La preocupación de unos se debe al temor de que con el tiempo las máquinas sustituyan a la fuerza laboral humana. La de otros, que los robots superen la inteligencia humana.

En 1979 se registró el primer caso de muerte provocada por un robot. El desafortunado accidente ocurrió en Flat Rock, Michigan en una fábrica de Ford. El joven ingeniero de 25 años Robert Williams murió instantáneamente cuando uno de los brazos del robot lo golpeó mientras juntaba partes en una bodega, en donde los robots también recogían piezas.

El suceso llevó a un juicio en el que se concluyó que el golpe del robot se debió a la falta de medidas de seguridad dentro del sitio, incluyendo una alarma que avisara a las personas de la presencia de un robot.

Ford pagó 10 millones de dólares a la familia Williams por daños.

Las líneas de ensamblaje fueron pioneras en utilizar robots en el área laboral. Poco a poco su uso se ha diversificado con robots que lavan pisos, explotan minas, exploran Marte, cosechan frutas y en el futuro podrían incluso encargarse de los adultos mayores. A este paso, Bill Gates podría tener razón y los robots son la próxima frontera tecnológica.

Es entonces que empieza el debate. La preocupación de unos se debe al temor de que con el tiempo las máquinas sustituyan a la fuerza laboral humana. La de otros, que los robots superen la inteligencia humana. Y las de unos más, como Ronald Arkin, director del Mobile Robot Laboratory at the Georgia Institute of Technology, es la reacción de los humanos a la interacción cercana con un robot. “¿Cuáles serán las consecuencias si tenemos éxito (en crear un asistente artificial como Robotina, por ejemplo). Las cosas artificiales podrían ser más deseables y atractivas que sus contrapartes humanas llenas de fallas” dijo el científico en entrevista con Wired.

Su preocupación coincide con las proyecciones de futuristas de la Universidad de Victoria, Australia, “Los robots sexuales serán más deseables, pacientes, entusiasta y altruista que su competencia de carne y hueso, además estarán cargados con habilidades sexuales supremas tomadas de milenios de manuales eróticos, archivos y experimentos académicos. Su anatomía tendrá dispositivos sexplosivos, como cuatro lenguas, besos suaves, masajes en el punto g entre más de 2000 variaciones de ritmo coital y lubricantes aromáticos” publicaron en agosto pasado.

¿Qué te parece más preocupante?

¿Qué los robots nos destruyan, que sean más inteligentes que nosotros, o que tengamos relaciones amorosas con ellos?

Esperamos tus comentarios.

Crédito foto: Popsci