La artista visual destaca tanto en el plano local como internacional: el año pasado fue elegida como mejor artista emergente con los premios Silver Award Show Artists en Estados Unidos. Dirige la Galería Madhaus en Santiago, actividad que mezcla con su intenso poder creativo.
Constanza Ragal se situó en la escena artística chilena y no pasó desapercibida. Es más, removió un poco todo, llegando a abarcar el espectro internacional. Por algo, esta artista visual de 32 años, discípula de Gonzalo Cienfuegos, ha recibido diversos premios, tanto en el ámito local como mundial, llegando a ser galardonada en 2009 en la I Bienal de Pintura al Vino, en Guanajuato, Mexico; y denominada, el año pasado, como la mejor artista internacional emergente, según los premios Silver Award Show Artists en Estados Unidos.
Ragal se ha posicionado y se ha transformado en un referente de su generación. Detrás de sus obras, esas que combinan lo moderno, lo barroco, el pop art y lo vintage, hay un discurso agudo y sagaz que busca mirar más allá a esta sociedad post moderna.
En sus trabajos hay un rescoldo de lo que ha sido y es esta artista que fue escogida por el vodka Absolut para que hacer un cuadro inspirado en la botella de este trago sueco que Warhol pintó en 1986.
En ellos se aprecia algo de moda, cine y publicidad, y cómo no, si Ragal trabajó como diseñadora de vestuario de una marca argentina y en la dirección de arte de editoriales y campañas de moda, además de haber estudiado Cine y Literatura, y haber realizado un Diplomado de Cine y en Seminario Internacional “La Realización Documental”.
Hoy, la artista es la directora de Galería Madhaus, ubicada en Barrio Italia, en Santiago de Chile, espacio que pretende dar un impulso a los artistas independientes.
En el 2015 participará con la galería en Lollapalooza, además de estar en la Feria de Artistas FAXXI y presentar una muestra colectiva junto a las artistas Nea Ducci y Celine Reymond. Incluso, ya tiene planes para 2016, debido a que estará con una exhibición individual en Artifact Gallery New York.
- ¿Cómo evalúas que se están posicionando los artistas visuales tanto en Chile como en la región?
- El trabajo del artista es una tarea difícil en nuestro país, en principio no tenemos una educación al respecto ni una cultura que considere el oficio del arte como cualquier otra profesión. Los estudiantes, al salir de las escuelas de arte, se enfrentan a un territorio de nadie, sin mucha información sobre cómo gestionar su trabajo ni espacios para desarrollarse.
Existen actualmente pocas galerías de arte contemporáneo y un mercado muy reducido. Entonces, el desafío es enorme: por una parte, el artista debe construir y profundizar en su propuesta de obra, y por otra, movilizarse en un campo limitado. Y en esta batalla surgen grandes talentos, donde la confianza, el trabajo y el profesionalismo son herramientas esenciales para la sobrevivencia.
Contados artistas logran vivir exclusivamente de su obra, la mayoría trabaja en campañas paralelas, por lo que situarse en la escena del arte es un proceso lento. Pero, aunque el panorama no colabora, algunos artistas perseverantes logran insertarse en galerías y encontrar recursos que les permiten desarrollarse y posicionarse.
- ¿Qué tendencias artísticas, desde el punto de vista estilístico y temático, se están apreciando actualmente?
- Desde la experiencia como directora de galería veo, por una parte, un retorno a la pintura, nuevas propuestas de calidad, con contenido e identidad. También una tendencia al bordado y una valoración de la manualidad y de la factura de la obra por sobre las imágenes mediáticas y reproducibles. Las temáticas son variadas y muy personales.
- ¿Cuál es el rol que están jugando hoy en día las galerías en el país y cuáles serían sus principales desafíos?
- El circuito establecido de galerías en nuestro país es un campo muy cerrado, concentrado principalmente en un barrio de Santiago. Las galerías comerciales gestionan a pocos artistas porque el trabajo es arduo y el mercado muy pequeño. No existe un coleccionismo importante ni tampoco una educación al respecto. Por lo anterior, las galerías proyectan a los artistas en la escena internacional, participando de ferias de artes para abarcar otros mercados.
Creo que el primer desafío debe ser en conjunto entre las galerías, los centros culturales, el Consejo de Cultura y la empresa privada, de modo de establecer alianzas. Un buen ejemplo son las ferias de arte como Ch.ACO y FAXXI, instancias masivas de exposición, difusión y venta.
Sospecho que el punto de partida es educar a las nuevas generaciones sobre la importancia del arte en nuestras vidas y en la sociedad, invitar a valorar y contemplar, más allá de lo simplemente decorativo o adquisitivo. En lo particular aproximar al público mediante una atención personalizada de modo de romper la barrera del cubo blanco de las galerías.
