Esta entidad, inspirada en la forma en que David Bowie consiguió financiar una de sus giras, maneja 18 fondos de inversión de capital humano, con recursos por US$ 15 millones. Dos de ellos están destinados exclusivamente a estudios de postgrado en México y Chile.
Como una alternativa para los estudiantes que no se pueden financiar una carrera, ha surgido Lumni, una administradora de fondos de inversión en capital humano que permite a jóvenes talentosos acceder o continuar sus estudios de pre y postgrado.
La iniciativa nació de un idea del cantante David Bowie, quien en 1997 emitió bonos para el financiamiento de su gira. Estos no estaban respaldados por activos, sino que por los flujos futuros que la venta de álbumes y conciertos podría generar. Bowie logró recaudar US$ 55 millones, ofreciendo una rentabilidad estimada cercana al 10%.
Los colombianos Felipe Vergara y Miguel Palacios tenían la misma idea que Bowie: que cada uno es dueño de sus flujos futuros. Y en base a eso crearon un sistema que les permitiera usar esos flujos como un activo. En 2002, nació Lumni.
El año pasado, Business Week nombró a Felipe Vergara -MBA de Wharton y ex consultor asociado de McKinsey- como uno de los 25 emprendedores sociales más prometedores de Estados Unidos.
La compañía, cuya base está en Miami, financia a estudiantes con potencial profesional y académico a través de fondos de educación superior a los que han aportado diferentes inversionistas en Estados Unidos, México, Colombia y Chile.
Estos fondos se constituyen como sociedades anónimas cerradas que reparten dividendos, los que son en su mayoría reinvertidos. “Esto es algo que va mucho más allá del altruismo. Es un negocio, pero con impacto social”, dice el mexicano Gerardo de Nicolás, CEO de Homex e inversionista de Lumni.
De Nicolás señala que esta iniciativa ayuda al crecimiento y soluciona los dos grandes “faltantes” de los países en desarrollo, que son el crédito y la educación.
Cómo funciona
Los estudiantes postulan a los fondos a través de su sitio web, para pedir que le financien la matrícula y arancel de la carrera, o sólo un porcentaje de ésta (algunos ya tienen una parte pagada con crédito bancario) e incluso los gastos de manutención.
La empresa evalúa si esa persona cumple con el perfil, para asegurarse de que el alumno logrará tener un buen flujo futuro. “Analizamos la empleabilidad de la carrera que va a estudiar, el potencial ingreso que recibirá, y también el nivel de formalidad y compromiso del estudiante”, dice Matías Valdivieso, gerente general de Lumni en Chile.
El área de Lumni Reseach, dirigida por Miguel Palacios -PhD. en Finanzas de la Universidad de California en Berkeley- colecciona datos del mercado laboral para las carreras de educación superior e investiga el comportamiento del capital humano como activo financiero.
Si Lumni decide que va a financiar a la persona, le entrega tres ofertas, combinando tiempo y porcentaje de renta. El estudiante elige una de éstas y se compromete a pagar entre el 5% y el 15% de sus ingresos brutos durante un número fijo de meses, 60 en promedio.
Para ratificar este compromiso, se firma un Contrato de Capital Humano (CCH), y Lumni le entrega un cheque, todo en menos de 3 semanas desde la postulación, dice Felipe Lozano, analista del área Research.
El sistema utilizado corrige, entonces, algunas limitaciones de las opciones de financiamiento estudiantiles tradicionales, permitiendo que el estudiante acceda al financiamiento por sus méritos y no por su condición financiera.
“Otras instituciones discriminan por aval o la condición socioeconómica, o si la institución donde pretende estudiar el alumno es pública o privada. Nosotros no hacemos nada de eso”, dice Matías Valdivieso.
María Paz Rioseco, quien fue financiada en su MBA International Program de la Universidad Adolfo Ibáñez, cataloga como “bastante inteligente” la forma en que Lumni cobra. “Si a ti te va bien, obviamente ellos van a ganar más. Es una fórmula en la que ganamos todos, ellos apuestan por tí como profesional, pero también cobran el riesgo”.
