No solo existe un flujo de comercio y capitales desde la zona Asia Pacífico hacia países latinoamericanos. Ciertas industrias, y especialmente bolsas y mercados asiáticos, son una oportunidad para inversionistas latinoamericanos. Acá algunas claves del buen momento del continente asiático.
¿Se acuerda de las demandas y marchas de miles de jóvenes de Hong Kong el año pasado? ¿Y de la guerra comercial de Trump contra China?
Todo eso pareciera haber pasado al olvido en pocos meses con los buenos resultados bursátiles locales. Parafraseando a Hemingway, Hong Kong es una fiesta.
En realidad, nunca dejó de serlo. Puede que algunas compañías busquen en Singapur, Tokio y hasta en Seúl su alternativa financiera, pero la bolsa local sigue en una danza interminable de ganancias y fuertes inversiones, a pesar de la pandemia y de los marcados contrastes en su sociedad.
Es cierto que hay compañías chinas con bastantes problemas en Wall Street por la movida del delisting que dejó como herencia Trump, y no es menos cierto que aún resuena la fallida IPO de Ant Group, un golpe que asestó su propio gobierno. Pero si nos confiamos de los fríos números, la cosa en la ex Isla británica va viento en popa: el índice Hang Seng de Hong Kong cerró el lunes por encima de los 30.000 puntos por primera vez en 20 meses, impulsado por inversionistas en China continental que están comprando acciones tecnológicas, como Tencent Holdings, y acciones de otras compañías como China Mobile y Xiaomi.
El índice de referencia va camino a alcanzar su mejor puntuación desde enero de 1989, cuando subió un 14,3%. Las ganancias del Hang Seng, de 10,8%, casi cuadruplican las del S&P 500, reportó Nikkei. Y justamente las firmas con mejor desempeño son las que sufrieron con la prohibición estadounidense.
Algo similar está pasando con las cotizaciones “hermanas” de estas firmas, que se realizan en yuanes de las bolsas de Shanghai o Shenzhen.
ASIA: LA ÚNICA REGIÓN CON CRECIMIENTO
El entorno en general es favorable para Asia, especialmente para China, único país que mostró un crecimiento del PIB en 2020. Y la cosa seguirá así por un buen tiempo más.
Tras un 2020 agitado, en el que China tuvo el menor crecimiento desde el 1976, con un PIB de 2,3%, durante el último trimestre del año logró marcar un repunte importante, creciendo un 6,5% interanual.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta para este país un repunte de un 7,9% 2021, mientras que el Banco Mundial también ha mostrado sus proyecciones en donde el crecimiento sería de un 7,9%.
Para los expertos, eso se traduce en un enorme potencial para las inversiones de capital y financieras latinas.
Así lo considera Michael Taylor, director gerente de Moody’s Investors Service, y chief credit officer de Moody's para la región de Asia Pacífico, quien expuso sus razones en un webinar organizado por la Fundación Chilena del Pacífico a fines del año pasado.
De acuerdo con Taylor, Asia como un todo está mejor posicionada que el resto del mundo, tanto en el control de la epidemia como en su recuperación económica.
Por supuesto existen variaciones dentro del continente, con países que dependen del turismo, por ejemplo, que han sido mucho más afectados. Pero hay economías donde reside el potencial de sobresalir, que son las que están más involucradas en cadenas de suministro global: China, obviamente, pero también Vietnam, Taiwán, donde la integración de las cadenas de suministros ayuda a superar la tormenta.
Y claro, la estrella indiscutida es China, donde la recuperación ha sido fuerte. “Es impulsada por la política (monetaria) pero ha sido distinto a lo que pasó en 2008, cuando vimos un fuerte impulso de la inversión en infraestructura. En esta ocasión ha habido de eso, pero no ha sido lo principal; la política monetaria permanece sin cambios”, dice Taylor.
En efecto, el Banco Popular de China (PBOC) no ha rebajado la política ni ha inyectado tantos estímulos como ha pasado en otras economías, por eso Taylor considera que el rebote chino fue guiado por la política, más dirigida que en 2009 y enfocada en la nueva economía: 5G y construcción de infraestructura inteligente.
