En América Latina avanza la cirugía robótica saltando obstáculos como la capacitación de los médicos y el alto costo.
Un robot que escanea el cuerpo del paciente y realiza cirugías de forma autónoma: esa es una imagen que viene a la mente cuando se habla de cirugía robótica. La realidad es diferente, pero no menos interesante: se trata de cirujanos que se conectan a una máquina robótica y amplifican sus posibilidades ante los pacientes.
La cirugía robótica se ha estado ampliando el planeta y también en Latinoamérica, principalmente por sus beneficios. Entre éstos destacan mejor precisión del cirujano, menor sangrado y dolor para el paciente, cicatrices más pequeñas y una menor estadía en la clínica u hospital. Por eso varios países en la región como Argentina, Chile y México ya cuentan con equipos como el Da Vinci, un sistema quirúrgico de alta tecnología que funciona operado por un médico.
El equipo, uno de los más avanzados en el campo, fue creado por la compañía norteamericana, Intuitive Surgical, y recibió aprobación por parte de la FDA en el 2000. El sistema se utiliza para una gran variedad de procedimientos quirúrgicos, como cirugías cardíacas, procedimientos ginecológicos y prostatectomías. El cirujano que opera al paciente trabaja desde una consola, donde puede manejar instrumental quirúrgico muy pequeño. El Da Vinci Opera con cuatro brazos robóticos que reproducen los movimientos de la mano y muñeca del cirujano. Esto facilita su accionar y permite que la cirugía sea mínimamente invasiva, logrando superar las limitantes que tienen las cirugías abiertas o laparoscópicas. Visualizando la operación por una pantalla, el especialista tiene una mejor visión y mayor precisión en su trabajo.
Aunque son evidentes las ventajas de esta tecnología, los principales obstáculos para su difusión son la capacitación de los médicos y el costo.
Obstáculos
“Los médicos para usar el Da Vinci tienen que ser aprobados por Intuitive Surgical y por eso en nuestro caso tuvieron que capacitarse en el extranjero”, explica Eduardo Serradilla gerente general de Clínica Universitaria Concepción (Chile), entidad que posee un ejemplar Da Vinci. Al ser los sistemas robóticos complejos de utilizar, esto se transforma en un desafío para médicos no familiarizados con la robótica.
Aun así, el Da Vinci es amigable en su usabilidad. El Dr.Gregorio Zubieta, cirujano mexicano gastrointestinal, comenzó en la cirugía robótica en 2012 y destaca lo amigable de los movimientos del Da Vinci. “Obviamente se necesita el entrenamiento apropiado, pero, así como pones a un niño a jugar Xbox y el control lo manejas en un día, con el robot también pasa lo mismo. Se aprende poco a poco, con horas de entrenamiento”, comenta. “Además, la consola tiene simuladores en tercera dimensión donde practicas haciendo ejercicios, moviendo cosas, antes de pasar a la cirugía real”, agrega Zubieta, quien también es vicepresidente de cirugía general de la Asociación Mexicana de Cirugía Robótica.
El cirujano mexicano Gregorio Zubieta comenzó en la cirugía robótica en 2012 y destaca destaca lo amigable del Da Vinci, que con cuatro brazos robóticos reproduce los movimientos del médico.
Aunque una falta de compatibilidad entre sistemas podría ser un obstáculo, Zubieta explica que en el caso de Da Vinci se conecta a una red del fabricante, todos los datos se traspasan vía Internet y se registran en la base de datos de la compañía.
Hoy es tal es la importancia que se prevé tendrá este tipo de cirugía en los próximos años, que la Organización Mundial de la Salud (OMS) comenzó a desarrollar este año un grupo consultivo y técnico y una lista de expertos en salud digital, donde una de las áreas de mayor interés es la cirugía robótica.
Respecto a los costos, el Dr.Rafael Luengas de RedSalud (Chile), especialista en el tema -diseñó un robot que utiliza magnetos (imanes) en sus procedimientos-, señala que éstos no son tan importantes como las mejoras que genera el robot. Según Luengas, los procedimientos con esta tecnología provocan que el costo al final sea similar a lo que es hoy la cirugía laparoscópica, pero con una mejor calidad.
El tema de la inversión parece ser una de las razones del atraso de la robótica en la región. Zubieta declara que como cualquier tecnología “nueva” para América Latina es cara. Pero, explica que es una inversión a largo plazo que tiene sus beneficios comprobados.
¿Y cuáles son los costos? Eduardo Serradilla comenta que Clínica Universitaria Concepción desembolsó cerca de US$ 2 millones por el dispositivo Da Vinci.
¿Podrá el robot reemplazar al cirujano?
Una de las ideas que a veces se plantean es si los robots serán capaces de trabajar con los pacientes en una operación quirúrgica, sin la necesidad de que haya un médico. Pero a juicio de los especialistas, es algo complejo que ocurra, por ahora. El Dr.Zubieta plantea que esto es complicado principalmente por el paciente, porque “nunca va a aceptar que una máquina sola lo opere". Hoy entonces la cirugía robótica con un médico responsable de las operaciones. "Yo creo que más que una máquina que opere autónomamente, lo importante es que el robot ayude cada vez más”, agrega Zubieta.
Sobre esta relación robot-médico-paciente, Serradilla explica que este desarrollo les ha significado mejorar la experiencia del paciente y una mayor confiabilidad médica. “Hemos podido potenciar las habilidades del médico, ya que éste puede estar cómodamente sentado con una visión 3D donde puede ver la parte que está interviniendo. La máquina tiene siete grados de libertad de movimiento y también filtra el temblor de la mano”, expresa.
En cuanto a los posibles riesgos o errores en las cirugías robóticas, surge de inmediato la pregunta de si la responsabilidad sería del cirujano o de la máquina.
Zubieta indica que actualmente todas las competencias van en la dirección de la inteligencia artificial (IA) en lo que se llama cirugía digital. que es que en cualquier operación quirúrgica se tenga en tiempo real el apoyo de toda la información que existe en la red. “La idea es que mientras tú estés operando, puedas obtener acceso a la cirugía con información en tiempo real, o que el robot haga un mapeo de toda la anatomía y puede identificar zonas de riesgo. Así, cuando un cirujano tenga un error, la máquina lo frene”, explica.
En cuanto a los posibles riesgos o errores en las cirugías robóticas, surge de inmediato la pregunta de si la responsabilidad sería del cirujano o de la máquina. Zubieta aclara que la responsabilidad es 100% del cirujano. El experto declara que, en el caso de Da Vinci, el robot no hace ningún movimiento sin la manipulación del humano. Por lo tanto, cualquier error es del cirujano, como, por ejemplo, que se haga un corte indebido. “De la experiencia que he tenido todos estos años en México, hasta ahora afortunadamente el robot no ha fallado en ningún momento. Lo peor que puede pasar es que se vaya la luz o se apague”, comenta.
y ¿en qué estado está la cirugía robótica en América Latina? Como en ocurre en general en lo tecnológico, la región está más atrasada que los países desarrollados. “Estamos en pañales. En EE.UU. llevan más de 18 años con esta tecnología y hay más de 3.000 robots. Acá es algo relativamente nuevo", dice Zubieta. "En México que somos un país donde ya hay bastantes, tenemos 18, en Brasil 40, pero hay países sudamericanos que todavía no cuentan con esta tecnología. Estamos recién empezando”, concluye el especialista.