El presidente de la institución, Felipe Vergara, señala que “nosotros nos vemos como socios del estudiante. Se entiende que la persona que pide ser financiada quiere trabajar, por eso cuando tiene muy bajos ingresos o no tiene empleo le damos unos meses de gracia”.
A diferencia de los bancos, explica Vergara, acá los beneficiarios no deben devolver una tasa de interés, sino que se entrega un “retorno por riesgo” a los inversionistas. “El banco no incurre en riesgos. Nosotros tenemos estudiantes que han tenido un desempeño bajo, que terminan devolviendo una tasa negativa”, dice el presidente de Lumni. A otros les ha ido bien, y han devuelto una tasa de hasta el 16%.
Mientras más altas sean las remuneraciones que reciban los estudiantes, más altos serán los retornos para los inversionistas. Por eso Lumni también se preocupa de apoyar a los alumnos y darles coaching durante sus estudios, para así asegurarse de que éstos puedan obtener un buen empleo.
Fondos para postgrados
Actualmente Lumni maneja 18 fondos con recursos por US$ 15 millones, señala Felipe Lozano. De ellos, dos fondos están disponibles para financiar postgrados: el Fondo 101 de México y el Fondo Posgrados en Chile. Según Lozano, el fondo Proeducación, del mismo país, también se está abriendo para posgrados.
Los alumnos chilenos pueden postular sólo para continuar su formación de postgrado en alguna institución nacional, mientras en México, el fondo fue diseñado para financiar a estudiantes mexicanos en su país o en el extranjero.
En el Fondo 101, existen varias modalidades y apoyos conjuntos con otras instituciones. Por ejemplo, una convocatoria Conjunta entre la Embajada de Francia en México, la Fundación Beca y Lumni, o una con la Fundación México en Harvard. Sin embargo, también hay financiamiento libre en cualquier institución o país que el alumno desee.
Inversionistas reconocidos
La mayor parte del apoyo técnico y financiero necesario para consolidar esta iniciativa ha sido aporte del Banco Interamericano de Desarrollo (US$ 840.000) y de inversionistas privados, empresas, universidades y fundaciones como Endeavor.
Lumni tiene más de 150 inversionistas, desde grandes empresarios y ejecutivos exitosos hasta estudiantes que han pasado por el sistema y ahora son aportantes, cuenta FelipeVergara.
Mientras en Chile, Estados Unidos y México, Lumni trabaja con empresas, fundaciones, bancos de desarrollo y personas de alto patrimonio, en Colombia tiene programas con empresas y fundaciones. La principal inversora en ese país es la cervercera Bavaria-SAB Miller. Pero también invierten en Lumni el Grupo Nacional de Chocolates, Coltabaco, Alquería y Visión Mundial. “En 2011 planeamos lanzar un primer fondo para inversionistas”, señala Vergara.
En Estados Unidos, las principales inversionistas son Calvert y MicroVest.
Felipe Medina, director regional de Goldman Sachs, es el inversionista más grande en fondos de financiamiento de capital humano en Lumni. En 2004 invirtió el 50% de un fondo de US $200.000, que ayudó a financiar a 50 estudiantes.
Entre los principales aportantes en Chile están Alejandro Rosemblatt, (ex vicepresidente ejecutivo de Fasa), Matías Mackenna (gerente de finanzas, planificación y control de gestión de Masisa) y Gabriel Barros (gerente de construcción de Precon), además de otros seis ejecutivos del grupo Angelini y ocho de Masisa.
En México, los principales financiadores son Carlos Fernández González, (presidente del consejo de administración y director general de Grupo Modelo), Ángel Alverde Losada (director operativo de Grupo Gigante), Gerardo de Nicolás, (director general y presidente del comité ejecutivo de Homex). En ese país, la empresa Office Depot también invertió en los fondos, para educar a los hijos de distribuidores y empleados del retail de bajos ingresos.
A juicio de Gerardo de Nicolás, lo que hace falta en Lumni son más aportantes, para poder seguir contribuyendo en la educación de los talentos latinoamericanos. “La idea es que puedan llegar cada vez más inversionistas, de manera que podamos financiar a más estudiantes”, señala.