Jim Kardach, uno de los ingenieros encargados de la creación de esta plataforma en 1997, se inspiró en un personaje de este pueblo para su invento.
Por Pablo G. Bejerano para Think Big. A veces algo nuevo pasa a convertirse en algo cotidiano y su nombre se integra en nuestro vocabulario sin preguntarnos de dónde proviene esa palabra. Y es que no siempre está claro el origen.
Sí lo está en términos como ‘smartphone’ (basta con unas nociones básicas de inglés) o ‘tableta’ (basta con ver la forma del dispositivo), pero, ¿y ‘bluetooth’? Aquí el inglés no aclara nada. ¿A quién se le ocurrió llamarle ‘diente azul’ a una tecnología inalámbrica de radiofrecuencia? A Jim Kardach y lo hizo pensando en un rey vikingo.
La creación del estándar bluetooth es uno de esos momentos en los que varias compañías se unen para poner en marcha una herramienta común que ofrezca un beneficio al conjunto de la industria. Pero en estos casos sucede a veces que la voluntad de algunas empresas se topa con su propia desconfianza hacia los rivales que están colaborando.
A finales de los años 90 la industria electrónica tenía un interés especial por encontrar una solución para conectar de forma inalámbrica computadores, móviles, ratones y teclados, cascos y otros dispositivos. Se necesitaba una tecnología estándar que permitiera una comunicación de corto alcance y que consumiera poca batería.
Jim Kardach, un ingeniero informático de Intel, recibió un encargo de su jefe en 1997. Le preguntó si sería capaz de dar con una solución para dotar de comunicación inalámbrica a un portátil. Kardach se puso manos a la obra, pero no trabajó solo.
Intel se asoció con Ericsson, IBM, Nokia y Toshiba, que por aquel entonces representaban aproximadamente el 60% del mercado de portátiles y móviles, para crear un grupo sin ánimo de lucro que impulsara el desarrollo de la deseada tecnología inalámbrica.
Harald Bluetooth, el rey que dio nombre al bluetooth
Ericsson desconfiaba de Nokia, un sentimiento que era mutuo, mientras que con Toshiba e IBM se repetía el mismo esquema. Esto dejaba a Intel como líder por descarte del resto. Y a Kardach le daba libertad para actuar en ciertas parcelas, como por ejemplo el nombre: Harald Bluetooth
Una vez la tecnología estuvo en desarrollo faltaba llamarla de alguna manera. El ingeniero de Intel en aquel momento estaba leyendo un libro sobre vikingos y uno de los personajes era Harald Bluetooth. Lo propuso y al poco tiempo se constituía formalmente el Bluetooth Special Interest Group (SIG), con las compañías implicadas como miembros.
El nombre no fue un mero capricho, tiene su sentido metafórico. Harald Bluetooth (que en realidad se llamaba Harald Blatand, cuyo significado es moreno y gran hombre, pero que al pasarlo al inglés se tradujo como Bluetooth) es conocido por unificar a las tribus vikingas bajo la religión cristiana. Reinó en Dinamarca desde el año 958 y también en Noruega desde el 970 hasta su muerte en el 986.
En aquella época esa región de Europa estaba dominada por los vikingos, cuyo sistema de gobierno se basaba en clanes familiares con gran poder. El rey era una figura cuya autoridad era cuestionada fácilmente. Pero Harald Bluetooth unificó durante su reinado a las tribus danesas y noruegas, propagando la conversión al cristianismo.
De la misma forma que la tecnología inalámbrica serviría para unificar la comunicación entre dispositivos muy diferentes, por no decir que Kardach tuvo que salvar la rivalidad de sus colaboradores para unificar los esfuerzos de todos.
Un logo basado en runas
El logo no podría ser menos que el nombre y para diseñarlo se eligieron las runas de las iniciales del rey. La ‘H’ y la ‘B’ de Harald Bluetooth provienen de hagall y berkana, las representaciones correspondientes en el alfabeto rúnico. El dibujo de la segunda resulta más familiar, una ‘B’ compuesta de un palo vertical y sendos triángulos adosados, mientras que la primera consiste en un palo vertical cruzado por una X en el medio. La confluencia de las dos runas da como resultado el logo de bluetooth.