Maneja problemas sociales, impulsa la innovación y procura mejores vidas.
México podría sumarse a la conversación que mantiene el Reino Unido, Francia, Canadá, Italia, Japón, Australia, Alemania y Estados Unidos, es decir, el G8, sobre hacer crecer la oferta de capital de impacto para que emprendedores sociales hagan uso del mismo, indicó Nick Hurd, miembro del parlamento del Reino Unido y el movimiento de la inversión de impacto.
“Sé que hubieron reuniones ayer con entidades del gobierno de México, no a nivel federal, sino de municipios, porque hay interés aquí. Lo que quiero explorar es no sólo con gobiernos, sino con representantes sin fines de lucro, qué tanta ambición hay y si México se quiere sumar a esta conversación global. Nos haría muy felices si la respuesta es sí”, dijo el funcionario inglés en entrevista con Excélsior.
Después de su ponencia magistral durante el Foro Latinoamericano de Inversión de Impacto, FLII 2015, Hurd dijo que México necesitaría una sociedad que agrupe a una serie de organizaciones sociales “que represente al país para hacer la investigación, para analizar lo que está pasando, lo que se está haciendo y eliminar barreras”.
En el marco del año bilateral México-Reino Unido, el país podría unirse a la conversación sobre capital de impacto en el ámbito social y aprender de la nación inglesa aproximadamente en julio, cuando comienzan las pláticas en el Global Steering Committee. De hecho, la meta para 2015 es trabajar en la formación de ese comité global sobre inversión social de impacto que incluya a América Latina y a otros.
Demandan un cambio
La inversión de impacto está emergiendo como una fuerza unificadora que maneja problemas sociales, impulsa la innovación y procura mejorar las vidas”, comentó Hurd.
Agregó que los grandes negocios atraviesan una crisis de confianza y los jóvenes quieren trabajar para organizaciones con buenos valores y que impacten a la sociedad, de ahí la importancia de invertir en negocios sociales.
Capital de impacto
La labor del G8 desde 2010 se ha dividido por países, mientras que Estados Unidos tiene la tarea de crear un marco legal que proteja la misión de los negocios sociales; Reino Unido debe construir intermediarios de impacto, para lo cual estableció una sociedad de capital llamada Big Society Capital, explicó Hurd.
Hasta ahora el Big Society Capital en Reino Unido terminará el año con 30 bonos de impacto social y un programa de preparación de inversión, para soportar la demanda de capital al hacer crecer las formas en las que esos fondos son repartidos entre proyectos sociales y ambientales. En Reino Unido, 15% de los negocios creados cada año es social, “por eso podemos hablar de una economía de lo social, sin que parezcamos locos”.