No todos los usuarios necesitan lo más novedoso en tecnología. La clave está en conocer las utilidades del equipo y las necesidades de los usuarios.
Al momento de comprar un teléfono celular se deben tomar en cuenta varios aspectos, no sólo influyen la marca y el precio, también es importante considerar las funciones que se ajusten a las necesidades de cada usuario.
Entre las características que ofrecen los diversos dispositivos destacan el sistema operativo, capacidad del procesador, tamaño de memoria, y resolución de pantalla y de la cámara, entre los más significativos.
A este respecto, el fabricante de semiconductores MediaTek señala que la diferencia de gamas entre teléfonos se define por las características y prestaciones del mismo, iniciando por la unidad de procesamiento central (CPU), es decir el cerebro del teléfono que puede contar con varios procesadores en paralelo, denominados núcleos.
Sin embargo, aclara que hoy en día los procesadores de un núcleo son obsoletos para satisfacer demandas básicas que los sistemas operativos y aplicaciones actuales requieren.
El director de Ventas y Marketing de MediaTek, Russ Mestechkin, comenta que las aplicaciones que requieren reproducción de videos, GPS o ejecución de juegos, existen chips de cuatro núcleos, mientras que aplicaciones sencillas como navegación en Internet, mensajería instantánea y redes sociales utilizan procesadores de dos núcleos que satisfacen las necesidades.
Agrega que no todos los usuarios necesitan lo más novedoso en tecnología, sino que las aplicaciones que utiliza cada usuario definen las especificaciones que requiere.
Los chips que utilizan los dispositivos actuales integran funciones como WiFi, Bluetooth, GPS y FM en un solo paquete, a fin de reducir precios y simplificar diseños y el número de componentes.
Otras características que dan mayor gama a los smartphones son la capacidad de memoria con un estándar actual de dos gigabytes, y la autonomía de la batería que da mayor tiempo de duración y almacenamiento con un procesador con alta eficiencia energética.
Además la calidad de la pantalla, incluyendo resolución, velocidad de actualización y densidad de pixeles.
De esta manera, cada pieza es parte de un rompecabezas que forma el dispositivo adecuado, atendiendo las necesidades de cada consumidor derivadas de su edad, actividad profesional y capacidad económica para explotar todo el potencial del dispositivo en la vida diaria.