La compañía de Elon Musk planea desarrollar un nuevo vehículo basado en su Model X, pero con el diseño similar al de un Volkswagen Transporter.
Por Pablo G. Bejerano para ThinkBig. El proyectado minibús de Tesla –al menos el concepto figura entre los planes de Elon Musk concernientes al futuro de la compañía– estará basado en la estructura de su Model X. Este es uno de los modelos de alta gama de la compañía (por ahora solo el Model 3 se encuadra desciende hasta la gama media, pero aún no ha salido a la venta y solo se lo conoce por su presentación pública de hace unos meses), en realidad se trata de una modificación de la plataforma del Model S, que desde el principio ha sido la imagen de la empresa.
Elon Musk ya anunció en la presentación de su Master Plan Part Deux, en el mes de julio, que Tesla tenía en mente la construcción de un minibús. Ante algunas elucubraciones surgidas en torno a la estructura que tendrá este vehículo, el CEO de Tesla ha confirmado que se basará en el Model X.
Sin embargo, el minibús de Tesla no dejará de tratarse de un vehículo cuyo espacio estará optimizado para el transporte de pasajeros. Esto quiere decir que no será como un sedán ni un coche normal, más bien se parecerá a una Volkswagen Transporter, la famosa línea de mini furgonetas de la marca alemana, que se han convertido en una leyenda por la popularidad de sus modelos durante la época hippy.
Su carácter autónomo también será importante. Como Musk detalló, en el futuro puede que tenga sentido reducir el tamaño de los autobuses y convertir a los conductores de estos en una especie de gestores de flota, que vigilen los trayectos de varios vehículos en lugar de conducir uno solo. En este escenario el minibús de Tesla recogerá a la gente que lo pida a través de una aplicación móvil o de un botón instalado en las paradas de autobús.
La visión que Elon Musk tiene de Tesla no es únicamente la de un fabricante de coches eléctricos. La ambiciosa personalidad del emprendedor le ha llevado a ver a la niña mimada de sus proyectos como un elemento transformador no solo de la movilidad terrestre sino como un actor protagonista en el cambio energético en el que está zambulléndose poco a poco el planeta.
De ahí que en el Master Plan Part Deux de Elon Musk también se mencionara la oferta de 2.800 millones de dólares que presentó Tesla por SolarCity y que ha acabado materializándose en la compra. La empresa adquirida, de la que Musk fue cofundador y era presidente, está especializada en el desarrollo e instalación de paneles solares. Así, el fabricante de coches se convierte en una compañía que abarca un ámbito más directamente relacionado con la energía renovable. De hecho, desde hace unos días su web teslamotors.com redirige a tesla.com, destinada a ser el dominio de una suerte de conglomerado con el foco puesto en la energía limpia.
Otra de las piezas clave en la estrategia de Tesla es su ‘gigafábrica’ de baterías, construida en colaboración con Panasonic. La enorme capacidad de fabricación que tiene esta planta permitirá a la compañía surtir no solo sus vehículos a mejor precio al ganar escala, también podrá vender baterías de ion-litio a otros fabricantes de coches o de electrónica. De esta manera Tesla pasa a ser un actor transversal dentro del campo de las baterías, lo que está en connivencia con su estrategia global.