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Uruguay: gobierno anuncia que concederá seis canales digitales comerciales
Lunes, Agosto 27, 2012 - 10:53

La concesión total será de 11 canales. Los expertos no se ponen de acuerdo acerca del impacto que la TV digital tendrá en el mercado de las comunicaciones.

Cuando en los próximos días se anuncie el llamado a la presentación de proyectos para el sector comercial de la televisión digital terrestre (TDT), cuya implementación está fechada por decreto para 2015, habrá dos escenarios posibles: la reafirmación de las nuevas reglas de juego del gobierno (que implican temporalidad en las licencias, el cobro de un canon por el uso del espacio radioeléctrico y la aceptación de ciertas contraprestaciones), que hará continuar la “guerra” con la Asociación de Broadcasters (Andebu), o un retroceso del Estado en sus posturas para lograr la conformidad de los canales privados (ver recuadro).

Pero mientras se desarrolla este conflicto, hay otras variables no tan expuestas ni cuestionadas que, sin embargo, erosionan la viabilidad misma de la TDT. Se trata del imparable crecimiento de las potencialidades de Internet y del consiguiente cambio socio-cultural en la relación del usuario con los contenidos audiovisuales. A esto se le suma la competencia representada por los operadores de cable. A su vez, las experiencias internacionales en cuanto a la TDT, en especial el caso español, ha dejado algunas lecciones: la aparente panacea de la diversidad y la interactividad está muy lejos de ser lo que parece.

Si bien la televisión digital ya existe en el país hace años, a través de los operadores de cable, la TDT implica la digitalización del espectro que va por aire, lo que conllevaría el denominado “apagón analógico” de los canales de TV abierta. Este proceso, por ende, afectará solamente a los hogares que no tienen un servicio pago, que son alrededor de 350.000 hogares en Uruguay, de un total de 1 millón. De acuerdo a un experto en temas audiovisuales, que prefirió guardar el anonimato. Alrededor de un 65% de los hogares uruguayos disponen de televisión para abonados, ya sea a través de conexiones legales o ilegales.

La diferencia con el modo analógico, que en Uruguay utiliza el sistema Pal-N, es que la televisión digital permite un mayor aprovechamiento del espectro radioeléctrico. Esto implica una mejor calidad de imagen y sonido (alta definición o HD), interactividad y la posibilidad de emitir más señales y, por consiguiente, tener más canales.

La TDT permite un mejor aprovechamiento del ancho de banda, porque mientras la modalidad analógica solo admite una transmisión por canal, en la televisión digital esto se multiplica. Además, el tipo de modulación interfiere menos con los canales adyacentes, como sucede en la TV uruguaya, donde existen, por ejemplo, los canales 10 y 12 pero no el 11, porque, de existir, su señal interferiría con los otros dos, explicó el ingeniero en telecomunicaciones Rafael Sotelo. Además, la TDT permite utilizar parte de ese espectro radioeléctrico para otros usos, como la tecnología de cuarta generación para celulares (4G).

Un duro competidor

Pese a que las ventajas de la televisión digital son evidentes, el inconveniente es que esta tecnología llega con varios años de retraso a Latinoamérica. Aunque Uruguay será, de acuerdo a la fecha de implementación de la TDT estipulada para el 21 de noviembre de 2015, el primer país de la región en realizar el apagón analógico, el mismo ya se realizó hace varios años en el mundo desarrollado (Holanda fue el primer país que lo hizo en 2006). Este tiempo no solo ha demostrado los alcances y problemas de la TDT, sino que ha sido testigo de un desarrollo exponencial de Internet.

“Vivimos una etapa en la tecnología en la que hay que apurar el paso, porque la TV digital entra en competencia con otros sistemas que están evolucionando más rápido”, sostuvo Álvaro Lamé, director de Netgate y ex presidente de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI).

De acuerdo con un experto en estos sistemas, que pidió anonimato, el atraso en la llegada de la TDT en la región es tal que mientras “América Latina está en el comienzo del proceso, en Europa se están planteando finalizarlo, porque el futuro de la distribución audiovisual no va por ese camino. Mi temor es que se van a invertir millones de dólares en una tecnología que va a durar 24 meses”, expresó. Según el Director Nacional de Telecomunicaciones, Sergio de Cola, Televisión Nacional Uruguaya (TNU) realizará una inversión de unos US$ 10 millones, y los privados en Montevideo entre US$ 1 millón y US$ 2 millones.

De acuerdo al especialista, es necesario considerar a la TDT en el contexto de transformación tecnológica mundial, denominado convergencia, que implica una serie de cambios sociales en el consumo de los contenidos audiovisuales. Esta nueva forma de uso pone en cuestión ciertos conceptos propios de la televisión lineal (la que tiene una grilla de programación).

El usuario adquiere cada vez más poder frente a la gran oferta disponible ya que es él quien elige qué ver, cuándo hacerlo y a través de qué dispositivo. De un mercado en donde el televidente tenía la obligación de comprar toda la góndola del supermercado para acceder solo a algunos productos, es ahora él mismo el que selecciona qué comprar. Se trata de un cambio social y no de un tema tecnológico o de regulación. Para algunos, estamos ante el concepto de la libertad del usuario.Esta tendencia se evidencia con el éxito de webs como Netflix, Video o incluso Cuevana, y de los sitios de televisión a la carta o Video Bajo Demanda (VOD, por sus siglas en inglés). De hecho, cada vez más se está dando el traspaso de los contenidos televisivos a Internet. “CBS de EEUU termina una serie a las nueve de la noche y a las 9.01 la cuelga en la página web para que la gente la mire gratis. Sólo obliga a los usuarios a ver una publicidad de 30 segundos. En Uruguay, canal 10 y canal 4 también están colocando la programación en internet”, dijo el experto.

