuenta del carácter aún experimental de la iniciativa, cuando la columna impresa con tierra simplemente se desmorona.