En México, al final de 2017, existían 14 OMVs en activo, con 1,48 millones de líneas en conjunto, cifra que representa 1,3% del mercado total en ese periodo.
Un Operador Móvil Virtual (OMV o MVNO por sus siglas en inglés) es una compañía que ofrece servicios de telecomunicaciones móviles bajo su propia marca, pero sobre la red de otro operador ya establecido. En México podríamos considerarlos los competidores pequeños en el rubro.
Estos operadores han tenido una exitosa evolución desde que aparecieron por primera vez dentro de Reino Unido en 1999 y contabilizan al día de hoy más de 1,200 empresas alrededor del Mundo. Un estudio de The Competitive Intelligence Unit reveló sus cifras.
En México, al final de 2017, existían 14 OMVs en activo, con 1.48 millones de líneas en conjunto, cifra que representa 1.3% del mercado total en ese periodo. Esta contabilidad es equivalente a un crecimiento de 68.7% interanual, atribuible a la entrada de nuevos operadores durante el año.
Por su parte, en su conjunto, sumaron 0.3% del total de los ingresos del mercado de telefonía móvil, durante el cuarto trimestre de 2017. Esta proporción obedece a estrategias de negocio basadas en promociones que no han logrado traducirse en un gasto promedio mensual suficiente que les permita aproximarse al promedio del mercado.
Al analizar por separado a cada uno de los operadores móviles virtuales en el país es posible identificar que existen diferentes modelos de negocios con muy distintos desempeños.
En primer lugar, se encuentran las compañías que han intentado competir de igual a igual con los operadores tradicionales (OT), sin resultados exitosos. Si bien, en un inicio parecían comenzar a ganar terreno en cuanto al número de abonados trimestre a trimestre, estos números nunca fueron proporcionales a los ingresos alcanzados.
Por otro lado, se han incorporado a este mercado nuevos jugadores que han logrado ajustar su modelo a un segmento específico de consumidores en el país. Estos nuevos OMV parten de entender que el modelo de negocios tiene que contar con un diferenciador o servicio de valor agregado que el operador tradicional no pueda ofrecer.
Para ello, es necesario que los modelos de negocios encuentren su tipo de consumidor y se especialicen en un nicho específico, por ejemplo, al ofrecer servicios móviles desempaquetados o de valor agregado. De esta manera, sin importar que la capacidad de reducción de tarifas sea menor para el OMV con respecto al OT, lograrán ofrecer servicios diferenciados y competitivos en el mercado.