Hay cada vez más inversión web y poco a poco muchas empresas comienzan a trasladar parte de su publicidad a este medio, indicó Lamé. De acuerdo a la compañía de investigación independiente Forrest Research, la publicidad online superará a la televisiva en EEUU para el año 2016. De hecho, esta tendencia ya afecta a otros medios de prensa. Por primera vez en la historia de EEUU se prevé que en 2012 la inversión publicitaria web sea mayor a la del papel. “Hoy los medios tradicionales tienen precios desvirtuados para lo que devuelven”, sostuvo Lamé.

En los países desarrollados se está generando un fenómeno denominado cord cutting (la traducción es cortar el cordón umbilical, pero el término hace referencia al cable). The Wall Street Journal publicó que es presumible que esta tendencia se intensifique; en EEUU 400.000 suscriptores dieron de baja el cable en el segundo cuatrimestre de este año. Además, la IPTV (televisión por Internet), se está desarrollando con fuerza en el mundo. Recientemente ANTEL y Samsung anunciaron que ofrecerán IPTV en Uruguay este año.

Por otro lado, el país registra un crecimiento excepcional de Internet. De acuerdo al Perfil del Internauta del Grupo Radar, la mitad de la población, unas 1.650.000 personas, es usuaria de la web. El país tiene, además, el servicio de banda ancha más barato del América Latina en relación al salario promedio, de acuerdo a la Comisión Económica para América Latina (Cepal) y es el primero de la región en cuanto a la proporción de usuarios de Internet cada 100 habitantes (47,7 a 2010), según la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicaciones (URSEC).

No obstante, de acuerdo con el presidente de Andebu, Rafael Inchausti, de momento no se ha sentido una desviación de la publicidad de televisión hacia la web. “Internet todavía ofrece muchas dudas a los anunciantes. Creo que más que Internet el crecimiento se va a dar en el servicio de televisión para abonados”, manifestó. De acuerdo informó la consultora Dataxis a Infonegocios, la TV paga continuará creciendo en Uruguay hasta abarcar al 75,2% de los hogares con TV en 2015. “La pregunta que nos hacemos es si todo este esfuerzo que se está desarrollando para implementar la TDT vale la pena”. Teniendo en cuanta el crecimiento del cable, indicó Inchausti, “a lo mejor se podrían implementar soluciones económicas para que los hogares que no cuentan con televisión para abonados pudieran hacerlo”.

El diagnóstico de la próxima obsolescencia de la TDT no es compartido por todos los conocedores de la materia. Para el experto en TV Digital Interactiva Gustavo Romay, “para que se logre tener una situación en la que la TDT no tendría usabilidad va a pasar muchísimo tiempo, más en Latinoamérica”. Inchausti consideró, por otro lado, que la TV en línea todavía tiene futuro en relación a la TV a la carta, ya que aun es la opción favorita para los usuarios de servicios audiovisuales.

De Cola, por su parte, evaluó difícil que a corto plazo la televisión por Internet desplace a la TDT por que uno es un servicio gratuito y el otro no, a lo que se agrega la distancia en los niveles de penetración de ambas tecnologías, que en el caso de la TV abierta es del 98%. Más bocas, misma comida

El otro problema de la TDT es que tiene que competir no solo con Internet sino contra sí misma. Para el Ingeniero en Telecomunicaciones y director de Teleconsult, Omar de León, plantear el apagón analógico para 2015 no solo va a ser difícil de cumplir sino que es apresurado, ya que una apertura brusca a la competencia, debido a que la aparición de una cantidad mayor de canales, puede generar dificultades en cuanto a la financiación, ya que la publicidad no aumentan porque haya más medios. “Una mayor cantidad de autorizaciones debería pasar por un estudio de costo-beneficio y una apertura progresiva para ver qué efecto causa en el mercado”, estipuló.

De Cola objetó este razonamiento. Según explicó, si bien el decreto estipula que se pueden asignar siete canales comerciales, seis para el sector público y siete para el comunitario, eso es posible para llamados futuros pero próximamente lo que se abrirá será el llamado a seis canales comerciales (tres están reservados para los actuales), tres públicos (uno será para la Televisión Nacional Uruguaya) y dos comunitarios. “La multiplicación no es tan grande”, manifestó De Cola. “El modelo que estamos haciendo se regulará por sí mismo”.

 

Pese a los obstáculos a los que se enfrentará la TDT parece difícil que el gobierno deje de seguir el rumbo de Latinoamérica en la implementación de esta tecnología. Para el especialista en telecomunicaciones que pidió el anonimato, si bien hay que ir hacia un proceso de digitalización del espectro radioeléctrico para liberar parte de él y asignarlo a la banda ancha –algo que el gobierno ya hizo a través de un decreto que limita las señales disponibles para Cablevisión, propiedad del Grupo Clarín, para pasarlas a la telefonía 4G- , quizás sería conveniente no apurar la implementación de la TDT y esperar a ver qué pasa.

La TDT no podrá estar ajena, de acuerdo al experto, a los tiempos de cambio que se avecinan en Internet, algo que denominó “la segunda guerra mundial de las plataformas” -la primera fue entre los navegadores de Microsoft y Netscape- en la que compañías como Microsoft, Google, Apple o Samsung pelean por la supremacía en el mercado y donde los smartphones (teléfonos inteligentes) adquirirán un rol central en el proceso audiovisual.

Autores

observa.com.uy