Uno de los mayores desafíos para el éxito del desarrollo en el continente es la cualificación y la experiencia de los líderes en el contexto local, algo en lo que se han enfocado las nuevas B-Schools de la región.
En las últimas décadas, diferentes escuelas de negocios occidentales han fijado su mirada en África. Lo que empezó con programas de intercambio y viajes académicos ha llegado al punto en que varias escuelas decidieron instalar campus en ese continente.
“La demanda de educación superior de calidad empresarial basadas en normas internacionales ha aumentado, lo que ha llevado a invertir en escuelas de negocios a privados, agencias de ayuda gubernamentales, fundaciones y organizaciones multilaterales”, dice Nora Brown, Chief Operating Officer de la Global Business School Network.
Uno de los mayores desafíos para el éxito del desarrollo en el continente es la falta de alta cualificación, y que los líderes tengan capacitación y experiencia en el contexto local. “El aumento de este talento va a proporcionar el capital humano necesario que tanto necesitan las empresas, las ONG, y los organismos públicos”, dice Brown.
Iniciativas de España y América Latina
El IESE de la española Universidad de Navarra es un ejemplo de proyectos en el continente. La “Africa Initiative”, liderada desde 1991 por el profesor Lluís Renart, consiste en que el IESE auspicia la formación de nuevas escuelas de negocios en el continente y les da el apoyo para su implementación y posterior funcionamiento, hasta que con el tiempo las escuelas se hacen autónomas y conforman su propio claustro de profesores. Una iniciativa parecida a la que la escuela española ya completó en América Latina.
IESE contribuyó a la creación de Lagos Business School, en Nigeria, realiza programas de MBA en la Universidad del Nilo, en Egipto, creó la Strathmore Business School, de la Universidad de Kenya, abrió hace unos meses la Angola Business School, y pronto impulsará una escuela de negocios en el Institute des Hautes Etudes de Costa de Marfil.
“La idea es conseguir que vayan apareciendo más escuelas de negocios de calidad en África, con profesores que sean capaces de impartir cursos de alta calidad y al mismo tiempo sean capaces de hacer investigación, que reflexionen cuáles son los problemas propios de África, para encontrar soluciones africanas a los problemas africanos”, dice el profesor Renart.
Una escuela latinoamericana que también decidió incursionar en África es la Brazilian Business School (BBS), que realiza programas MBA en Angola. “La idea surgió cuando un empresario angoleño me comentó que nadie enseñaba sobre emprendimiento en Angola, y luego nos dimos cuenta de que no hay ningún programa MBA, entonces decidimos hacerlo”, dice John Schulz, decano de la BBS.
“Angola es el segundo productor de petróleo en África y tiene mucho potencial para crecer. Además, ambos países hablamos portugués, lo que nos da una ventaja competitiva”, dice Schulz, y comenta que también han realizado programas in company para la empresa de crudo estatal angoleña, Sonangol. A partir de este año, piensan realizar programas a distancia, con el profesor en Brasil y los estudiantes en Angola.
Escasa educación de calidad
Tanto el número de escuelas de negocios como la cantidad de estudiantes en los programas van en aumento en África. Como la demanda es mayor que la oferta, muchas escuelas han abierto con la esperanza de obtener beneficios de este mercado.
Sin embargo, como explica Nora Brown, “el aumento del número de escuelas no significa necesariamente proporcionar una educación de calidad empresarial, y hay pocos controles en el lugar para garantizar el valor”.
La Asociación de Escuelas de Negocios Africanas (AABS), actualmente está conformada por 22 escuelas. “Ellos son muy exigentes para incorporar a nuevos miembros, y ya verás, que si se divide a 950 millones de habitantes en 22 escuelas de negocios, es claramente insuficiente”, dice el profesor Renart, del IESE.
El uruguayo Alfredo Behrens, profesor de la escuela de negocios FIA de la U. de Sao Paulo, culpa de esto a los países colonizadores del continente. “Ellos no se ocuparon de la educación, y cuando se fueron quedó muy poco conocimiento sobre el cual construir. La falta de profesores universitarios era tremenda y esto aqueja todavía a las instituciones”, asegura. Agrega que los independentistas eran en su mayoría marxistas, lo que no ayudó tampoco a las escuelas de negocios.
El polo de conocimiento del continente, sin lugar a dudas, es Sudáfrica, con reconocidas escuelas de negocios como la Universidad de Cape Town, el GIBS, el WITS y Stellenbosh. Sin embargo, para Behrens, el problema es que estos centros enseñan en inglés y son muy rigurosos con sus criterios de admisión. Entonces, quienes disputan los cupos son americanos o europeos. “Lo que podría ser un buen polo educacional no lo es. Porque la gente de otros países que hablan portugués, por ejemplo, no puede acceder a esa oferta”, advierte.
Pero no todo es negativo para las escuelas africanas. Para Nora Brown, éstas tienen la gran ventaja de poder aprender de los errores que han cometido las escuelas más grandes de Europa y Estados Unidos. “Las escuelas más jóvenes africanas tienen mayor flexibilidad en su enfoque de la educación de negocios, y pueden reaccionar más rápidamente a las nuevas tendencias y demandas de cambio, lo que les permite adoptar más rápidamente las mejores prácticas”, asegura Brown.
