Brasil, Chile, México y Colombia son algunos de los países de la región que muestran avances importantes en esta tendencia. ¿Qué tan preocupante es el escenario y cómo puede Perú avanzar en la era digital?
Observando las tendencias tecnológicas de los últimos años, un concepto que resalta a primera vista es el de la transformación digital (TD). Presente en notas de prensa, informes de agencias y consultoras, eventos temáticos, congresos internacionales y hasta comodín del marketing empresarial, se trata de un proceso bastante complejo y amplio que es difícil de encasillar en pocas palabras.
DE QUÉ HABLAMOS
Sergio Morales, gerente general de Adexus, compañía especialista en servicios digitales de origen chileno, explica que “la digitalización es un proceso, más que un objetivo en sí, y necesita de actitudes dispuestas al cambio y la adaptación constante (...), requiere del compromiso ejecutivo, que atraviesa y compromete a todos los niveles de la organización”.
A su vez, Ignacio Perrone, Research Manager de Transformación Digital para Latinoamérica de Frost & Sullivan comenta que la TD se refiere al “impacto de nuevos modelos de negocio, que se combinan con tecnologías disruptivas, que luego impactan a todas las líneas de negocio de las empresas, para a su turno impactar en cada industria vertical y por último llegar a cada geografía”. Es entendido desde la agencia como un caleidoscopio donde convergen diversos elementos relativos a los pilares antes citados por el experto.
En esa misma línea, Morales dice; “El proceso de transformación digital en la empresa debe considerar el impacto en distintos ámbitos como son el modelo de negocio, la experiencia usuaria, el modelo comercial, la arquitectura tecnológica y la cultura organizacional”. Y agrega, “por otro lado, si bien hay muchas tecnologías involucradas (Big Data, IoT, Cloud, Inteligencia Artificial, Realidad Virtual, Movilidad, Digital Workplace, etc.), lo importante es tener claro que estas tecnologías bien implementadas se convierten en capacidades digitales para lograr el proceso de transformación y no son el fin en sí mismo”.
QUIÉNES LIDERAN LA TRANSFORMACIÓN
Teniendo una idea más concreta de lo que implica la TD conviene preguntarnos por qué suele ser tan valorada. Así, encontramos una encuesta reciente sobre transformación digital realizada a más de 3.000 ejecutivos de 17 regiones de todo el mundo hecha por SAP con el soporte de Oxford Economics. Según este sondeo, el 84% sostiene que la transformación digital es crítica para sobrevivir durante los próximos cinco años.
Las 100 empresas principales que informaron una mayor transformación dicen que están obteniendo grandes beneficios: el 85% dice tener una mayor participación de mercado (versus el 41% del resto) y el 80% dice que sus esfuerzos aumentaron la rentabilidad (versus el 53% del resto). A su vez, esperan ver más crecimiento de los ingresos en los próximos dos años que el resto de las organizaciones encuestadas.
Pero, pese a lo fundamental que parece la TD para la sobrevivencia y el desarrollo empresarial, sorprendentemente, sólo el 3% de los encuestados ha realizado esfuerzos de transformación en toda la empresa. Y precisamente esta parece ser la realidad de Perú.
Como no es de extrañar, entre los países más avanzados en esta materia están los países desarrollados, Estados Unidos y el Reino Unido, en términos generales. El directivo de Adexus aclara que de todas formas, “hay matices y cuando se abren distintas categorías se pueden identificar liderazgos marcados en distintos países de Europa en términos de infraestructura o habilidades de las personas para afrontar estos cambios”.
QUÉ PASA EN PERÚ
A nivel latinoamericano, en tanto, Brasil asoma como un referente importante gracias al tamaño de mercado y las economías de escala que se facilitan. Además, Chile y México suelen aparecer siempre como ejemplos destacados de quienes están liderando esta tendencia, junto a Colombia en menor medida. A juicio de Ignacio Perrone, Perú se encuentra en un estado intermedio, precisamente por debajo de estos países.
