Frente al alza, el Ministerio de Salud Pública cambiará el programa que busca controlar la enfermedad en el país.
Hace diez años en Uruguay había una incidencia de tuberculosis de 16 casos cada 100 mil habitantes. Hoy el número se elevó a 26, según informó Jorge Quian, subsecretario del Ministerio de Salud Pública (MSP) este martes en rueda de prensa. La enfermedad tiene mayor prevalencia entre las personas de 25 a 34 años, aunque el grupo etario que manifiesta un mayor crecimiento es el de los niños menores a cinco años, y eso preocupa a las autoridades.
Con ánimos de revertir la tendencia, el ministerio se propuso realizar un nuevo plan de abordaje de la patología. "Esta administración considera a la tuberculosis como una enfermedad infecciosa más, de absoluta responsabilidad de los prestadores de salud, públicos y privados", señaló y explicó el espíritu del nuevo enfoque que propone el ministerio frente a la enfermedad.
La Comisión Honoraria para la Lucha Tuberculosa, institución que históricamente asumió la responsabilidad de asistir a todos a los pacientes infectados, continuará siendo un ente de referencia para la patología, pero el diagnóstico, tratamiento y seguimiento pasará exclusivamente a manos del primer nivel de atención, es decir, a los médicos de cada prestador de salud, sea público o privado.
"Estamos convencidos que si seguimos haciendo lo mismo, los números no van a cambiar y el Uruguay debe volver a ser un país con baja incidencia de la enfermedad", remarcó Quian.
La tuberculosis es una enfermedad que, si no se atiende a tiempo, tiene grandes posibilidades de causar la muerte. En Uruguay 6 de cada 10 pacientes recibe un diagnóstico tardío, porque muchas veces, según dijo Quian, los propios médicos ignoran a la patología como un posible diagnóstico. "Esto también debe cambiar", insistió el jerarca.
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La patología es una enfermedad infecciosa que suele afectar a los pulmones con una bacteria determinada. Se transmite fácilmente de una persona a otra a través del aire. La tos y la fiebre son los típicos síntomas y el problema es que mucha gente ignora su potencial riesgo. Cuando las molestias respiratorias se extienden de forma ininterrumpida por 15 días, el paciente debe consultar de forma urgente y exigir un estudio de la enfermedad.
Cambio de rumbo
Fernando Arrieta, director del programa de tuberculosis que implanta el MSP apuntó que es necesario cambiar la "verticalidad" con la que abordaba la tuberculosis. "La comisión llevaba adelante todas las acciones vinculadas a la tuberculosis y ahora eso debe pasar al consultorio, al primer nivel de atención", indicó el director y comentó la estrategia de descentralización a nivel de diagnóstico, tratamiento y seguimiento.
Según puntualizó, la comisión continuará desarrollando un rol activo, al distribuir la medicación entre los prestadores de salud y subsidiando los viáticos de los pacientes para que se trasladen a recibir el tratamiento, entre otras actividades.
"Con el nuevo enfoque buscamos reducir un 90% la incidencia de la enfermedad para el año 2035", indicó el director. Para conseguirlo, además de cambiar el eje del programa, el ministerio ha dictado capacitaciones para el personal de la salud de las zonas con alta prevalencia, y planea seguir instruyendo a técnicos y funcionarios.
Los más vulnerables
Arrieta informó que la patología registra mayor prevalencia en los barrios carenciados. Dentro de la capital, las zonas que registran más focos infecciosos son las correspondientes al Municipio A, desde La Teja hasta Pueblo Victoria, pasando por Paso de la Arena, Casabó, Nuevo París y Pajas Blancas, y las del Municipio D, que incluye barrios como Manga, Piedras Blancas, Casavalle, Borro, Marconi. En estos dos municipios se registra casi la mitad de los casos de tuberculosis detectados en todo el país.
De todos modos, la tuberculosis no es exclusividad de los barrios pobres ni del sector público de salud. Arrieta informó que 7 de cada 3 casos son diagnosticados dentro de los prestadores privados.
Los presos, pacientes con VIH y los concubinos de personas infectadas son los tres colectivos que manifiestan mayor vulnerabilidad ante la bacteria, aunque las autoridades insisten en el concepto de "derribar estigmas" y comprender que esta patología puede manifestarse en cualquier usuario del sistema de salud.
A nivel geográfico los departamentos que revelan mayor índice de la enfermedad, además de la capital son: Maldonado, Paysandú y Soriano.