En vísperas de la cumbre que se efectuará este jueves, no se lograron superar las diferencias sobre cómo ayudar a Atenas.
Bruselas. Los líderes de la Unión Europea van a celebrar este jueves una cumbre probablemente tensa y difícil, divididos sobre cómo ayudar a una Grecia muy endeudada y con problemas sobre cómo mantener la confianza en el euro.
Los esfuerzos diplomáticos en la víspera de la cumbre de dos días no consiguieron limar las diferencias sobre la conveniencia de ofrecer una red de seguridad a Grecia, lo que llevó al euro a un mínimo de 10 meses después de que Portugal sufriera una reducción de la calificación de su deuda.
Las iniciativas encaminadas a celebrar una reunión especial de los 16 países de la eurozona fracasaron a última hora del miércoles, mientras Francia y Alemania discutían qué papel debería desempeñar el FMI y qué forma de contribución extra de los países de la eurozona se podría utilizar.
"Alemania no quiere tener una reunión de líderes de la eurozona a menos que exista una posibilidad definitiva de alcanzar un acuerdo", dijo un diplomático europeo.
Preocupado por las señales que enviarían, otro enviado agregó: "Si no hay reunión de los líderes de la eurozona, podemos esperar que los mercados lo interpreten negativamente como una señal de que los europeos son incapaces de alcanzar un acuerdo (sobre Grecia)".
Atenas, que tiene altas deudas y un déficit abultado, afronta la perspectiva de refinanciar unos 20.000 millones de euros de deuda en abril y mayo al doble de la tasa que paga Alemania por endeudarse.
Grecia dice que necesita sólo un paquete de ayuda de reserva para calmar a los nerviosos mercados financieros y que puede arreglárselas sin tener que recurrir al dinero que se aparte para ello.
Pero Alemania, la mayor economía de Europa, afronta la oposición pública a cualquier rescate para Grecia antes de unas elecciones regionales en mayo y teme que una ayuda financiera sea objeto de un recurso legal en tierras germanas.
Como condición para cualquier paquete de apoyo, la canciller Angela Merkel también quiere que las normas de la UE sean modificadas para multar más duramente a los que se excedan en el déficit.
Amenaza de contagio. El euro cayó más de un uno por ciento frente al dólar el miércoles a US$1,3335, su nivel más bajo desde mayo de 2009. Las acciones portuguesas también cayeron y el riesgo de prima sobre la deuda griega y portuguesa sobre los bonos alemanes aumentó.
Fitch Ratings rebajó la calificación de deuda soberana de Portugal a AA- el miércoles, reflejando un deterioro en la confianza de la agencia en la economía lusa.
Los líderes de la UE están preocupados de que los problemas de cumplimiento de obligaciones de deuda podrían afectar a otros países de la eurozona, como Portugal, España e Italia, y temen que la unidad de los Veintisiete, que representa a 500 millones de personas, sufra a largo plazo.
"La UE debería mostrar solidaridad con Grecia y lograr una posición común que acabaría con toda la especulación de mercado. Una rápida decisión por parte de la UE ofrecerá la mejor ayuda", dijo el primer ministro polaco Donald Tusk, cuyo país no forma parte de la zona euro.
La crisis de deuda griega no está formalmente en la agenda de la cumbre, pese a la presión para discutirla ejercida por la Comisión Europea junto al tema principal de la cita: la creación de empleo y el impulso del crecimiento económico.
Los diplomáticos dijeron que no habrá reunión de los líderes de la eurozona sobre Grecia antes de la cumbre de jefe de Estado y de Gobierno que tiene previsto comenzar alrededor de las 16.00 GMT.
Pero podrían reunirse este jueves por la noche, al finalizar la cumbre, si hay un acuerdo al alcance, agregaron. También podrían mantener reuniones bilaterales este jueves por la noche si hubiera opciones de un pacto.
Implicar al Fondo Monetario Internacional en la eurozona divide a los partidarios de una mayor integración europea y los contrarios a una mayor unión económica y fiscal.
Francia se ha resistido hasta el momento a la intervención del FMI, diciendo que sería una humillación política y una señal a los mercados de que la eurozona es incapaz de solucionar sus problemas. Luxemburgo también cree que la ayuda del FMI perjudicaría al euro.
No obstante, algunos diplomáticos dijeron que París parecía dispuesto a ceder a regañadientes a la presencia del FMI si con ello se asegura el respaldo de Alemania a un mecanismo de rescate.