Ahondamos con estos especialistas para conocer las perspectivas del país incaico de cara al proceso que está llamado a impulsar el desarrollo y crecimiento económico de la nueva era. ¿Está bien posicionado en la región? ¿Qué tan abiertas y dispuestas están las empresas para adoptar este cambio de paradigma y nuevas tecnologías?
Sergio Morales, quien estuvo el mes pasado presente en el primer Adexus Day en Perú, evento que pretende marcar el camino de la digitalización en el país, considera que -pese a que existen varias iniciativas, Perú tiene mucho por hacer; apuntando también a los ránkings de competitividad digital, donde aparece en los últimos lugares a nivel internacional.
“Para graficar esta situación podríamos mencionar al sector financiero, uno de los que más invierte en desarrollar capacidades digitales para beneficio de sus clientes. Sin embargo, Perú es uno de los países de la región con el más bajo índice de bancarización”, señala Morales. Por eso, estima que el principal reto del país es aumentar el nivel de bancarización, “lo que debería impulsar un desarrollo de la digitalización del sector”.
Para el investigador de Frost & Sullivan, la TD en Perú se ha visto favorecida por una buena regulación en el sector de las TICs y el proceso de crecimiento económico del país en los últimos años, sin embargo “todavía es necesario seguir invirtiendo, pues la realidad es que la mayoría de las empresas (a excepción de las que son start-ups) tienen una serie de tecnologías, procesos y cultura organizacional que lleva tiempo adaptar”.
Morales de Adexus identifica un “alto porcentaje de compañías que consideran la transformación digital como un proceso relevante, pero que aún no tiene una estrategia definida para abordarla, siguiendo acciones más reactivas que proactivas”.
En ese sentido, el impacto de la economía informal es alto, por ello es “indispensable el impulso del Estado para lograr un cambio trascendental, con un programa y un presupuesto dedicado a promover la innovación digital en las empresas de menores recursos (Pymes), así como obviamente en la modernización del propio Estado y sus procesos operacionales internos y de atención al público”, según Morales. Perrone, en tanto, acota: “El rol del gobierno es caminar sobre la delgada línea que implica regular para resguardar los derechos de las empresas (propiedad intelectual, por ejemplo) pero sin inhibir la innovación o la adopción tecnológica”.
PROYECCIÓN
Pese a que el diagnóstico no es el mejor, las perspectivas pueden ser más favorables. En muchos casos, una de las ventajas de tener a otros por delante es que ya nos han marcado el camino. En ese sentido, las experiencias de los países más desarrollados, pero principalmente de sus pares y vecinos latinoamericanos, pueden ayudar a Perú a dar el salto.
“Replicar experiencias es totalmente factible; por qué no hacerlo si ya hay un camino recorrido y una experiencia que traspasar, evitando los errores que se puedan haber cometido. Y no sólo de países cercanos en la Región, sino de muchos otros lugares; las fronteras digitales distan mucho de las fronteras geográficas hoy en día, y eso facilita este proceso”, sentencia el gerente general de Adexus.
Otra razón para ver con buenos ojos la aceleración de este proceso es, a juicio de Ignacio Perrone, que cada vez más las empresas están entendiendo que la TD es un imperativo para la supervivencia. “Basta con mirar las cifras del proyecto de Red Dorsal del gobierno (una red de fibra óptica de más de 13 mil km para unir Lima con 22 capitales de región y 180 capitales de provincia) para avizorar que los costos de la conectividad (uno de los habilitadores clave de la TD) bajarán dramáticamente, trayendo enormes beneficios a todas las empresas que necesitan de esa conectividad ubicua para transformar su negocio”.
Todo esto, sumado a la ineludible demanda de las personas y usuarios por más y mejores servicios, debiera impulsar el ecosistema digital del Perú. Lo importante será tomar las medidas antes que se haga demasiado tarde.