Aunque el 2016 no fue de los mejores años para la economía y el mercado de trabajo, los niveles de informalidad se mantienen en el eje del 20% de los trabajadores.
El mercado de trabajo continuó deteriorándose por segundo año consecutivo y 2016 finalizó con un desempleo promedio de 7,8% , el mayor nivel en ocho años, como consecuencia de la destrucción de 16 mil puestos de trabajo. Sin embargo, el repunte mostrado por la economía durante el segundo tramo de 2016 llevó a que los resultados fueran mejores a los que esperaban el gobierno y analistas privados en el arranque de año.
El último trimestre de 2016 dejó un sesgo positivo en el mercado laboral, con mejoras en el empleo y un menor nivel de desocupación respecto a igual período de un año atrás. En diálogo con El Observador, el director Nacional de Empleo, Eduardo Pereyra, sostuvo que a inicios de 2016 "el panorama aparecía como el de un año que se iba a presentar más complicado, pero terminó siendo más estable".
Según el jerarca, las expectativas de recuperación en 2017 pasan en buena medida por un repunte de la actividad de la construcción asociado a la obra privada y a los planes de obra pública que tiene previsto desarrollar el Poder Ejecutivo en el marco del plan quinquenal de infraestructura. "Y estamos expectantes también con lo que puede significar el desarrollo del nuevo emprendimiento deUPM. Tenemos una expectativa razonablemente optimista de que el mercado de trabajo se mantendrá estable", dijo Pereyra.
Por otro lado, destacó que aunque el 2016 no fue de los mejores años para la economía y el mercado de trabajo, los niveles de informalidad se mantienen en el eje del 20% de los trabajadores. Ese registro se ha comportado prácticamente sin cambios desde mediados de 2014, cuando encontró su fin un acelerado proceso de formalización en el mercado laboral. En 2006, la tasa de informalidad media llegaba al 34,9%.
Qué pasó en 2016
En el promedio de 2016, la tasa de desempleo se ubicó en 7,8% de la población económicamente activa, lo que implicó una leve suba respecto al registro de 2015 cuando ese guarismo era de 7,5%, según los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En diciembre el dato mensual fue de 7,7%.
Durante la mayor parte del año la mediana de los expertos que respondieron a la Encuesta de Expectativas Económicas de El Observador esperaban que la tasa de desempleo se ubicara por encima de 8% al cierre de 2016. Los pronósticos del Ministerio de Trabajo eran algo más moderados y contemplaban una cifra similar pero como techo.
El año pasado la población en edad de trabajar –mayores de 14 años– que buscaron activamente pero sin éxito un puesto laboral alcanzó el mayor nivel desde el año 2008. Así, aumentó en aproximadamente 5.500 la cantidad de uruguayos que intentaron conseguir sin éxito una fuente laboral en el promedio mensual el año pasado, con una media mensual de 139.200, según los datos procesados por la Unidad de Análisis Económico de El Observador.
Al igual que en 2015, el incremento de la desocupación se explicó por una reducción de los puestos de trabajo disponibles pese al menor número de uruguayos que salió a buscar empleo.De este modo, la tasa de empleo pasó de 59% a 58,4% de un año a otro en la población con edad de trabajar. En la proyecciones que había presentado el Ministerio de Economía en la última Rendición de Cuentas, se había fijado una caída de 0,7% en promedio en la ocupación en 2016, en línea con el dato definitivo. Eso supuso una destrucción neta de 16 mil puestos de trabajo en el año –la diferencia entre puestos de trabajo que se crean y los que se eliminan–.
Los más golpeados
El agro y la construcción fueron los que más explicaron la baja del empleo. El agro eliminó 11.300 puestos en el promedio del último año, y representó el 30% del total de empleos perdidos en la economía durante el período, que llegó a 37.100 –dejando de lado la creación de nuevos puestos–. El sector de la construcción lo siguió de cerca con una pérdida de 11.100 puestos. El comercio y el sector de información y comunicación se ubicaron en el tercer y cuarto lugar, con caídas de 7.900 y 3.600 fuentes laborales, respectivamente. En la otra vereda, sectores relacionados a servicios sociales y salud humana fueron los que crearon mayor trabajo con un aumento de 6.900 puestos, seguido por la administración pública (3.900) y el sector relacionado a las artes, entretenimiento y recreación (2.500).
A su vez, el 19,6% del total de ocupados trabajó durante el año sin registro de seguridad social –una cifra levemente inferior a la de 2015 (19,9%)–. En tanto, la población que se encontró subempleada se incrementó en tres décimas de puntos porcentuales y representó el 2,6% de los trabajadores del país, mientras que los que cumplieron ambos criterios –un trabajo en condición de subempleo y sin registro social– pasó del 4,8% de los ocupados a 5,7%, el mayor nivel desde 2010. De la cantidad de uruguayos que quedaron sin empleo, los que no pasaron a la categoría de desocupados se retiraron del mercado laboral. Así la población económicamente activa se redujo en 10.500 personas, lo que implicó que la tasa de actividad se situara en 63,4% tras el dato de 2015 de 63,8%, el menor valor en seis años.
Señal de mejora
A pesar del deterioro observado a lo largo del año, en los últimos tres meses de 2016 la tasa de desempleo registró el menor nivel y llegó a 7,5% tras alcanzar en el tercer trimestre el 8,2% de los mayores de 14 años que buscaron trabajo y no consiguieron. Este había sido el mayor valor trimestral desde los tres primeros meses de 2008.
La reducción trimestral del desempleo fue consecuencia de la creación de 22.800 puestos de trabajo más que en el período julio-setiembre, lo que llevó a un nivel de ocupación de 58,7%, que reflejó el primer incremento del empleo en tres trimestres. En el tercer cuarto de 2016 la tasa de ocupación había sido de 58%.
Por otra parte, el porcentaje de uruguayos que integraron en el último trimestre el mercado laboral pasó del 63,2% de la población económicamente activa al 63,5%.