La localización de los teléfonos se puede realizar a través del código Imei, sin embargo, las operadoras no tienen ninguna urgencia legal por entregar ese número a la policía.
Desde que hay más celulares que habitantes, casi 5 millones de servicios de telefonía móvil activos en Uruguay, el robo de estos aparatos es algo frecuente. Lista de contactos, información personal y el costo de los aparatos, son alguna de las razones por las cuales rastrear un celular para recuperarlo.
Tal es el caso de Florencia, quien se encontraba en un boliche de Punta del Este cuando le robaron su iPhone. Gracias a una aplicación de rastreo por GPS pudo identificar el lugar donde se encontraba y, con ayuda de la Policía de la Seccional 10a de ese balneario, lo recuperó.
El rastreo de celulares no está limitado a aquellos aparatos que tengan tecnología GPS. Al igual que en otras partes del mundo, la Policía en Uruguay puede rastrear un celular a través del código Imei. El código Imei es el número que identifica el celular, consta de 15 dígitos y puede accederse a él discando “*#06#”.
Pese a que la Policía puede rastrear la ubicación del celular y encontrarlo, la falta de una legislación sobre el tema produce que puedan pasar meses hasta que comience el rastreo, aseguró Gabriel Lima, jefe del área de Delitos Informáticos de la Jefatura de Policía de Montevideo.
Para comenzar a rastrear, la Policía necesita una orden del juez y que las compañías de telefonía móvil pasen la información de ese teléfono que utiliza su red. Una de las razones por la que este sistema puede demorarse es que en Uruguay no existe una legislación que obligue a las empresas a enviar la información en determinado tiempo, por lo que la respuesta puede darse en cuestión de días o en varios meses.
Un juez puede obligar a una compañía a que dé la información del celular, con el determinado código Imei, solo si se trata de un delito que requiera urgencia, como un secuestro en el que los captores usan el celular para comunicarse con la familia de la víctima, por ejemplo.
Lo mismo ocurre para rastrear a través del GPS. Como la información la tiene la compañía que suministra el servicio, el tiempo de respuesta que puede dar la Policía depende de que tan rápido actúe esa empresa.
La Jefatura de Policía no tiene estadísticas que cuenten cuántos celulares son robados, ya que no hay una forma establecida para clasificarlos. De esta manera el robo de un celular puede ser anotado indiferentemente como hurto, rapiña o robo de celular.
Cuando un celular es utilizado para cometer algún delito, como extorsionar a alguien, el rastreo se hace de forma inmediata, aunque también puede utilizarse en casos en los que el delito es el robo del aparato.
Delitos informáticos no se encarga de los casos de celulares hurtados, sin embargo, en las seccionales puede hacerse el rastreo. Según Lima, ningún policía puede excusarse en que no sabe como rastrear un celular ya que las seccionales pueden solicitar apoyo.