Pasar más de 1.000 días fuera de la Tierra puede causar daños irreversibles en el organismo.
El astronauta ruso Gennady Padalka rompió durante este mes el récord por haber pasado la mayor cantidad de tiempo ininterrumpido en el espacio, tras llegar a la suma de 803 días entre todas las misiones en que participó, a fines de junio de este año. Padalka ya dijo que pretende llegar a los 1.000, pero su objetivo puede ser peligroso para su salud.
Cuando la exposición a la microgravedad en la que los astronautas viven en la órbita terrestre es prolongada, esto puede hacerlos vulnerables a contraer cáncer, osteoporosis, problemas de espalda y daños en el sistema nervioso, resume el sitio de noticias The Conversation. Es que la influencia de la gravedad en el cuerpo humano hace que los músculos tengan que hacer más esfuerzo que en el espacio y cuando viajan, se distienden.
Según el sitio, se han notado reducciones en la masa muscular incluso a las dos semanas de habitar la Estación Espacial Internacional. Por lo general, cuando regresan a la Tierra, los astronautas deben pasar por un proceso de rehabilitación ya que mientras están en el espacio usan sus músculos en menor cantidad.
Incluso cambia la altura de los astronautas. Como no hay fuerza que empuje sus cuerpos hacia abajo, la espina dorsal suele estirarse al cabo de unos meses. Al volver a la Tierra, la transición es riesgosa: aumenta la posibilidad de hernia de disco durante el primer año. Los huesos se vuelven más quebradizos y solamente un 50% de este cambio en su densidad se recupera cuando regresan.
Si Padalka volviera a ir al espacio, debería pasar por este proceso una vez más (participó de cinco misiones), sin olvidar los riesgos de contraer cáncer por la radiación a la que estuvo expuesto. Padalka no volverá a la Tierra al menos hasta septiembre. La fecha prevista es el 11 y para ese día ya habrá acumulado 878 días.