Cuidar la piel es algo vital durante los meses de calor y así evitar envejecimiento prematuro y quemaduras.
Durante el verano, aumentan las actividades al aire libre, y por ende la exposición a la radiación del sol. De ahí la importancia de cuidar la piel, mediante el uso de protección solar y visitas regulares al dermatólogo.
La protección solar adecuada también previene el enrojecimiento (eritema), las quemaduras solares y el fotoenvejecimiento y el uso del protector debe convertirse en un hábito diario de cuidado personal.
“El mercado tiene numerosas opciones para satisfacer las preferencias y necesidades de cada consumidor. Incluyendo productos sin sensación aceitosa que son más livianos y agradables de usar todos los días y con una protección altamente efectiva y duradera”, explica Gabriela Zúñiga, responsable de Químicos para el Cuidado Personal de BASF Chile.
Por lo mismo, es importante conocer algunos detalles sobre la elección del producto y su aplicación adecuada.
1. Factor de protección
Cuanto mayor sea el factor de protección solar, mayores serán las posibilidades de estar protegido adecuadamente. La sensibilidad a la radiación varía con los diferentes tipos de piel, pero se recomienda usar al menos SPF 30, especialmente para pieles claras.
2. Uso adecuado
Los protectores solares comienzan a hacer efecto inmediatamente después de la aplicación, pero es importante aplicar la cantidad adecuada del producto, por ejemplo, para la cara es el equivalente a una cucharadita.
Hay estudios que indican que, en la práctica, las personas usan la mitad de la cantidad que se utilizó al realizar las pruebas.
Esto refuerza la importancia de aplicarlo de la manera más uniforme posible para garantizar la protección y evitar quemaduras y manchas en la piel. También es importante seguir la información en la etiqueta del protector.
En la playa o la piscina, donde la exposición es más directa y durante un período más largo, debemos realizar una nueva aplicación, porque perdemos protección por el sudor o después de un baño.
3. El mejor producto
Hay varios productos, fórmulas y texturas disponibles en el mercado, como geles, cremas, lociones, aerosoles. Acá los consumidores deben buscar protectores que les provoquen la mejor sensación.
Esto se debe a que es fundamental que el usuario disfrute el producto y se sienta cómodo de incluirlo como parte de sus hábitos diarios de cuidado personal.
4. Días nublados
Más del 80% de la radiación ultravioleta (UVA) pasa a través de las nubes. Por lo tanto, es necesario usar protector solar incluso en días nublados, especialmente para proteger de este tipo de radiación que penetra más profundamente en la piel, causando fotoenvejecimiento.
5. Entornos cerrados
Es de destacar que el uso del fotoprotector es importante incluso en interiores. En estos lugares estamos expuestos, además de los rayos UVA que pasan a través de los cristales de las ventanas y continúan actuando sobre nuestra piel, también a fuentes de luz artificial que emiten otra radiación, como la luz visible, que contribuye al fotoenvejecimiento.