El perfil de los MBA africanos
Debido a esta escasez de educación de postgrados en negocios y la alta demanda de profesionales calificados, se han incrementado las ofertas de programas MBA, por ser cursos cortos, y cuyos criterios también son más elásticos que en otros continentes. “Exigen menos experiencia previa y además son más generalistas que las escuelas norteamericanas”, dice Behrens.
El entorno socio-económico de este continente es muy diferente al de Europa y América. África es el continente con la mayor tasa de crecimiento del mundo. Según explica el director del International MBA de la española Fundesem Business School, "al mismo tiempo los diferentes gobiernos han demostrado no ser capaces de desarrollar el continente en el sentido económico".
De allí resulta la responsabilidad de los emprendedores de demostrar que son capaces de crear empresas sostenibles en entornos altamente difíciles (corrupción y burocráticas) y multiculturales.
"Entiendo que las escuelas de este continente están concientes de estos condicionantes y forman a sus estudiantes en ese sentido", asegura Ahrens. "Emprender en entornos altamente difíciles e inestables".
“Lo más parecido que tienen con los MBA latinoamericanos es que se enfocan en las necesidades de las comunidades, están enfocados en responsabilidad social, en Estados Unidos eso no se ve mucho en los programas”, dice el decano de la mexicana Egade Business School, Robert Grosse.
Los estudiantes de las escuelas de negocios del continente son en su mayoría africanos, salvo algunas escuelas sudafricanas que tienen alto porcentaje de estudiantes internacionales. Por ejemplo, en Lagos Business School, un 95% de los estudiantes son nigerianos y el resto de los países vecinos, y los estudiantes internacionales o ejecutivos de empresas multinacionales son casi inexistentes, según informa Renart.
Al igual que en el África subsahariana, las escuelas y estudiantes en los países del Magreb van en aumento. “Hay una serie de escuelas de calidad superior y otras en desarrollo, que buscan servir al mercado. Pero las escuelas de la región del Magreb está buscando a sus colegas en el Medio Oriente, para trabajar en el crecimiento de esos países”, señala Brown.
Una reciente conferencia en Dubai, patrocinada por EFMD, llevó a escuelas de negocios de la región MENA (Middle East, North Africa), donde se compartieron muchos de los desafíos, similares a los encontrados en otras regiones. “Los éxitos también son similares y hay un número de escuelas de calidad superior en el Magreb”, indica Brown.
¿Es recomendable estudiar en África?
África representa un mercado enorme sin explotar para las empresas globales y empresarios internacionales. Hay un fuerte crecimiento en muchas economías africanas y hay enormes cantidades de recursos en el continente.
“Las oportunidades de negocio e inversión en África son aparentemente ilimitadas y con la saturación de los mercados más establecidos, África ofrece a las empresas globales una fuente viable de nuevos clientes, nuevos socios y nuevas fuentes de ingresos”, asegura Brown.
Lograr una mejor comprensión de los modelos de negocios africanos puede ser una gran ventaja para los estudiantes que buscan para competir en la fuerza laboral mundial.
“GBSN ha estado trabajando para promover el aumento de la exposición a los estudiantes sobre el contexto internacional, facilitando el intercambio de estudiantes y la identificación de oportunidades a los estudiantes de involucrarse en el negocio de África a través de proyectos de equipo, pasantías y oportunidades de carrera”, dice Brown.
Enrico Ahrens recomienda el continente para estudiar negocios. "Si a fecha de hoy todo el mundo está pensando en China como destino de valor añadido y diferenciador, los chinos mismos piensan en África. Ir a África ir un paso por delante de lo que será el futuro", dice.
No obstante, para los académicos latinos entrevistados, no tiene sentido estudiar en África si no se quiere enfocar una carrera en la región. “Las escuelas latinoamericanas en general tienen una calidad mucho mejor que las africanas, salvo algunas excepciones, dice Robert Grosse. “Aunque hay gente a la que le interesan las experiencias exóticas, como la gente que se va a India y China a estudiar. Pero eso es más lógico, porque Asia tiene una gran cantidad de negocios con América Latina”.
El profesor Behrens le suma varios agravantes: “Todos los problemas de transición política han sido dramáticos. Incluso en Sudáfrica. El continente no es un foco de atracción intelectual, y también hay que considerar las condiciones de seguridad, que son bastante negativas”, asegura y señala que no hay ningún motivo para querer estudiar en África, salvo que se quieran especializar en el sector minero y hacer negocios en esos países.
Para Grosse, sin embargo, los conflictos políticos no son el motivo para rechazar estudiar en África, porque no influye en la educación de negocios. "Sería similar a lo que ha pasado en América Latina, por ejemplo en Venezuela", dice.
Pese a las opiniones enfrentadas, Según Nora Brown, las empresas que quieran competir en el mercado mundial deberán estar presentes en ese continente. Y el desafío que se presenta para quienes quieran lograrlo, es que los modelos de negocios en la región dependen en gran medida en las costumbres y culturas locales.
Si es así, lo más probable es que la cantidad de escuelas en el continente africano seguirá aumentando, tal como lo hicieron las escuelas latinoamericanas a finales del siglo XX.