Pese a que no existe un marco legal para emprender socialmente en Chile, quienes lo hacen se han hecho un espacio en el ecosistema empresarial bajo diversas formas societarias.
A pesar de que en el país no existe un marco legal ni menos mecanismos de formalización para emprender socialmente, los emprendedores han buscado hacerse un espacio en el ecosistema empresarial chileno. Es tanto así que las empresas de este tipo han ido creciendo en número e importancia, apoyados en parte por centros universitarios, empresas privadas y el sector público. Y es más, existe un proyecto de ley para poder dar el reconocimiento y apoyo adecuado a este tipo de empresas.
De acuerdo al reporte "Estructura y Dinámica del Emprendimiento social en Chile" realizado por la Universidad del Desarrollo (UDD) en conjunto con investigadores de las universidades de Leeds y Newcastle de Reino Unido, además de Corfo, la iniciativa social empresarial es motivada e impulsada por la intención de resolver problemas sociales en un 57% de los casos.
Por área de trabajo, este tipo de empresa se focaliza en un 43% en educación, seguido por trabajo (28%), emprendimiento (23%), salud (22%) y pobreza (20%).
El emprendimiento que destaca en el rubro es Emprediem, empresa dedicada a la gestión y democratización de la innovación social, y que junto a su programa Balloon Latam busca fomentar y desarrollar el emprendimiento en comunidades mediante el traspaso de herramientas y metodologías de innovación.
Misma repecursión, le concede el estudio de la UDD a Open Green Road S.A, que a través de su principal proyecto "PuntajeNacional.cl" permite a los estudiantes acceder gratuitamente a una plataforma de educación online con contenido de primer nivel.
Formalización del emprendimiento
Como dijimos anteriormente, dado la ausencia de una estructura legal que los ampare, las empresas que quieran actuar bajo esta forma de negocio pueden asumir diversas formas societarias.
Según el informe de la Universidad del Desarrollo, un 20,9% aún no está legalmente constituida, un 18% actúa bajo la forma sociedad por acciones y un 18,5% como sociedad de responsabilidad limitada.
Lo que llama la atención de los investigadores del estudio es que hay un alto porcentaje de emprendedores, en su mayoría en emprendimientos por necesidad y autoempleo, que se mantienen por dos o más años en la informalidad. Esto respondería a prácticas de gestión aprendidas o a necesidades percibidas respecto a qué requiere un emprendimiento para funcionar y hacerse viable en el mercado.
Distribución
Al hablar de distribución, un 50,4% de los emprendimientos están centralizados en la Región Metropolitana, seguido por Valparaíso y Bío Bío. Sin embargo, sólo un 20% de sus beneficiarios están ubicados en la capital.
Los investigadores además afirman que en términos de movilidad, la empresa social nace y se establece en la misma región donde fue fundada. Sólo un 3,8% se cambiaría de región.
Capital humano
En términos de capital humano, el informe revela que el 30% no tiene empleados y aquellas que los tienen contratan entre 1 a 5 personas. Su reducido número se debería a que crecer en trabajadores supondría una expansión, lo que se traduce en aumento de ventas o apertura de nuevos mercados, lo que es difícil de proyectar en este tipo de empresas, ya que muchas veces responden a un territorio en específico.
Fuentes de inversión y Financiamiento
De las empresas sociales encuestadas, un 89% ha recibido inversión de fuentes diversas. Sin embargo, las alternativas de financiamiento utilizadas por los emprendedores sociales comienzan a caer de forma importante después de los 6 meses de vida, etapa inicial que es principalmente cubierta por capital propio (25,4%), amigos y familiares y (17,8%) y capital semilla (8,1%). Así, el Reporte rompe el mito de que los emprendedores sociales son dependientes de Corfo al constatar que solo un 16% de los ingresos del emprendimiento social provienen de fondos públicos concursables y las expectativas de mejorar el rendimiento vía aumento de acceso a fondos públicos es sustancialmente menor a las expectativas de crecer en venta e impacto social.
Solo un 18% de los emprendimientos reciben inversión a partir de los 24 meses. Dado que el emprendimiento social surge centrado en resolver un problema, el incentivo para inversionistas tradicional es bajo, pues la promesa de retorno económico se vuelve un objetivo secundario.
Entre los principales obstáculos para el emprendimiento social figuran la falta de acceso a recursos financieros (95%), problemas de flujo de caja (92%), dificultades para acceder o entrar al mercado (90%) y falta de habilidades o experiencia del equipo emprendedor.
Como conclusión general acerca de los desafíos pendientes para el desarrollo de la economía social, la investigación muestra que el éxito de las empresas sociales debe ser evaluado respecto al impacto social y/o ambiental que éstas generan, no obstante menos de la mitad de los encuestados declara medir continuamente sus impactos.
Principales oportunidades y desafíos del emprendimiento social en Chile