Así era la dieta de los europeos hace un millón de años
Jueves, Enero 12, 2017 - 13:33
El ambiente era más cálido que el actual y permitía el desarrollo de bosques húmedos y grandes praderas donde buscar alimentarse.
Restos de gramíneas y polen de coníferas han quedado atrapados en el sarro de de los dientes pertenecientes a un individuo hallado en el yacimiento de la Sima del Elefante de Atapuerca. El análisis de la mandíbula fósil, de más de 1,2 millones de años de antigüedad, revela así un componente vegetal importante en la dieta de las primeras poblaciones humanas europeas, que aún no procesaban térmicamente estos alimentos antes de ingerirlos.
Los cálculos dentales obtenidos de los dientes de la mandíbula hallada en el yacimiento de la Sima del Elefante de Atapuerca (Burgos), de más de 1,2 millones de años de antigüedad, demuestran que los primeros europeos ingerían grandes cantidades de vegetales.
Así lo confirma un estudio, publicado recientemente en The Science of Nature, que ha permitido el hallazgo de restos de ciertas gramíneas y polen de coníferas atrapados en los cálculos dentales (sarro) que se encontraban alojados en la mandíbula, denominada ATE9-1.
Según los científicos, liderados por Karen Hardy, de la Universidad Autónoma de Barcelona-ICREA y con participación de Ruth Blasco y José Maria Bermúdez de Castro del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), el análisis indica un componente vegetal importante en la dieta de las primeras poblaciones humanas europeas.
Blasco detalla que se extrajeron y analizaron microscópicamente dos muestras de 0,5 y 0,8 microgramos de uno de los premolares, que se sometieron a un proceso químico de espectrometría y cromatografía para identificar los microrestos vegetales y otros microorganismos contenidos en la placa.
Los restos de alimentos identificados en ATE9-1 no solo apuntan a un componente vegetal en la dieta de estos homínidos, sino también a que el ambiente de hace 1,2 millones de años era más cálido que el actual y permitía el desarrollo de bosques húmedos y grandes praderas.
“Cabe destacar el hecho de que ninguno de los microrestos parece haber sido procesado térmicamente, lo que concuerda con las evidencias de ausencia de fuego en Eurasia previas a los 780.000 años”, añade la investigadora del CENIEH.
Además de los restos de gramíneas y polen, los científicos también localizaron fragmentos microscópicos de madera que podrían corresponder al uso de palillos para eliminar los restos de alimentos que quedarían atrapados en los espacios interdentales. “De hecho, la mandíbula ATE9-1 presenta un surco de desgaste en uno de sus premolares que podría relacionarse con estos hábitos”, explica José María Bermúdez de Castro.
En la Prehistoria más antigua la higiene dental era algo inexistente, por lo que algunos componentes específicos en la dieta permanecen atrapados en las acumulaciones endurecidas de placa bacteriana como auténticas cápsulas del tiempo. “Esto nos permite obtener información sobre la dieta de los individuos afectados”, concluye Blasco.