Revisa los detalles de la vida del reconocido astrofísico y su influencia no sólo en la ciencia, sino que también dentro de la cultura popular.
El 14 de marzo de 2018, coincidiendo con el día 139 aniversario del nacimiento de Albert Einstein, el físico británico Stephen Hawking falleció en su casa de Cambridge, a los 76 años. Un día que, además, es celebrado por los matemáticos como el Día de Pi (3,14).
Acá revisamos su historia y su importancia no sólo como científico, sino que incluso como ícono pop global.
La vida del astrofísico
Stephen William Hawking nació el 8 de enero de 1942, día en el que se cumplieron trescientos años de la muerte de Galileo Galilei, en Oxford, en el seno de una familia de intelectuales.
Su madre Isobel había realizado estudios en Filosofía, Política y Economía y era secretaria de investigación médica. Su padre, Frank Hawking, era médico experto en investigación de enfermedades tropicales y catedrático en la Universidad de Oxford. Stephen fue el mayor de cuatro hermanos.
Cuando tenía 8 años, su familia se mudó a St Albans, un pueblo a unos 32 km al norte de la capital británica. A la edad de 11 años, Stephen fue a la escuela de esta localidad y luego al University College, uno de los colleges (donde también había estado su padre) más antiguos de la Universidad de Oxford.
Hawking quería estudiar matemáticas, aunque su padre hubiera preferido medicina para él. El grado de Matemáticas no se impartía en el University College, y en su lugar se decantó por la Física. Después de tres años y sin mucho esfuerzo, obtuvo su título con honores en esta disciplina científica en 1962.
A los 21 años de edad, Hawking fue diagnosticado Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa que le haría perder la mayor parte de su control neuromuscular. A pesar de que los médicos estimaron que no viviría más de dos años, Hawking decidió continuar con su trabajo científico.
Posteriormente, el científico fue a Cambridge para hacer una investigación en Cosmología, ya que no había nadie trabajando en esta área en Oxford en aquel momento. Su supervisor fue el físico britanico Denis Sciama, considerado uno de los padres de la cosmología moderna, aunque esperaba encontrar al astrónomo también británico Fred Hoyle, que trabajaba en Cambridge.
En 1966 obtuvo el doctorado en esta materia con su tesis “Propiedades de Universos en Expansión”. Un documento que en 2017 se habilitó para la descarga a través del repositorio de la Universidad de Cambridge, y que al día de hoy ya se ha descargado más de un millón de veces.
Después de obtener su doctorado se convirtió primero en investigador y más tarde en profesor asociado en el Gonville & Caius College, uno de los más antiguos y grandes de Cambridge. Así, su pasión por el estudio del origen del universo fue creciendo, y sus investigaciones se centraron en el campo de la relatividad general, particularmente en la física de los agujeros negros, descrita por primera vez por Robert Oppenheimer en 1939.
Además, consolidó la teoría del Big Bang, al comprobar que el universo pudo haber surgido de manera espontánea de una singularidad, es decir, un punto de densidad infinita que no pudo haber provenido de un universo previo.
Hawking dejó el Instituto de Astronomía en 1973 y años más tarde, en 1979, llegó al departamento de Matemática Aplicada y Física Teórica. Ocupó el cargo de profesor Lucasiano de Matemáticas desde 1979 hasta 2009. Esta cátedra fue fundada en 1663 por el reverendo Henry Lucas –de ahí el nombre– y se ha mantenido con figuras tan destacadas como Isaac Newton.
A causa de una neumonía, en 1985 perdió el habla de manera definitiva, por lo que comenzó a utilizar un sintetizador de voz que manejaba con los dedos. El característico sonido robótico de aquella voz ha pasado a la posteridad como si se tratara de la suya propia.
Al poco tiempo, en 1988 publicó el primero y más célebre de sus libros de divulgación: “Historia del tiempo”, que ha vendido más de diez millones de ejemplares hasta la fecha. El éxito del ejemplar y la historia del autor hicieron que Hawking alcanzase una popularidad mundial y se convirtiera en icono pop.
