Se trata de la naringenina y dos de sus metabolitos, los que –asociados a una proteína llamada CRMP2– activan el crecimiento neuronal.
Científicos japoneses han desarrollado un método para aislar e identificar compuestos activos en plantas medicinales, el cual explica con precisión el comportamiento de las drogas derivadas de ellas en el cuerpo. Usando la técnica, han identificado varios compuestos activos del helecho Drynaria Rhizome, una medicina tradicional que mejora memoria y atenúa las características de la enfermedad de Alzhéimer, en un modelo animal que usa ratones.
Las plantas medicinales tradicionales han sido utilizadas por los seres humanos durante mucho tiempo, y estas terapias siguen siendo populares en muchos países. Las plantas suelen contener una gran variedad de compuestos, muchos de los cuales no tienen efecto en el cuerpo, pero algunos que pueden tener efectos significativos. Para bien o para mal. Si un medicamento vegetal muestra un efecto terapéutico, los científicos están interesados en aislar e identificar los compuestos que lo causan para ver si pueden ser utilizados como nuevos fármacos.
En muchos casos, los científicos examinan repetidamente los medicamentos vegetales crudos en experimentos de laboratorio para ver si algunos compuestos muestran un efecto particular en células cultivadas en una placa de Petri o en ensayos sin células. Si un compuesto muestra un efecto positivo en las células o en los tubos de ensayo, podría utilizarse potencialmente como un fármaco y los científicos lo probarán en animales. Sin embargo, este proceso es trabajoso y no toma en cuenta los cambios que pueden suceder a las drogas cuando entran en el cuerpo, ya que las enzimas en la sangre y el hígado pueden metabolizar los medicamentos en varias formas llamadas metabolitos. Además, algunas áreas del cuerpo, como el cerebro, son de difícil acceso para muchos fármacos (debido a la llamada barrera hematoencefálica), y sólo algunos o sus metabolitos entrarán en estos tejidos.
"Los compuestos candidatos identificados en los aparatos analizadores tradicionales de fármacos derivados de plantas no siempre son compuestos activos verdaderos, porque estos ensayos ignoran el bio-metabolismo y la distribución tisular", explica Chihiro Tohda, autor principal del reciente estudio publicado en Frontiers in Pharmacology. "Por lo tanto, hemos tratado de desarrollar métodos más eficientes para identificar auténticos compuestos activos que tengan en cuenta estos factores", agrega.
En su caso, los científicos estaban interesados en encontrar compuestos activos para la enfermedad de Alzhéimer en la citada Drynaria Rhizome, perteneciente a la farmacopea tradicional de plantas. Para ello, utilizaron ratones con una mutación genética como modelo para la enfermedad de Alzhéimer. Esta mutación otorga a los ratones algunas características de la enfermedad de Alzhéimer, incluyendo la reducción de la memoria y la acumulación de proteínas específicas en el cerebro, llamadas proteínas amiloides y tau. Esto significa que los ratones son una herramienta útil para probar posibles tratamientos de la enfermedad ya que replican varias de sus condiciones conocidas en vivo.
Inicialmente, los investigadores molieron la planta y trataron los ratones oralmente usando este extracto de planta cruda. Ellos encontraron que el tratamiento de la planta redujo los trastornos de la memoria y los niveles de proteínas amiloides y tau en sus cerebros. En un paso clave, el equipo examinó el tejido cerebral del ratón, donde se necesita que la ingestión haga efecto, cinco horas después de haber tratado a los ratones con el extracto. Encontraron que tres compuestos de la planta habían llegado al cerebro: uno llamado naringenina y dos metabolitos de la naringenina.
Los investigadores entonces trataron a los ratones con naringenina pura y notaron las mismas mejoras en los déficit de memoria y reducciones en las proteínas amiloides y tau, lo que significa que la naringenina y sus metabolitos son probablemente los compuestos activos en la planta. Ellos encontraron , también, una proteína, llamada CRMP2, que la naringenina une a las neuronas, lo que hace que crezcan. Lo anterior sugiere que éste podría ser el mecanismo por el cual la naringenina puede mejorar los síntomas de la enfermedad de Alzheimer.
La naringenina es una flavonona que también se encuentra en citricos como el pomelo y la cáscara del tomate, y se había identificado que poseía actividad antiviral y antibacteriana, amén de interferir el metabolismo del colesterol, bajándolo.
El equipo espera que la técnica pueda ser utilizada para identificar otros tratamientos posibles. "Estamos aplicando este método para descubrir nuevos fármacos para otras enfermedades como lesiones de la médula espinal, depresión y sarcopenia", concluye Tohda.