A nivel mundial, la depresión aumentó 18% entre 2005 y 2015.
La depresión parece estar más presente de lo que se piensa, de acuerdo con el artículo “Día Mundial de la Salud Mental 2017- La salud mental en el lugar de trabajo” de la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 300 millones de personas alrededor del mundo sufren de depresión y más de 260 millones tienen trastornos de ansiedad.
Tan solo de 2005 a 2015 el organismo detectó un incremento del 18% en personas con este problema a nivel mundial.
México no es considerado de los países con mayor índice de depresión pero esto no significa que no esté presente en la sociedad. Tan sólo en la Ciudad de México (CDMX) se ha dado atención de salud mental a más de 453.000 personas, de acuerdo con la Secretaria de Salud del Gobierno de la CDMX (SEDESA).
Con este tipo de enfermedad se contemplan varios costos, algunos indirectos o directos. Dentro de los gastos directos se contemplan las citas con el psicólogo o psiquiatra, que cuestan en promedio entre 300 a 500 pesos (US$ 15-25).
De acuerdo con Alexis Martínez, licenciado en psicología, psicología clínica, psicología aplicada y asesoramiento psicológico por la Universidad Nacional Autónoma de México, para que un paciente sea medicado, debe estar canalizado ya con un psiquiatra y este debe dar la valoración para ver qué tan factible seria medicar al enfermo. También comenta que los psicólogos como tal mandan a psiquiatría sólo a personas que ya presentan pensamientos, planeación o intentos de daño contra la vida de terceros o propia.
Cuando la depresión es grave y constante algunos doctores recurren a medicar a sus pacientes con citalopram, escitalopram, fluoxetina, fluvoxamina, paroxetina o sertralina, que conforman a los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (SSRI).
De acuerdo con Farmacias San Pablo, una caja de Citalopram con 14 tabletas cuesta alrededor de 359 pesos (US$ 18), una caja de 10 mg cuesta 389 pesos (US$ 20), las Fluoxetina de 20 tabletas tiene un costo de 136 pesos (US$ 7).
Una caja de Fluvoxamina de la marca Vuminix de 15 tabletas cuesta alrededor de 485 pesos (US$ 24), en cuanto a la Paroxetina de 10 tabletas tiene un precio de 102 pesos (US$ 5). El Sertralina de 28 tabletas la farmacia lo ofrece en 484 pesos.
De acuerdo con Martínez para definir qué tipo de depresivo es el mejor para el paciente deben contemplar factores como si la persona presenta otra condición recurrente como ansiedad, “en cuyo caso se buscará un antidepresivo que cause las menores o nulas reacciones al interactuar con el ansiolítico”.
La receta de medicamentos también dependerá de si el paciente tiene otras enfermedades como hipertensión, diabetes, etc.
Otro criterio que menciona es que el medicamento sea de amplio espectro, es decir, que “la relación dosis-respuesta indique que es seguro usarlo en dosis altas”, esto para evitar que la persona se induzca una sobredosis al intentar consumir el medicamento.
La OMS considera que la depresión es la principal causa de discapacidad y contribuye a la carga mundial general de morbilidad -Cantidad de personas que enferman en un lugar y período determinados en relación con el total de la población-, es por ello que de los principales gastos que genera esta enfermedad es la disminución de ingresos que tiene el paciente al privarse de ejercer o realizar su labor (trabajo) de forma eficiente, incluso para algunos afecta tanto que dejar de trabajar definitivamente.
El dejar de laborar, el poco desempeño en el trabajo o la muerte del paciente son un ejemplo de los costos indirectos que enfrentan las personas deprimidas. Ante esto Martínez aseguró que no siempre los pacientes dejan de trabajar, ya que algunos de ellos “encuentran la manera de sobrevivir económicamente, o busque el autoempleo, como el comercio informal, actividades que pueda hacer en solitario”.
“La persona con depresión que deciden dejar su trabajo depende de la historia detrás de su depresión, así como de su resiliencia -capacidad formada desde la infancia para afrontar las dificultades-, incluso hay algunos pacientes los cuales su trabajo simboliza un confort, un poco de paz o tranquilidad”, aseguró el experto.
De acuerdo con el National Institute of Mental Health muchas personas que sufren una enfermedad depresiva no buscan ayuda, pero asegura que la gran mayoría de los pacientes pueden mejorar con tratamiento.