Tras su jubilación en 2009, Hawking siguió siendo parte activa de la Universidad de Cambridge y conservó una oficina en el departamento de Matemáticas Aplicadas y Física Teórica de este prestigioso centro académico. Aquí continuó trabajando en física teórica hasta su fallecimiento este miércoles a los 76 años, la misma edad a la que murió Albert Einstein.
Remembering Stephen Hawking, a renowned physicist and ambassador of science. His theories unlocked a universe of possibilities that we & the world are exploring. May you keep flying like superman in microgravity, as you said to astronauts on @Space_Station in 2014 pic.twitter.com/FeR4fd2zZ5
— NASA (@NASA) 14 de marzo de 2018
Su sueño sin cumplir
Con 65 años, el astrofísico británico Stephen Hawking pudo liberarse por un día de la silla de ruedas en la que llevaba décadas confinado debido a su enfermedad, la esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Durante dos horas a bordo de un Boeing 727-200 adaptado para la ocasión, Hawking saboreó la ingravidez.
Este viaje debía ser el preludio de algo más grande: viajar al espacio y cumplir uno de sus sueños. La fecha para tal acontecimiento se fijó en 2009 gracias a la compañía Virgin Galactic, pero el periplo fue finalmente aplazado por problemas técnicos.
La ilusión de Hawking no se desvanecería: en 2017 aceptó la invitación del millonario Richard Branson, presidente de Virgin Galactic, para formar parte de su proyecto de turismo espacial. Pero en esta ocasión, el empeoramiento de su estado de salud se adelantó y truncó su sueño.
Un ícono pop
Célebre por estudiar las leyes básicas que gobiernan el universo, es igualmente conocida la pasión de Stephen Hawking por la música o el cine.
De hecho, su vida dio lugar a varias películas. La más famosa es “La teoría del todo”, dirigida por James March en 2014, que narra la relación entre el astrofísico Stephen Hawking y su primera mujer Jane Wilde, alumna de la que se enamoró mientras ambos estudiaban en Cambridge. Eddie Redmayne ganó el Oscar al mejor actor por su interpretación del físico.
En 2013 se estrenó HAWKING, un documental sobre la extraordinaria historia del científico, contado por primera vez en sus propias palabras y por personajes más cercanos a él, como Buzz Aldrin. Y con el mismo título, en 2004 se estrenó un film de la BBC con Benedict Cumberbatch como protagonista.
Además, todos los que le conocían alababan su sentido del humor, que le llevó protagonizar varias apariciones en series de televisión muy conocidas, como Los Simpsons. En esta comedia dirigida por Matt Groening, el científico aparece en cinco capítulos.
Hay que destacar también The Big Bang Theory, ficción que lleva precisamente el nombre de la teoría con la que se refirió al origen del espacio y el tiempo. Hawking participó en varios episodios interpretándose a sí mismo.
Otras apariciones estelares ocurrieron en las series Star Trek: The next generation y Futurama.
Por otro lado, no podemos olvidar los cómics. Atomic Robo cuenta las aventuras de un robot con gran sentido del humor, creado por Nikola Tesla, y que junto al divulgador Carl Sagan, al ‘fantasma’ de Alan Turing e incluso a Stephen Hawking se enfrenta a situaciones de lo más surrealistas.
Y por último, la música. Es mítica su participación en el sketch Galaxy Song del grupo británico de humoristas Monty Python junto a Brian Cox, profesor de física de la Universidad de Mánchester.
Era público el gusto de Hawking por las melodías. Incluso su voz electrónica apareció en la canción Keep Talking de la banda de rock Pink Floyd, perteneciente al disco de 1994 The Division Bell.
Por no hablar de cuando su figura sirvió como argumento de canciones muy conocidas, como Me and Stephen Hawking del grupo Manic Street Preachers. “Overjoyed, me and Stephen Hawking, we laugh. We missed the sex revolution. When we failed the physical”.
*Crédito imagen principal: Lwp Kommunikáció / Flickr