Otros dos países relevantes de Asia analizados por Taylor fueron India e Indonesia.
India ha tenido un crecimiento moderado, con un impacto sustancial por la pandemia, aunque ya antes de ella venía a la baja. “Acá la pregunta es cuán fuerte va a ser el rebote, porque, sin un rebote fuerte, el ratio del PIB no se estabilizaría, lo cual tendría implicaciones negativas de crédito para nosotros”, advirtió el experto de Moody’s.
En tanto que Indonesia, el cuarto país más poblado del mundo, también mostraba un crecimiento ralentizado desde antes del COVID, y ahora ha tenido un golpe fuerte por la pandemia.
“Indonesia es uno de esos países que debería estar en posición de recoger algo de la transferencia de producción respecto de China, pero esto no ha pasado; en parte por su débil infraestructura, que el actual gobierno está tratando de mejorar, y con una legislación laboral muy regulada que ya se modificó. En general, ha fallado en beneficiarse de algunos de los cambios en comercio”.
Lo cierto es que, en el mediano plazo, el COVID va a modelar las tendencias en los años venideros, principalmente en la fragmentación del comercio global, que será un tema mayor en Asia Pacífico.
“Para muchas economías el crecimiento a largo plazo sufrirá por el coronavirus, eso reducirá el crecimiento en muchas economías en Asia Pacífico […] eso es obviamente un riesgo, las tasas de interés se mantendrán bajas, las liquideces sustanciales se mantendrán por años”, advirtió.
Debido a esta fragmentación, también habrá una reconfiguración de las cadenas de suministro que buscará la diversificación y eso traerá beneficios para el sudeste asiático.
Las exportaciones de China a Estados Unidos ya iban en baja, y ahora hay un cambio hacia el Sudeste Asiático; creemos que eso continuará y el coronavirus acelerará el proceso, lo cual beneficiará a los países del bloque ASEAN”.
Países como Vietnam, Malasia y Tailandia fueron señalados como ganadores, especialmente en esta estrategia denominada “China plus One”.
Consultado por AsiaLink, Taylor -que por regulación no puede emitir ninguna opinión que parezca consejo financiero- reafirmó que existen oportunidades para invertir en Asia en todo tipo de clases de activos, incluyendo infraestructura, “donde todavía existe una gran demanda. Adicionalmente, para cualquier tipo de inversionista, sea del sector público, en fondos de pensiones o individual, hay muchas oportunidades atractivas en el continente asiático”.
De todos modos, la región necesita de ciertos ajustes.
En el caso de China, donde regularmente se hacen cambios para facilitar la inversión extranjera, “todavía existen controles importantes en términos de flujo de capital, particularmente el capital que sale del país y no vemos una relajación [respecto de eso] en el corto plazo, así que eso significa que hay restricciones para las personas en cuanto a la repatriación del capital […] China no es un ejemplo para tener una cuenta de capital abierto en la forma en que las economías occidentales lo hacen. Así que probablemente ese es un gran tema”, explica a AsiaLink.
El otro gran tema, que es común a muchas economías emergentes, es el de la transparencia y la disponibilidad de datos.
“Como agencia de calificaciones, dependemos en gran medida de la información disponible para hacer nuestros análisis. No solo en China, sino que en muchas economías emergentes, tener acceso a esa información y encontrar los datos que requerimos es un desafío constante, así que creo que, desde un punto de vista de la inversión, tener acceso a mejor información y mayores datos es una de las claves para el desarrollo de los mercados financieros”, concluye.
¿CÓMO LO HACEN LOS LATINOAMERICANOS?
El abogado chileno Mauricio Benítez, director internacional de la firma de auditoría y consultoría BDO, lleva años trabajando con China. Tanto así que es requerido por diversos medios e instituciones para dar su opinión experta y, además, hasta antes de la pandemia, pasaba buena parte del año moviéndose entre Chile y China, donde llegó a formar el Country Desk Chile China de BDO, que funciona como una oficina privada de asesorías para facilitar el comercio entre ambas naciones.
