Las vacunas cambiaron la historia de las enfermedades, asegura el médico clínico infectólogo Washington Alemán, quien atribuye la corriente antivacunación a que se relacionan estos medicamentos biológicos con el autismo. Pero, afirma, esa conexión fue descartada por estudios liderados por la Organización Mundial de la Salud en las décadas de 1970 y 80.
El número de casos de sarampión en Estados Unidos hasta junio de este año ha llegado a 1.001. Las autoridades de salud se han comprometido a frenar lo que llaman “el esparcimiento de mala información y rumores sobre las vacunas”.
Si la tendencia continúa, EE. UU. podría perder su estatus entre los países que han erradicado esta contagiosa enfermedad respiratoria (recibió el reconocimiento en el año 2000). Sería como retroceder 25 años, según los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC).
Las vacunas cambiaron la historia de las enfermedades, asegura el médico clínico infectólogo Washington Alemán, quien atribuye la corriente antivacunación a que se relacionan estos medicamentos biológicos con el autismo. Pero, afirma, esa conexión fue descartada por estudios liderados por la Organización Mundial de la Salud en las décadas de 1970 y 80.
Pero la desconfianza ha crecido, de manera que en países desarrollados los brotes han puesto en peligro la salud pública. Algunos de los casos de sarampión reportados en Estados Unidos fueron de personas no vacunadas que visitaron Europa y trajeron consigo el virus.
¿Y los efectos colaterales?
Latinoamérica había llegado al punto de ser declarada libre de sarampión, hasta los brotes de los últimos años. Las migraciones podrían ser uno de los componentes, pues parte de las poblaciones desplazadas no han sido vacunadas. Esto hace temer que lo mismo suceda con enfermedades discapacitantes y mortales, como la poliomielitis y la viruela.
20 millonesde menores no reciben la cobertura de las vacunas básicas y quedan expuestos a enfermedades infecciosas.
“La vacunación no es un asunto personal, es un asunto de la comunidad”, opina el infectólogo. “Hay vacunas de cuya eficacia no hay la menor duda, y otras nuevas, de efectividad no tan alta, como las del dengue, paludismo, cólera y tifoidea, que no son generalizadas sino para ciertos grupos de riesgo”.
El médico considera que no se puede comparar un efecto colateral con la mortandad de la fiebre amarilla, la influenza, el sarampión. “Los efectos cada vez son mejores a medida que la fabricación de las vacunas avanza. La ingeniería genética los reduce al mínimo”.
En medicina, enfatiza, no existe un medicamento 100% seguro. Cuando la eficacia está por encima del 95%, se considera que los beneficios son ampliamente mayores a los riesgos. Pone como ejemplo la vacuna del papilomavirus (VPH). “Gran parte de los efectos colaterales son leves (fiebre, dolor en el sitio de vacunación, malestar), mientras que manifestaciones graves, como el síndrome de Guillain-Barré, representan menos del 1%.
“Comparado con el cáncer de cuello de útero, la primera causa de muerte en mujeres jóvenes en nuestros países, es un beneficio muy alto. Y esta vacuna puede seguir mejorando para que los efectos bajen”.
Tecnología y vacunación
A pesar de los enormes progresos de las dos últimas décadas, en el mundo todavía existen aproximadamente 20 millones de menores que no reciben la cobertura de las vacunas básicas, y quedan expuestos a algunas de las enfermedades más letales.
Una causa es que solo 46% de los niños menores de 5 años del África subsahariana son, en la actualidad, registrados al nacer. No tienen identidad oficial. (Solo 71% de la población global tiene un acta de nacimiento, estiman las Naciones Unidas). Esto dificulta que los servicios médicos les garanticen las vacunas necesarias en el momento adecuado.
En Ecuador no hay reportes de polio o viruela; sí brotes de difteria y sarampión.
Este proyecto combinará la tecnología biométrica de huellas dactilares de Simprints Technology y el motor de autenticación reforzado de la corporación japonesa de tecnología NEC, para crear identidades digitales de niños de 1 a 5 años.
Sería la primera solución escalable global de huellas dactilares para estos niños, vinculada a un historial médico completo y exacto. Los datos serán almacenados por Simprints, una entidad social británica sin fines de lucro, una vez que los prestadores de servicios otorguen el consentimiento informado para tomar los datos biométricos de los menores. NEC afirma que gracias a su motor de autenticación de huellas dactilares, los niveles de autenticación están muy elevados (índice de certificación del 99%). La prueba de validación de esta tecnología se realizará en 2020 en Bangladés y en Tanzania.
GAVI, la Alianza Global Pro Vacunas e Inmunización, ha formalizado un protocolo sobre el uso de la biometría para mejorar la cobertura de vacunaciones en países en desarrollo.