Jóvenes gestores de empresas en crecimiento y que son "su propio jefe". Para los entendidos, ellos representan a quienes pueden ayudar a mejorar la economía de sus países de origen, y por qué no, de la región también.
“No hay nada mejor que trabajar para uno, no es fácil, son muy pocos los que llegan a ser como Zuckerberg, por ejemplo, pero la satisfacción de haberlo intentado es muy buena”, asegura Juan Ignacio Juanema, co-creador de la red social Futbolea.
Así de fácil y complicado a la vez, se podría definir el rumbo que debe seguir un emprendedor de esta naturaleza. Favorecidos por ser jóvenes entusiasmados y conocedores de lo que hacen, por un lado; y con las complicaciones propias de la inexperiencia y de la sociedad que los frena, por el otro.
A su vez, los primeros años de estos negocios, son por lo general difíciles y con falta de presupuesto, el que luego consiguen mediante instituciones y concursos. Asimismo, la mayoría pertenece a carreras de ingeniería y no supera los 35 años.
Uno de estos emprendimientos es Futbolea, una red social sobre fútbol que cuenta con información de 2.500 equipos en el mundo y se encuentra disponible en cuatro idiomas. Todo comenzó a mediados de 2009 cuando Juan Ignacio Juanema y Jorge de la Riva decidieron cerrar la oficina de publicidad que habían abierto un mes atrás en Montevideo y dedicarse por completo a Futbolea. Ésta se lanzó oficialmente en enero de 2010 y a través de la Universidad ORT han conocido de programas y eventos en torno al emprendimiento.
Y quieren ir por más. “Esperamos llegar este año a 1.000.000 de usuarios registrados y ampliar a diez los idiomas. Ser como Facebook, pero enfocado en el fútbol”, dice Juanema.
Otro ejemplo es el de Julián Sánchez, con 28 años y creador hace siete años de la empresa ÁreaMóvil, la que se engendró mientras finalizaba la carrera de Ingeniería de Sistemas en la Universidad Eafit y junto a dos compañeros tenían que entregar su tesis de grado. Ese trabajo trató acerca del negocio que por estos días presta servicios a alrededor de 50 empresas.
ÁreaMóvil se dedica al desarrollo de software para dispositivos móviles- desarrollo de aplicaciones móviles, soluciones de integración, aplicaciones Web y software a la medida, para diversos fines que solicitan las compañías.
Pero los comienzos no fueron fáciles y varias respuestas fueron negativas. Era común escuchar que estaban conformes pero no necesitaban el producto por el momento, al año y medio de existencia se dieron cuenta que algo debía cambiar. Fue ahí cuando modificaron la estrategia de márketing y optaron por vender la licencia de usuario y crear el servicio de desarrollo a la medida. A principios de 2007 el negocio se disparó.
En Chile, han emergido varias instituciones que hacen posible la creación de nuevas empresas. Ejemplos de estos recientes negocios son Getaway, asesorada por la Incubadora de Negocios de la UDD (UDD Ventures), y Soygourmet.
Este último consiste en una guía de restaurantes en la web, lanzada en marzo de 2009, para asesorar a quienes deseaban salir a conocer nuevos lugares. La idea nació hace dos años, de las mentes de los estudiantes de Ingeniería Comercial de la Universidad Adolfo Ibáñez, Alejandro Russo y Nicolás Trajtman, ambos de 22 años. La necesidad partió de ellos mismos.
“Surgió la idea porque, como somos muy amigos, un día quisimos ir a comer y sentimos que no habían buenas guías de restaurantes y, entonces, nos dijimos: ¿por qué no hacemos nuestra propia guía?”, relata Russo.
Fue así como el negocio sólo les ha dado alegrías. “En principio, contamos con inversionistas externos pero después no se tuvo que colocar más dinero, porque funciona sola sin que tengamos que invertir”, explica Russo.
Getaway, en tanto, empresa dedicada a vender experiencias como canjes de regalo -desde aventuras como saltar en paracaídas hasta una sesión de masajes-, se creó gracias a Cristián O'Ryan, Florencia Quezada y Sebastián Aravena. La iniciativa está en funcionamiento desde diciembre de 2010 y hasta el momento los resultados han sido favorables: las empresas y las personas han reaccionado positivamente al concepto.
