A menos de un mes de terminar el soporte de XP, Microsoft anunció que aquellos que no cuenten con la última versión del software para PC también dejarán de recibir actualizaciones.
Desde que Microsoft dio el gran salto e introdujo su polémico sistema operativo (SO) Windows 8, tuvo que hacer sacrificios. Uno de ellos fue el 8 de abril, cuando dijo adiós al popular Windows XP, al que dejó vivir 12 años, casi dos más de lo usual. Pero no solo el niño mimado de los SO pagó el precio de los tiempos modernos, donde la obsolescencia planeada marca el ritmo de recambio tanto del hardware como del software. De hecho, ya está anunciado el Windows 9 para 2015.
Quienes también pagaron el precio fueron los usuarios de Windows, esos que no quieren, no se animan o no les interesa cambiarse a una Mac o a cualquier otro sistema, como Linux. Aquellos que todavía continúan fieles a Microsoft en sus laptops, netbooks y computadoras de escritorio han sido tal vez los más críticos de Windows 8, un software demasiado diferente a lo que estaban acostumbrados, pensado para usar sin mouse y con pantalla táctil.
A riesgo de perder usuarios y volver a quedarse atrás, Microsoft comenzó entonces a escuchar a esos usuarios y, en gran parte de los casos, a hacerles caso. Así, la versión de Windows 8.1 reincorporó el botón de inicio, por ejemplo, uno de los cambios que más disgustó (y despistó) a los consumidores.
Pero quejarse y ser escuchado también tiene un precio. Ahora, Microsoft adoptó una postura estricta en cuanto a la última gran actualización de Windows 8.1. Palabras más, palabras menos, la compañía dijo a sus usuarios: “Ya escuchamos sus quejas y les hicimos caso. Ahora actualícense o váyanse”. El cambio de postura de la compañía fue recibido con sorpresa y llegó el mismo día en que se habilitó la descarga de Windows Phone 8.1 para desarrolladores.
Última oportunidad
En palabras más textuales, Microsoft publicó en su blog TechNet un comunicado en el que explica que la empresa “ha estado escuchando el feedback de sus consumidores”, y que muchas de esas devoluciones fueron incorporadas a Windows 8.1.
La empresa dijo que recientemente tuvo lugar una “actualización muy grande”, que será considerada como una “línea de base de soporte y servicio”. Eso significa, continuó, que quienes no descarguen esta última versión en sus dispositivos en 30 días, dejarán de recibir actualizaciones futuras. Es decir, pasará algo similar a lo que sucedió con XP: Microsoft dejará de dar soporte y añadir “parches” para arreglar el SO. Y eso se traduce en menos seguridad para sus usuarios, además de un peor rendimiento.
El argumento es que “Microsoft quiere asegurarse de que sus consumidores se beneficien de la mejor experiencia de soporte y servicios, así como coordinar y simplificar los servicios” a lo largo de Windows Server 2012 R2, Windows 8.1 RT y Windows 8.1, agregó la compañía en la entrada del blog.
La empresa aclaró que los usuarios que hayan marcado la opción de recibir las actualizaciones de forma automática no tendrán que hacer nada. Sin embargo, quienes hayan decidido hacer las descargas de forma manual, deberán bajar la actualización antes del 13 de mayo.
Quienes no estén seguros de qué versión de Windows corre en su computadora, pueden ingresar al sitio web oficial y consultarlo. En caso de ser necesario, desde allí se puede descargar la última versión del SO e incluso existe la opción de hacer un test de compatibilidad, para saber si la computadora soportaría Windows 8.1.
Una forma fácil de saber si el sistema cuenta con la última actualización es la presencia del botón de búsqueda al lado de la foto de perfil, en la home de Windows. En caso de tener la lupa, no hay de qué preocuparse.
La situación de Windows XP
Según una encuesta de la empresa de protección contra virus Avast, 27% de los usuarios de Windows XP no planean migrar a uno de los sistemas operativos más nuevos de Microsoft. A su vez, un informe de la firma de análisis Net Applications dice que la mayoría de los usuarios de XP que están cambiando eligen Windows 7 en vez de las últimas versiones (8 y 8.1). No obstante, Microsoft insiste en que el nuevo software está pensado para ser más fácil de usar con el mouse y teclado, incorpora nuevos atajos para acceder a las apps desde el escritorio y mejora las búsquedas en Bing, entre otras novedades.