El gigante nipón solicitó ante la Agencia de Servicios Financieros de Japón la aprobación de una prórroga del plazo de entrega del informe para los próximos meses.
La compañía japonesa Sony anunció que retrasará la publicación de sus resultados del tercer trimestre debido al ciberataque que Sony Pictures Entertainment (SPE) sufrió el pasado mes de diciembre, y que debilitó la red del estudio.
El gigante nipón solicitó ante la Agencia de Servicios Financieros de Japón (FSA, en sus siglas en inglés) la aprobación de una prórroga del plazo de entrega del informe, que en principio estaba fijada para el 4 de febrero, hasta el 31 de marzo, fecha en la que finaliza el año fiscal nipón.
El gigante tecnológico alegó en su petición que en respuesta al ataque cibernético que tuvo lugar en noviembre del pasado año, la compañía decidió parar el sistema de la filial.
Aunque han trabajado para tenerlo a punto lo antes posible, reza un comunicado de la empresa, "la mayoría de las aplicaciones financieras no estarán plenamente operativas hasta principios de febrero".
La compañía expresó que a pesar de sus "grandes esfuerzos", le será imposible tener los resultados listos para mediados del mismo mes, ya que tienen que introducir la información recabada durante el período en que el sistema permaneció sin operar y verificar el resto de los datos.
En noviembre de 2014 Sony Pictures Entertainment (SPE), empresa subsidiaria de Sony dedicada a la industria del cine, sufrió un ataque informático a manos de un grupo denominado Guardians of Peace (GOP), que paralizó su actividad.
En el ciberataque, los "hackers" robaron -entre otros datos- números de identificación fiscal y partes médicos de más de 3.000 empleados de la compañía, y derivó en un ultimátum para que Sony no estrenara la película "The Interview", cuyo debut estaba fijado para el 25 de diciembre.
Además, los piratas se apropiaron de cinco películas de Sony, por aquel entonces sin estrenar, que filtraron en internet.
Una investigación realizada por el FBI concluyó que el ataque fue orquestado desde Corea del Norte, si bien el país asiático, que llegó a calificar "The Interview" como un acto de guerra, ha negado cualquier participación.
Como consecuencia del ataque informático, la Casa Blanca ha impuesto ya varias sanciones contra Pyongyang, que a principios de enero calificó como calificó de "hostiles" las medidas de Washington.