El director general del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) consideró que México podría obtener mayores ingresos petroleros, lo que beneficiaría a las finanzas públicas del país.
Los recientes ataques a las refinerías en Arabia Saudita podrían implicar un efecto positivo en las finanzas públicas de México, en el sentido de que, al elevarse los precios del petróleo, el país podría obtener mayores ingresos petroleros, indicó Manuel Molano, director general del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO).
“En las finanzas públicas se podría tener un efecto positivo, pero hay que pensar que México es un país más consumidor de petróleo y de petrolíferos, que un productor de petróleo y petrolíferos, al final la industria y los consumidores sí nos vemos afectados por estos cambios”, dijo a El Economista.
Comentó que en este momento el efecto es incierto. Indicó que actualmente se tiene un mercado privado de gasolina, diésel y derivados “tenemos que ver cómo manejan la situación de Arabia Saudita y qué tanto cambie la dinámica del mercado; pero lo más probable es que los precios suban”.
Los ingresos por contratos petroleros crecieron 69% en primer semestre: CNH
De acuerdo con la CNH, los principales incrementos provienen de ingresos por Participación del Estado en la utilidad operativa, rubro que aumentó 1,246 millones de pesos en relación con el mismo periodo del año pasado.
Recordó que México es un importador neto de crudo y con poca capacidad de almacenamiento a diferencia de otros países petroleros que cuentan con una mayor capacidad de inventarios. “El gobierno estadounidense y PLATS han dicho que hay suficiente inventario y reservas y que eso va a mantener los precios relativamente planos”.
Con respecto a si los precios de la gasolina en el país podrían subir, comentó que el efecto del estímulo fiscal que se da en los precios de los combustibles es incierto y es una decisión de política hacendaria. “Es como conducir un auto, con un pie en el acelerador y otro en el freno, es decir, tienes el IEPS de un lado y el subsidio del otro”.
Explicó que, normalmente cuando el precio externo es alto, México relaja la carga fiscal al consumidor de gasolina a través de reducir el IEPS que se cobra por cada litro de gasolina o diésel. Mientras que, cuando el precio está bajo, Hacienda recupera ese dinero, subiendo el IEPS por cada litro de combustible.
“A la Hacienda pública le va a ir bien”, expresó.
A su parecer, lo más importante de la situación que está viviendo el mercado petrolero, es que el país sea transparente con los excedentes que se podrán obtener de ingresos petroleros. “Hay que ser transparente en los ingresos excedentes que se tengan, tanto por movimientos en el precio del petróleo como por movimientos en el tipo de cambio”.
Mencionó que el precio de 49 dólares el barril que se estableció en el Paquete Económico del 2020 no debería moverse, pues “debería ser relativamente bajo y que te refleje un precio de largo plazo”.