Por otra parte, promover la adquisición de obras como una posible inversión. Si bien el arte no es un producto de primera necesidad, es posible comprar obras a buen precio de jóvenes promesas.
- ¿Cómo estableces la curatoría de la galería?
- El objetivo inicial es instalar un nuevo espacio de arte contemporáneo tanto de difusión como de venta de arte joven, en un barrio accesible a diversos públicos. La motivación de Madhaus es dar cabida a los nuevos talentos que se manejan de manera independiente, hasta la fecha la galería reúne casi 50 artistas en variadas disciplinas. La curatoría se basa en propuestas originales, de calidad, innovadoras y a precios accesibles.
- ¿Consideras que es efectivo eso de que cada vez se le está dando más espacio a los artistas emergentes?
- No estoy segura, quisiera pensar que sí, pero la realidad es que existen pocos espacios de difusión y venta para artistas emergentes. Tarea difícil porque se necesitan cabezas que gestionen y organicen, como también recursos y alianzas, ya que pocas galerías se sostienen únicamente de las ventas.
También existen espacios como las ferias de arte y de diseño, donde el artista joven puede mostrar y vender su trabajo y abarcar un público más masivo. Se suman las campañas de marca como Absolut Vodka, entre otras, que invitan a los artistas y le otorgan contenido creativo al producto.
- Tu obra posee un gran discurso, sobre todo con la mujer en el centro de ella ¿indagarás en otras problemáticas de la sociedad?
- Mi obra representa un estereotipo de mujer contemporánea como una excusa para hablar de las exigencias del mundo actual, del hiperconsumo, de la masificación de imágenes, y de cómo la mujer es protagonista y víctima de esta escena. Hoy los medios de comunicación difunden a gran escala un modelo femenino idealizado e inalcanzable, por lo que la mujer contemporánea se ve forzada a cumplir las expectativas de una sociedad superficial.
Me inquieta trasmitir el vacío espiritual que experimenta nuestra sociedad post moderna, donde las nuevas catedrales son los malls y adquirimos una serie de productos tanto por status como para llenar ese vacío.
Lo difícil es plasmar en la obra las diversas inquietudes y que finalmente ésta hable por sí misma, sin necesidad de un discurso que la acompañe. Una obra dice mucho más y mucho menos de lo que uno pretende, por lo que hay que ser cuidadosos de no entramparnos en la literalidad, que la obra formule preguntas y no se cierre en sí misma.
- ¿El mezclar lo moderno, lo barroco, el pop art y lo vintage, basándote en los conceptos de la moda, la publicidad, el cine y los medios, serían los elementos que le dan fuerza a tu trabajo, logrando a la vez diferenciarte del resto y destacar dentro de los artistas de tu generación?
- Sospecho que todos los artistas nos inspiramos tanto de las experiencias personales, de las problemáticas de la sociedad y de la época que nos toca vivir, como también de referentes de la historia del arte. Así, mi trabajo combina distintos elementos que me inquietan y me inspiran. Entre ellos el romanticismo por la pintura y el oficio en una época industrial y digital que amenaza por hacer desaparecer lo hecho a mano.
También me inspiro en el movimiento Pop Art pero vinculado a la estética contemporánea de la publicidad y el cine, utilizo principalmente estrategias como la captura de una escena, el manejo de la luz y el encuadre. Al desplazar ciertos recursos de la fotografía cinematográfica y publicitaria al territorio plástico de la pintura, se produce una tensión que transforma la imagen en una obra única e irrepetible.
- ¿Cuál es tu proceso creativo?
- Mi proceso es bien espontáneo y meditativo a la vez. Me inspiro tanto del acontecer como de las experiencias profundas. Los viajes, los libros, la meditación, como también una conversación pueden motivar el punto de partida de la construcción de una obra. Por lo general realizo un boceto previo, otras veces tomo una fotografía o realizo un video tipo “tráiler” del cual extraigo un fotograma que finalmente traslado a la tela.
- ¿Cómo fue este proceso de ser elegida por Absolut para ser la artista plástica que revive a Andy Warhol para esta campaña? ¿En qué te inspiraste?
- Hace dos años participé de un evento de la marca para el lanzamiento de la Edición Absolut Unique. Luego me seleccionaron entre varios artistas plásticos ya que mi obra tiene un componente Pop importante. Para la campaña Absolut Warhol trabajé a partir de tres elementos: la botella pintada por Andy Warhol, la estrategia del artista de serialización de productos y el retrato característico de la propuesta de mi obra.
En lo personal fue una experiencia enriquecedora, ya que ha sido la obra más grande que he realizado y una buena acogida del público y la prensa.