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Videojuegos a la colombiana
Viernes, Julio 4, 2014 - 11:15

Hace siete años, hubiera parecido inimaginable que los 'gamers' pudieran disfrutar desde su consola Xbox o Play Station un videojuego hecho 100% por colombianos. En 2007 eso cambió.


Los pioneros fueron Cellfactor y Monster Madness, hecho por Immersion Games, estudio colombiano que le dio play a la creación de videojuegos en Latinoamérica. Hoy, los aficionados a esta diversión electrónica pueden encontrar cerca de 70 juegos de calidad de exportación hechos por cerebros locales, en plataformas como Windows, Android, iOS, Play Station y Xbox.

Las ideas colombianas han llegado incluso a Japón, el país grande de los videojuegos, con propuestas como la de Poltergeist, un producto en el que el protagonista es un fantasma que tiene que ir asustando a las personas. El prototipo ganó 40 millones de pesos en el concurso de Square Enix, compañía japonesa, en 2012.

La industria nacional, sin embargo, aún es muy joven si se tiene en cuenta que los pioneros de los videojuegos, como Space Invaders, Pacman y Tetris, aparecieron hacia finales de los años 70 y principios de los 80.

Por eso, la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB) decidió realizar “Videojuegos hechos por colombianos”, una exposición que se logró a través de Artecámara, el programa de la CCB para la promoción del talento en artes visuales, y de la iniciativa de Desarrollo del Clúster de Industrias Creativas y de Contenido, un espacio para el trabajo conjunto entre la academia, empresarios y el Gobierno.

La muestra presenta catorce de los mejores videojuegos desarrollados por nacionales y, además, hace un recorrido por la historia de esta industria en el país, que fue producto de una investigación nunca antes hecha en Colombia.

“La idea es visibilizar a los creativos con un sentido estético y museográfico”, dijo Julie Cangrand, directora de Artecámara.

Andrés Burbano estuvo a cargo de la curaduría de la exposición, que estará en el segundo piso de la Cámara de Comercio de Bogotá, sede Salitre, desde el 2 de julio hasta el 2 de agosto.

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ELESPECTADOR.COM