La empresa admitió que la información fue filtrada a un "socio de confianza", pero no especificó su identidad ni cuántas cuentas fueron afectadas.
Al parecer los fallos y errores en las redes sociales se han vuelto, lamentablemente, en una costumbre durante los últimos años.
Primero fue WhatsApp la que llamó a sus usuarios a actualizar su aplicación de mensajería tras el hallazgo de una falla de seguridad que permitió a un programa informático espía acceder a teléfonos móviles.
Posteriormente fue Twitter la que dio a conocer un bug en su aplicación para iOS, el que llevó a la plataforma a recopilar y compartir datos de ubicación de algunos usuarios de este sistema operativo con un “socio de confianza”.
Desde la plataforma afirmaron que el fallo ya había sido resuelto, aunque no especificó cuántas cuentas se habían visto afectadas ni tampoco reveló la identidad de la segunda compañía.
Específicamente, esta recopilación de información se registró en aquellos usuarios de iOS que tienen más de una cuenta habilitada en la red social y tenía activa la función de ubicación exacta.
Si esta se mantenía activa en una de las cuentas, el bug hacía que se activara en el resto de las cuentas abiertas.
De esta manera, el sistema recolectaba y almacenaba la ubicación de la cuenta aún cuando no estuviera siendo usada.
Si bien desde Twitter indicaron que una vez alertados del problema, trataron de borrar la información enviada al “socio de confianza”, no tuvieron éxito, por lo que decidieron generalizar los datos, para que así no mostrara la ubicación precisa, sino que desplegara la ciudad.
Junto con señalar que el “socio” no recibió nombres de usuarios, esta información estuvo disponible durante “un corto periodo de tiempo” hasta que se borraron completamente.