Aunque es poco difundido, comenta que ya existen inversiones chilenas en China.
“Desde hace dos años se ha visto en mayor medida con la compra de acciones y bonos en las bolsas de Shanghai, Hong Kong y Shenzhen. También hay inversiones en bienes raíces (real estate) y se abren empresas para importar y vender en el mercado chino. De hecho, hay un alza”, explica el también académico Usach a AsiaLink.
Contrario a lo que se podría pensar, no son muchas las exigencias.
“Si se es persona natural, se pide cuenta corriente y normalmente se exigen los datos del pasaporte. En bolsa son aún menos las exigencias, pero hay que acudir a un broker local, para que transe en esos mercados acciones y bonos en tu nombre”, explica el abogado.
Estos intermediarios dan acceso a invertir en acciones, fondos de inversión cotizados (ETF) u otros fondos elaborados para invertir de forma fácil, sin necesidad de ir físicamente a Asia. “De todas formas, a veces los bancos y las corredoras tienen altas barreras de entrada a la hora de invertir y generalmente esta barrera es el capital mínimo para invertir o plataformas que no muestran demasiada información. Hoy se han abierto varias opciones fintech para minoristas que no piden altos capitales para poder invertir”, indica Sebastián Espinosa Ejecutivo Senior de XTB Latam.
Para invertir en real estate, en cambio, sí hay mayores exigencias. Normalmente se les pide residencia y algún tipo de resguardo (garantía).
Por lo general, las utilidades percibidas en el año por las operaciones que han sido liquidadas quedan afectas al Impuesto Global Complementario, que se declara y calcula en abril, como ocurre en gran parte del planeta.
¿Y en qué invertir?
En general, para invertir en Asia existen varias opciones e instrumentos. A través de los bancos, generalmente, uno puede invertir en fondos mutuos de ese mercado, además de poder comprar acciones que también cotizan en Estados Unidos. También existen corredoras que tienen fondos de gestión activa en donde uno escoge en qué sectores invertir: MSCI China, Japón, Fondos Mutuos de Asia o sector tecnológico.
“A través de los brokers también uno puede transar activos de ese mercado. Por ejemplo, comprar los índices bursátiles de los principales países asiáticos, o transar el dólar frente al yuan, o el yen japonés, además de contar con ETF y ADR de acciones Asia que cotizan en Estados Unidos. Aunque, generalmente, lo más atractivo para los clientes es la posibilidad de transar directamente los índices bursátiles”, detalla Sebastián Espinosa.
¿Es 2021 buen momento para invertir?
Benítez considera que sí, porque hay liquidez. “Desde 2014 a 2019 hubo una especie de burbuja en real estate (en China), pero en la bolsa de Shanghai durante 2020 hubo una meseta”, explica.
“En estos momentos no son pocas los inversores que ponen sus ojos en Asia, en medio de proyecciones de crecimiento especialmente positivas para 2021. Para el próximo año las perspectivas son mejores ante una eventual vacunación masiva y una recuperación económica importante”, agrega Espinosa.
Además de la vacunación masiva y la eventual recuperación económica, se suma otro factor importante: la llegada de Joe Biden.
“El último gobierno de Estados Unidos no fue especialmente amistoso con el gigante asiático, y se espera que las relaciones comerciales mejoren entre las dos potencias económicas del mundo. Esto también mejora las proyecciones para el mercado asiático en general, ya que podría eventualmente transformarse en un levantamiento de sanciones y barreras comerciales o incluso en el fin de esta guerra comercial que antes de la crisis del coronavirus no daba tregua”, precisa el ejecutivo de XTB Latam.
Más cauto, Benítez recuerda que lo nuevo también es incierto. “Si bien Biden trae nuevos aires, hay que poner ojo a cómo va a ser la nueva dinámica comercial tras esta guerra y qué efectos tendrá en las tarifas y cadenas de valor; puede venir un cambio de timón”, advierte.