Se trata de una caja regalo en cuyo interior trae una guía de experiencias y un ticket de canje, así la persona que recibe este regalo debe elegir la actividad, reservarla directamente y después entregar el ticket.
“En Chile es un concepto absolutamente nuevo y Getaway una de las primeras empresas en incorporar esta original forma de regalar experiencias”, cuenta O'Ryan.
En el Tecnológico de Monterrey, ya sea mientras estudian una carrera de pregrado o cursan la Maestría en Innovación Tecnológica y Empresarial, existen casos de jóvenes con planes de emprendimiento.
Energon Industries y BioSolutions, son dos ejemplos de empresas con potencial. La primera está en proceso de desarrollo y tras ella se encuentran los estudiantes Eric Campo, de Economía; Jesús Herón y Sinuhé Moreno, ambos de Ingeniería Mecatrónica.
Todos, con 23 años promedio, unieron fuerzas y dieron vida a un negocio que consiste en “un sistema solar que permitirá generar ahorros energéticos y económicos a los usuarios del sector doméstico y comercial, mediante una tecnología novedosa que transforma la energía solar en electricidad y agua caliente”, relatan los creadores.
“Este proyecto se ha trabajado a lo largo de dos años, recibiendo apoyo de la modalidad emprendedora del sistema Tecnológico de Monterrey. El sol es el recurso renovable más abundante de la tierra, lo estamos utilizando en beneficio de la gente, con una tecnología eficiente, limpia y que promete revolucionar la industria de las energías renovables”, agregan.
BioSolutions, por otro lado, nace en 2009, de la mano de Ana Laborde, para desarrollar, producir y comercializar bioplásticos. “Nace con la intención de aprovechar los desechos generados por la industria del tequila en México, consistente en un biocompuesto plástico a base de fibras vegetales”, explican Laborde.
“Surge ante la necesidad de reducir los desechos plásticos en el medio ambiente ya que éstos generan un gran problema de contaminación en el planeta, además de que satisface la Propuesta de Ley que se aceptó en el Distrito Federal en donde indica que los comercios en esa entidad no podrán regalar más las bolsas de plástico que se utilizan en las compras y exige que éstas sean biodegradables”, dice Laborde.
Apasionados por su idea
Se necesita amar lo que se hace para hacerlo bien, dirán algunos, y no se equivocan. La mayoría de estos emprendedores sabe que a veces deben dejar de lado proyectos para seguir esa pasión, que sienten, es la mejor alternativa.
O'Ryan venía de trabajar en una empresa cuando decidió renunciar para emprender en el negocio. “Uno como joven hoy en día tiene movilidad. Las carreras en las empresas se van acortando y uno vislumbra que habrán cambios. En el fondo, no hay seguridad, como antes tenían los papás, y los ritmos han cambiado”, explica.
Aunque Juanema entiende a los que desean trabajar en una empresa, está convencido en que no hay nada como ser su propio jefe. “Hay que intentarlo y tomar la opción de trabajar de 10 horas como opción secundaria, es mejor trabajar para mí que trabajar para otros”, dice.
Para Manuel Acevedo, director del Centro para la Innovación, Consultoría y Empresarismo, en Eafit, el emprendimiento joven está directamente relacionado porque “ellos están integrados a la redes sociales y para ellos es más fácil advertir qué pasa en otros países y qué puede funcionar en Colombia. Pueden traer modelos de negocios del exterior, lo que ayuda porque tradicionalmente las empresas están en los sectores más tradicionales: comercio o agroinsdustria”.
Y no se trata únicamente de jóvenes recién egresados, sino que también de aquellos que están cursando un programa de posgrado. Una realidad que Acevedo conoce. “Antes se veía como jóvenes recién egresados emprendían, pero también están los recién egresados de posgrados o los que se encuentran haciendo carrera de posgrado. Estos aprovechan las redes de contactos y los centros de emprendimiento”, asegura.
Pero no siempre las buenas intenciones ayudan, puesto que existe también el freno de la sociedad. Bien los saben los alumnos que están desarrollando Energón. “Sí, existe apoyo en universidades y grupos de personas que saben y aprecian el valor del emprendimiento. Sin embargo, en general, la sociedad mexicana tiende a castigar el fracaso y el éxito con la crítica negativa. Sería más fácil si existiese una cultura que enseñara el fracaso como una manera de aprender, que enseñara el valor de levantarse de los errores cometidos”, aseguran.