El polen de abeja o de enea puede ser otro de esos materiales que traigan baterías de mucha más capacidad que las actuales, de manera limpia y casi ilimitada en la naturaleza. Descubre por qué.
Por Antonio Sabán para ThinkBig. Últimamente no paramos de ver cómo nuevas investigaciones basadas en novedosos materiales traen promesas (basadas en pruebas científicas, por supuesto) sobre las baterías del futuro, sobre todo en cuanto a densidad, costes y durabilidad. El grafeno parece ser, por ahora, el material que lleva ventaja y tiene más apoyos, pero también hemos visto cómo variantes de lo actual, como el litio-aire prometen hasta 5 veces la capacidad los iones de litio actuales. La noticia es que siguen llegando materiales que aseguran grandes avances a este mundo de eficiencia tan necesitado de avances. Una variante del polen es la gran protagonista.
Hasta ahora resultaba fundamental para las abejas y una pesadilla para las personas con alergia, pero en la Universidad de Purdue han encontrado que los pólenes renovables pueden ser usados en el proceso de producción de arquitecturas de carbono para la aplicación de ánodo (la parte cargada negativamente) en almacenamiento de energía, sustituyendo así al grafito, el material mayoritario en esos electrodos en la actualidad. Para el estudio se ha usado polen tanto de abeja como de enea, siendo la mayor ventaja de ambos la disponibilidad en la naturaleza, además de la viabilidad medioambiental de su uso.
Para poder emplearlo en baterías, los investigadores han tenido que calentar el polen a altísimas temperaturas (600º C) en espacios colmatados con gas argón, que frena el quemado del carbón que se daría de ser calentado en un horno tradicional. Tras la primera “pasada”, el polen se recalienta para crear más huecos en la estructura, lo que aumenta aún más la capacidad para almacenar energía.
Dentro de los tipos de polen que han entrado en el estudio, el equipo de Vilas Pol ha concluido que el polen de enea tiene más capacidad de almacenaje que el polen de abeja, debido a que supuestamnete tiene una estructura más uniforme, debido a que está formado de un sólo tipo de polen, mientras que el polen de abeja viene de varias plantas, que las abejas recogen y juntan. Tras este gran paso, el equipo investigará cómo crear una nueva composición para el cátodo, la carga positiva.