El pasado 12 de agosto, varios de los sitios web más importantes del mundo estuvieron no disponibles o se ralentizaron tanto que se era prácticamente imposible usarlos.
Por El internet que conocemos crece cada día que pasa. Pero cuando se concibió, no estaba pensado que alcanzase el tamaño actual. Y esto obviamente trae problemas de gestión.
El martes 12 de agosto de 2014, varios de los sitios web más importantes de todo el mundo estuvieron no disponibles o se ralentizaron tanto que se hacía prácticamente imposible usarlos. La causa de este “apagón” no fue un ataque de hackers sino las actividades de mantenimiento ordinarias de una operadora estadounidense: Verizon.
El origen del problema de Verizon comenzó en algo que se llama Border Gateway Protocol o BGP. Todos los proveedores de acceso a Internet (Verizon entre ellos) tienen routers, elementos de red cuya función es encontrar un camino para hacer llegar la información de un punto de Internet a otro. Pero Internet es una maraña de incontables millones de rutas posibles, por lo que para ir encontrando el camino para los datos, los routers tienen un registro donde se van almacenando las rutas más fiables.
Este registro es, en esencia, una gran lista donde se guardan las rutas junto con el grupo de direcciones IP a las que dan acceso. Esto es lo que se denomina “tabla de enrutado BGP” y esta es la forma en la que es posible enviar información de un punto de Internet a otro, a través de las redes de diferentes proveedores.
Otro de los ingredientes del problema tiene que ver con decisiones tomadas hace ya muchos años en relación al número de direcciones IP. En su momento, cuando nadie sabía la magnitud que tomaría Internet, se estableció que el número de direcciones IP fuera de 2 elevado a 32, es decir, de unos 4.200 millones. En la actualidad, hay más de 4.000 millones de dispositivos que requieren acceso a la red, por lo que la escasez de direcciones es un problema.
De esta manera, el día que se “rompió internet”, la mayoría de los routers tenían casi 500.000 de sus entradas llenas de direcciones, así, que cuando llegaron 15.000 nuevas rutas de Verizon los viejos routers no pudieron gestionarlo y el resultado fue que no pudieron encaminar el tráfico debidamente.
¿Por qué es la Internet actual tan difícil de ajustar?
Internet es esencialmente un espacio único de interconexión gigantesco ya que todos los dispositivos con una dirección IP pública son parte de este espacio. Funciona con tecnología antigua que además es muy difícil de actualizar ya que Internet es demasiado grande y hay demasiadas personas implicadas en realizar los cambios para llevar a cabo esa actualización.
Al estar todo en el mismo espacio, la escalabilidad sólo se puede lograr por la fuerza bruta: más memoria en los routers y CPUs más rápidas para hacer frente al tamaño de las tablas de enrutamiento.
Aunque el problema del agotamiento de las direcciones IP se debería resolver con el nuevo protocolo IPv6, dado que este sigue usando un único espacio de direccionamiento, se sigue sin resolver el problema de tamaño de tablas de enrutamiento.
De hecho, lo hace peor a largo plazo, ya que los routers tendrán que almacenar más entradas en la tabla de enrutado y cada entrada consumirá más memoria ya que las direcciones IPv6 son también más largas.
La solución podría llegar pronto
La respuesta a todos estos problemas llegaría de mano de RINA (Recursive InterNetwork Architecture), una arquitectura de red que trata de aplicar los principios generales de interconexión de procesos a las redes. Como tal, no trata de arreglar Internet con una capa más de parches sino que cambia su diseño de manera que esto permita superar las limitaciones actuales, haciendo que las conexiones entre redes sean más fiables, predecibles y baratas.
RINA se basa en el principio de que la asignación de direcciones y otros aspectos de las operaciones de red deben ser automatizados para minimizar los errores humanos y permitir un mayor grado de verificación y validación. De esta manera, no hay un espacio único y global de direcciones, hay un espacio de direccionamiento por capa – DIF en la jerga de RINA-.
Sin embargo, el cambio a RINA podría no ser notado por muchos. Para aplicar esta nueva arquitectura no sera necesario “parar Internet” o tener un “flag day”, por lo menos cuando la tecnología esté lo suficientemente madura. La Internet actual se vería así como otra capa y por lo tanto RINA se desplegaría sin tener que cambiar nada en la actual Internet.