Empresas, universidades y alumnos no quieren esperar a que se autorice legalmente el uso civil de los drones el 2015, quieren capacitarse cuanto antes para cuando se espere su uso comercial. Este nuevo sector promete crear miles de puestos de trabajo y generar miles de millones de dólares.
Los drones serán un negocio en el futuro, por lo tanto, las empresas necesitarán profesionales que los piloten. Bajo esta premisa, varias universidades estadounidenses ofrecen cursos, grados e incluso doctorados para formar a los estudiantes en el emergente sector de los aviones no tripulados.
Empresas, universidades y alumnos no quieren esperar a que se autorice legalmente el uso civil de los aviones no tripulados: quieren llegar a finales de 2015, para cuando se espera su uso comercial, preparados para ganarse la vida en un sector que promete crear miles de puestos de trabajo y generar miles de millones de dólares.
Mario Pisa, analista de sistemas informáticos en una multinacional española, había pensado en montar su propia empresa en este prometedor sector, pero se dio cuenta de que requería una "gran cantidad de conocimientos técnicos y en muchas disciplinas".
Por eso, este aficionado a la aeronáutica, de 40 años, que siente fascinación por los aviones no tripulados y los ha probado con sus aeromodelos, es ahora alumno de un máster en línea sobre esta materia desde Madrid.
Se matriculó en la Unmanned Vehicle University, un centro universitario en Phoenix (EE. UU.) dedicado a la enseñanza sobre vehículos no tripulados, pionero en cursos reglados por internet y que forma a futuros pilotos de drones, también a expertos en esta ingeniería y a fotógrafos aéreos.
"Está claro que si quieres iniciar un negocio, debes encontrar una brecha en el mercado", explica a Efe Jerry LeMieux, presidente y fundador de la Unmanned Vehicle University, que pilotó aviones militares y ahora lo hace en una aerolínea comercial norteamericana.
"Los vehículos aéreos no tripulados serán la próxima revolución; de hecho, ya este mismo año, porque muchas grandes compañías están invirtiendo en este área", subraya el presidente de este centro que ha expedido 500 títulos hasta el momento.
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Universidades estadounidenses como la de Dakota del Norte y la de Kansas también tienen en funcionamiento grados sobre esta materia, cada uno con su diferencial, ya sea un "certificado de piloto comercial" o la "proximidad a espacios aéreos restringidos donde hacer pruebas".
Los estudiantes se forman en matemáticas, física e ingeniería, entre otras especialidades, aunque los usos civiles de los vehículos aéreos sin piloto son muy variados: inspección de líneas de alta tensión, vigilancia de fronteras, fumigación de campos, alerta de incendios o simplemente como juguetes para hacer competiciones.
"La gran aplicación inmediata que se le podrá dar inicialmente es la agricultura: se pueden detectar y atacar enfermedades de las plantas, la presencia de insectos, analizar la fertilidad del suelo y anticiparse a los problemas", pronostica LeMieux.
El presidente de la universidad habla de "ahorro de tiempo y de dinero" con esta tecnología, pero admite cierta hostilidad en su entorno.
"La mayoría de estadounidenses, cuando oye la palabra dron, piensa en bombas, policía, ejército, falta de privacidad... No saben de la aplicación comercial de esta industria", se sincera el también autor de un libro sobre emprendimiento en drones.
Sin embargo, el sector exhibe cifras prometedoras. Calcula que, hasta 2015, se habrán creado unos 70.000 puestos de trabajo en Estados Unidos vinculados a esta industria emergente y, en la década posterior, otros 100.000 más.
Los datos son de un estudio de la Asociación de Sistemas de Vehículos No Tripulados Internacionales (AUVSI), que representa a más de 7.000 empresas relacionadas con drones en 60 países, pero otros informes más independientes del sector también avalan la tendencia.
La firma Teal Group, de analistas sobre defensa y espacio aéreo, predice que en su primera década de historia la industria de los drones moverá a escala internacional hasta US$89.000 millones en inversiones.
Tanto la multinacional del comercio electrónico Amazon como la mayor empresa de mensajería del mundo, UPS, ya trabajan en una fórmula para entregar paquetes con vehículos no tripulados, y la filial británica de Dominos hizo también pruebas para repartir pizzas a domicilio a través de esta tecnología.
En la universidad, la mayoría de alumnos son profesionales que quieren integrarse en estas empresas que apuestan por los drones y emprendedores que buscan aprovechar el "boom" de esta nueva forma de moverse por el aire.
"Me encantaría poder tener una flota de aviones con distintas capacidades y ofrecer servicios de todo tipo", cuenta desde Madrid Mario Pisa, ingeniero técnico de formación y experto en seguridad.
Entre los usos civiles, Pisa cita la vigilancia del medioambiente, la ayuda a servicios de emergencia, la contribución a la ciencia ofreciendo datos... Montar su propia empresa sin estudiar el máster hubiera sido "una locura por enorme falta de conocimientos", dice ahora.