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Interim Management: gerencia por resultados
Miércoles, Marzo 19, 2014 - 14:42

Una nueva tendencia en gestión está tomando vuelo en Europa. Orientada a resultados y objetivos concretos, es una administración transitoria con la autoridad para ejecutar cambios significativos en una empresa.

Cuando los romanos querían reparar edificios públicos, suministrar provisiones a los ejércitos que conquistaban tierras lejanas o cobrar ciertos impuestos contrataban a publicanos: cargos de alta responsabilidad política y financiera bajo la modalidad de concesión, que se extendían solamente por la vida útil de un proyecto.

Ese es el antecedente más lejano que algunos estudiosos de management han podido establecer respecto de la figura del interim manager o director de transición. Su práctica efectiva, sin embargo, es algo que se desarrolló en EE.UU. y Holanda en las décadas del 70 y 80, con la contratación de directores humanos temporales para resolver problemas de reestructuración en diversas empresas.

Un ejemplo de Interim Management que se ha usado como caso de estudio fue lo que hizo la agencia alemana de privatización después de la reunificación germana de 1989: una serie de gerentes internos temporales en Alemania del Este ejecutaron la gestión necesaria y desarrollaron las competencias de liderazgo oportunas para reestructurar las empresas anteriormente de propiedad estatal. 

“Otro ejemplo que destaca la literatura especializada es el nombramiento de Helmut Sihler como director general interino de German Telekom AG en 2001”, indica José Luis Portela López, director del Programa Superior Dirección Estratégica de Proyectos de IE Business School Executive Education. El académico sostiene que en los últimos años se está produciendo con esta práctica uno de los mayores cambios en la forma en la cual se relacionan las empresas y las personas. A su juicio, esto sería un nuevo paradigma en el management que beneficiará a ambos sectores.

El Interim Management se define formalmente como un servicio prestado por una persona con alta cualificación que se incorpora a la estructura directiva de una empresa durante un tiempo determinado para realizar una misión o un proyecto concreto. Este puede referirse a gestionar un periodo de transición, crisis o cambio en una organización, cuyo salario no es retribuido por horas trabajadas, sino por resultados concretos previamente definidos. En esta situación, un rol permanente puede ser innecesario o imposible de encontrar a corto plazo. Además, pueden no existir profesionales internos que sean adecuados o estén disponibles para ocupar el puesto en cuestión.

“Por su propia naturaleza, el perfil de interim manager es un perfil senior, titulado superior, generalmente con un postgrado de prestigio, como un MBA y con excelente manejo de idiomas, que ha trabajado ya como directivo, conoce las herramientas de la dirección de proyectos y que está claramente orientado a la acción y a los resultados”, precisa Portela.

Es que en años recientes el cambio en las empresas se está acelerando: nuevas formas de comunicarse, negocios totalmente globales y transparentes, nuevos mercados con necesidades nuevas, nuevas organizaciones y expectativas y exigencias de los clientes, productos con ciclos de vida cada vez más cortos son la tónica.

“De ahí que parezca razonable que los gestores de las compañías sean capaces de entender estos cambios y liderar la empresa tomando decisiones adecuadas a estos nuevos tiempos y ritmos. Esto provoca que una enorme proporción de compañías se encuentre en situaciones llamémosle 'excepcionales' o 'singulares' de forma frecuente”, dice José del Portillo Alcántara, quien es director asociado de EIM, una empresa multinacional dedicada al Interim Management para la Comunidad de Valencia y Murcia.

Las situaciones a las que se refiere del Portillo pueden ser el desarrollo de un nuevo mercado o analizar la potencialidad y posibilidades de uno nuevo, y como afrontarlo de la mejor forma; una mejora de la eficiencia, la implementación de reducciones de costos y mejoras de capital circulante, el ingreso a nuevos accionistas o conseguir financiamiento alternativas.

“También puede tratarse de la apertura de una filial en un país nuevo y muchas veces de cultura, e idioma desconocido, o llevar a cabo la integración de una empresa recién adquirida, y obtener a la vez importantes sinergias comprometidas a los accionistas en el momento de la compra o la planificación de una sucesión en empresas familiares”, cita del Portillo como ejemplos de procesos relevantes pero temporales que requieren de un interim manager.

A pesar de que su temporalidad podría vincular al Interim Management con el trabajo de consultoría externa, el profesor Portela se apresura a diferenciarlo.“La gente lo confunde, pero la consultoria se paga por horas, mientras que el interim se paga por objetivos cumplidos: los interim están retribuidos según objetivos a entregar y ejecutar, lo que ofrece garantía de valor agregado en forma de impacto en la cuenta de resultados impacto en cashflow”, explica.

Entre las ventajas de esta opción, el académico del IE Businiess School destaca el compromiso: el trabajo futuro de los interim managers se basa en referencias y una trayectoria de éxito. Por lo tanto, tienen un interés en el éxito de las tareas que realizan. “Esto contrasta favorablemente frente a los “trabajadores temporales", desmotivados porque saben que no durarán en la empresa o frente a los consultores, muchas veces interesados por la tarifa diaria o por extender su asignación”, añade.

Además, en lugar de asumir un papel meramente consultivo, los interim managers son los responsables de definir y ejecutar el proyecto, asumiendo la responsabilidad por los resultados, ya que al operar junto al consejo de administración o la alta dirección, tienen la autoridad y apoyo para ejecutar el cambio o transición significativa que se requiere.

Otro factor relevante es su objetividad, puesto que no están condicionados por la política o la cultura de la empresa, los interim ofrecen una visión independiente. Además tienen el apoyo de la alta dirección porque no constituyen una amenaza para el equipo de gestión permanente, y no se ven presionados para extender innecesariamente su asignación.

“Ser interim manager es una filosofía, una forma de vida, es una persona que le gusta ver resultados y formar equipos, porque no quiere quedarse en una sola empresa”, acota Portela, quien actualmente se desempeña además como interim manager para una firma española.

Mientras en el Reino Unido ya hay más de 10 mil interim managers censados, en España las contrataciones aumentaron 68% en 2011, según Michael Page Interim Management, y desde 2013 existe la primera asociación llamada Asociación Interim Managment España, que cuenta con numerosos miembros.

“Debido a los cambios sufridos en el mundo por los nuevos modelos de negocios, las nuevas startups y otros elementos, las empresas necesitan ser más ágiles y moverse por objetivos concretos. En ese panorama la figura del interim manager será cada vez más requerida, y una área de importante creación de empleo. Y si bien por ahora no existen, es probable que en los próximos años se creen asociaciones de este tipo en toda América Latina, que es un mercado muy interesante a explorar para esta tendencia”, concluye Portela.

Autores

Gwendolyn Ledger