A diferencia de los últimos años, el MWC de Barcelona no será el escenario para la presentación del nuevo móvil de la surcoreana. El escándalo de las baterías explosivas suma una nueva consecuencia.
Samsung Electronics Co Ltd dijo el lunes que su último modelo estrella de teléfono inteligente de la serie Galaxy S podría retrasarse, comprometiéndose a mejorar la seguridad del producto después de llevar a cabo una investigación sobre las causas de los incendios en sus dispositivos de alta gama Note 7.
Tras concluir unas pesquisas que se prologaron por meses, el mayor fabricante mundial de teléfonos avanzados dijo que el fallo de los productos era culpa de las baterías defectuosas de dos proveedores. Este fracaso le supuso un impacto de US$5.300 millones en su ganancia operativa.
El jefe de telefonía móvil de Samsung, Koh Dong-jin, dijo que se habían tomado medidas para evitar que se repitiesen los incendios, en momentos en que la compañía surcoreana está preparándose para lanzar el Galaxy S8, su primer móvil de gama alta desde el Note 7.
"Las lecciones de este incidente están profundamente reflejadas en nuestra cultura y nuestros procesos", dijo Koh a los periodistas en una rueda de prensa. "Samsung Electronics trabajará duro para volver a ganarse la confianza de los consumidores".
Koh dijo que no se presentará el Galaxy S8 en el Congreso Mundial de la Telefonía Móvil de Barcelona que comienza el próximo 27 de febrero, un foro tradicional para las presentaciones de la serie Galaxy S. No quiso responder a la pregunta de cuándo lanzará la empresa el dispositivo, si bien los expertos vaticinan que empezará a venderse en abril.
Los inversores han dicho que Samsung necesita volver a asegurar a los consumidores que tiene el control sobre el problema del Note 7 y que pueden confiar en que lo arreglará.